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—¿Quieren explicarme porque demonios vinieron?—Los cuatro cuerpos rodeandome llamaban bastante la atención.

—Es obvio Dereksito. —Erika imito la horrible voz de Breaden. —Somos tus cuatro Betas principales, tenemos que ir a donde sea que tu vayas, aunque sea al baño.

—Vamos. —Dijo Laura estructurando a su alrededor mientras veía todo con desconfianza y se pegaba más a mi.

—No, no, no, ustedes van a quedarse aquí, donde yo pueda verles. —Isaac ignoro por completo mi petición- orden y también me rodeó.

—Ayuda Cora. —Suplique, fingí no mirar su sonrisa maliciosa mientras miraba hacía otro lado.

—Yo creó que.. —Comenzaba Cora antes de que Erika la callara.

—Tu cállate Hale. —Exacto, Cora también había adoptado el apellido de Thalia, ya que ella también era huérfana al igual que Laura y yo.

Al mirar bien a mi alrededor me di cuenta de que había muchos camarógrafos roreandome.

Durante el tiempo en el que estuve en Nueva York, Thalia me hizo trabajar a lo que obviamente no me negué, trabaje de varias cosas, entre esas lavar platos, barrer, limpiar casas, trabajos en restaurantes, etcétera.

Un día en un restaurante un señor se me acercó, me dijo que fácilmente podría pasar por un modelo juvenil y me ofreció empleo, ahora digamos que soy algo sí como un modelo famoso.

Los chillidos de las demás personas comenzaron agobiarme, nunca había sido bueno para las multitudes, como si entendieran como me siento, los cuatro le rodearon.

—Solo.. Finge que no estamos aquí. —Erika hablo, tal vez fui muy grosero, se cuanto le emocionaba la idea de tener un cuñado, a todos en realidad.

—No quise ser tan grosero. —Me disculpe.

—Estoy acostumbrado a tu humor agrio, así que no me preocupa realmente. —Como si fueran repetidoras los cuatro hablaron al mismo tiempo.

—Los odio tanto chicos.

Isaac palmeó levemente mi hombro, alce la vista, allí estaba el, mirando confundido hacía todos lados.

Su hermoso rostro, más blanco que la última vez si es que era posible, cejas delgadas, nariz pequeña, boca apetecible, cabello castaño, esos hermosos lunares que recorrían su cara y cuello, luciendo tan deseable y tan tierno a la vez, su apetecible cuello, su hermoso cuerpo y sus hermosas curvas, su hermoso y redondo trasero.

Me encantaba, todo de el me encantaba.

Sentía como mi lobo rasguñaba mi pecho en busca de que le dejase libre, para correr hacía su pareja de vida, rasguñaba por besarlo, por tenerlo, por marcarlo, por hacerlo mío.

Recuerdo mis celos, la etapa donde un macho o una hembra están necesitadas sexualmente, en busca de dos cosas; aparearse, tener bebés.

Thalia intento ofrecerme una Omega, incluso un Beta, pero nada funcionaba, nunca pude estar sexualmente con una mujer o con un hombre, no era solamente yo el que deseaba a Stiles, si no también mi lobo interno.

Solo cuando le tuve en mis brazos pude confirmar lo que ya sabía.

Lo amaba, lo deseaba, lo quería conmigo, lo anhelaba. Y el saber que era todo mio, me encantaba.

El Próximo Alfa -Sterek-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora