Ashton tenía solamente 16 años cuando se hizo la promesa de cuidar a Diana con su alma desde que la madre de la pequeña la dejó con la empleada de la casa, Anna, la madre de Ashton. El chico de ojos hazel tenía un intenso cariño hacia Diana, pero eso no le bastaba para que el pudiera estar tranquilo sobre el futuro de "su pequeña" como el solía decirle.
- Mamá. -Murmuró Ashton un tanto nervioso jugando con sus dedos sobre la mesa. Anna solamente lo miró esperando a que dijera algo. - Cuando cumpla mis dieciocho quiero adoptar a Diana.
- ¿Qué locura es esa jovencito? -Anna alzó la voz cruzando los brazos sobre su pecho, no podía creer lo que su hijo decía. - No eres capaz de cuidarte a ti mismo y lo harás con una pequeña que en ese entonces tendrá nueve años, en cuanto pueda contactarme con su familia la devolveré.
- ¡No puedes hacerlo! -Ashton azotó sus manos contra la mesa, furioso.- ¡Ella es mi pequeña!
Esa noche mientras Anna dormía, Ashton arregló una pequeña mochila con ropa y unos pocos juguetes de Diana. Tomó a la pequeña de la mano y ambos salieron de la casa mientras ella lo llenaba de preguntas con su dulce voz de una niña de cinco años.