El Próximo Alfa -Sterek-

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—¿Estas bien Der?

—N-No, en realidad no, me duele todo el cuerpo. —Derek estaba más que enojado, no con Stiles por supuesto, estaba enojado con sigo mismo, pues se supone que el debería protegerlo, el tenía quince, era su obligación proteger a su único.. ¿Amigo?

Stiles les había casi gritado que Derek era su novio, ¿lo habrá dicho por la tensión del momento?

Llevaban conociéndose años, desde que Derek tenía diez, en esos años Derek le había otorgado absolutamente confianza al castaño, a nadie más que el después de lo de su familia.

***

—Stiles me gustaría saber algo. —Derek estaba en la camilla del hospital, Stiles le había llamado a su padre para informarle la situación.

—¿Que pasa Der? ¿Te sientes mal de nuevo? ¿Quieres que llame a una enferme-

—No Stiles, m-me gustaría saber    
q-que somos. —Derek le pregunto, deteniendo a Stiles con su mano.

—¿Como que que somos? Ya te lo dije Der, eres mi novio.

—¿D-Desde cuando?

—Desde que te vi en esa silla a los siete años. —Dijo Stiles sin trabarse, el no entendía porque a Derek se le hacía tan difícil comprenderlo, Stiles era de Derek y Derek era de Stiles, fácil.

Aunque claro que aun después de decir aquella frase el que enrojeció fue Stiles, le daba vergüenza decirle esas clase de cosas al amargado de Derek, pero, si eso hacía que sonriera se pondría a bailar en medio del centro comercial con tal de que su Derek sonriera y enseñara esos bonitos dientes de conejo. Todo por su Derek.

—Sigues siendo tan lindo Mieczyslaw.

—¡Joder no digas mi nombre real!

—No digas palabrotas o tendré que castigarte. —Stiles enrojeció aun más si se podría, pero se quedo callado jugando con sus delicadas manos.

—Stiles.

—¿Si Der?

—Te quiero.

—Yo también te quiero Derek.

***

—¿Estás seguro de que ese chico es el indicado para la manada? Es muy joven Thalia. —La manada asintió ante lo dicho por la segunda Beta.

—Lo se Cora, pero ese chico será el futuro Alfa, tiene todo lo necesario para serlo, además sin duda alguna tendrá un fuerte lazo con nosotros, no le digan nada a mi esposo. Lo quiero conmigo, el es como tu, Cora, como Laura y como tus demás hermanos, un huérfano que aun herido sigue luchando, sin rendirse, ni dudar nunca. Quiero que el lidere cuando yo muera y sea el segundo al mando mientras le entrenamos. Erika ve con los chicos al orfanato. Traelo.

—Como usted ordene. Alfa.