Me levanto como cualquier otro día, recuerdo no haber hecho la tarea y me angustia levemente, sin embargo no me puedo quedar sin un día de clases, sería fatal en estos últimos meses, me topo a mi hermana en las escaleras, nos saludamos rápidamente, ninguno le da importancia a una platica extensa.
Papá nos espera en el auto una camioneta Bronco 79, no tan cómoda pero cumple con las buenas expectativas de una camioneta de familia.
Mi madre sube de copiloto y mi padre maneja mientras hablamos de política.
Comienzo un día normal, pasa la niña que me gusta, mi corazón se acelera y palpita a velocidades que no comprendo pero me hacen sentir bien, ella ni siquiera se da cuenta que estoy aquí, valla no soy atractivo.
Solo soy un chico de estatura promedio 1.65 para ser exactos, ella es casi de mi estatura así que no hay grandes diferencias, soy fornido, atlético, inteligente pero flojo en mis materias, a comparación de mi hermana, delgada, con cuerpo bonito y ojos de color azul, una muñequita andando.
Las clases son cotidianas, mientras entro a química hablo con el profesor de separar moléculas por un nuevo método en el que estuvimos trabajando, a pocos le interesa la clase, la mayoría esta por pasar la materia, yo también pero disfruto de temas exuberantes, mi mano choca con la de otro compañero mientras hacía manías.
Por fortuna es mi mejor amigo, el es atractivo al punto de vista de las chicas o al menos eso creo, tiene un cuerpo trabajado, cabello largo ondulado, camina como todo un galán mientras lanza miradas al aire.
Acabando las clases vamos por unas bebidas en un puesto ambulante, me presume de sus fiestas, el alcohol que consume y los cigarros que se fuma, nunca e tocado una sola gota de alcohol o algún otro producto nocivo, me voy por libros de ciencia y naturaleza humana.
Nos despedimos cuando mi hermana retoma el camino hacía el carro de mis padres, muchos se despiden de ella y yo sólo camino entre multitudes de adolescentes que solo buscan amistades populares para aparentar ser los mejores.
Llegamos a casa y lanzo mi mochila en el sofá, mamá me regaña por eso, yo resongueo por mis actos ligeramente indebidos, camino a la cocina y soy recibido por un buen plato de comida, ella me da un beso cálido y me pregunta como me fue, le cuento muy poco sobre mí.
Después de comer pienso en que puedo hacer hoy, recuerdo a mi amigo de 25 años y yo apenas de 13, por el contrario de otras amistades el es centrado y sabe muchas cosas que yo ignoro, decido buscarlo y me da una noticia que me quita el aliento (En el mejor sentido), me comenta que donde estudia puedo jugar Fútbol Americano , hace tiempo que hablé con el, deseó entrenar mi cuerpo para ese deporte que tanto me atrae.
Dos meses antes
Termine mi rutina mientras Obert buscaba unas cosas en su armario.
Me grita desde un cuarto alejado y me hace una pregunta común.
Me pregunta si termine cansado.Respondo con rapidez que no, ¡sólo fue un día normal! (doy como respuesta).
Me da unas mancuernas muy pesadas que brillaban mucho, el me comenta que las trajo de México.
Me las dio para usarlas y comencé una segunda rutina, me preparaba para estar en forma cuando estuviera en algún equipo de Americano.
Tres meses después
Regrese a mi casa por uno short y una sudadera mientras les daba el aviso a mis padres que jugaría Americano, mis padres queriendo o no, me dieron el permiso, mi padre opta por llevarme, pasamos por mi amigo, mi padre trato de convencerme que no jugara pero no me rendiría tan fácil.
Llegamos
Vi a muchos chicos en un campo enorme, recuerdo que todos me miraban como si vieran un objeto extraño pero desagradable, pocos me saludaron cuando llegue, valla son duros hasta para saludar (paso por mi mente), salude al entrenador mientras mi padre le preguntaba como es el deporte, le pregunte sin pelos en la boca si podía entrenar con ellos, me miró extraño pero acepto con una mirada, corrí al lado de jóvenes fuertes y altos, quisiera decir que yo era el más enclenque pero no fue así (afortunadamente).
Al terminar me invitaron a seguir llegando, me vieron potencial para jugar, muchos se burlaron por ser delgado pero fornido pero no como ellos.
Regresamos a mi casa en medio de preguntas (llenan mi cabeza de dudas), dejamos a mi amigo en su casa y regresamos a la nuestra, comencé con mi tarea y mi padre no me dijo ni una palabra más.
Sentí algo especial ese día, no fue el deporte, mi corazón se empezó a despertar en sentimientos de la nada, no me expliqué pero me daba igual, la chica que me gusta no me mira, pero mi corazón nunca latió tanto, menos de la nada, dormí poco por ese sentimiento que me angustiaba aún que me daba mucha felicidad.
YOU ARE READING
Sin pensar
Teen FictionUna vida normal, una vida de fama y giros inesperados. Erick tiene que ser firme y enfrentar una variedad de problemas en su adolescencia, pero ¿como lo lograra? Todos necesitan una dirección y una salida, pero todos hacemos cosas sin pensar, la vi...