La fiesta

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Como cada año, nos juntamos tres salones para hacer una fiesta donde es libre de llevar a quien quieras llevar, todos llegamos, pero la fiesta debería ser la misma siempre, tendrá sorpresas inesperadas.

-Vamos Erick hoy es el día de lucir nuestros mejores trajes, acaso ya no te interesa bailar hasta no poder más, como cuando fuimos los don nadie y ahora somos los más atractivos en la multitud. 

- No lo se Carlos, ¿acaso tu quieres seguir con la vida de siempre?, a veces quisiera ir a un lago y acampar, en soledad, en tranquilidad, con paz, como si el mañana sólo fuese una poesía de la vida que pasara.

- ¿Que cosas estas diciendo?, TONTERIAS hermano, ahora es el mejor tiempo de salir, pasear, divertirnos, jugar a ser los mejores y recordar todo lo bueno (Mientras pueda seguir contigo hermano).

- Acepto ir con la condición que me digas que esta pasando contigo, ahora estas separado y veo que haz cambiado tu forma de hablar, tu forma de vestir y algo dentro de mi, hace un par de meses que me llaman a algo que no esta bien, ahora es tiempo que me digas.

Claro que si, te dire TODO, pero vamos, siempre juntos o hasta que uno de los dos se canse del otro... 

- Deja de decir tonterías, ahora es hora de ir y salir a lucir lo mejor de nosotros, vamos que se vea el espíritu, necesitamos una buena noche.

Ese es mi hermano (pero como te diré lo que pasa, hoy no puede ser).


Llegamos

- Pasare después de ti

- No, pasa tu primero, hazme el honor.

- No, tu primero.

- Que caballeroso eres Erick. Deberías tener una medalla en la frente (Le digo burlón).

- Calla y vamos a ser el alma de esta fiesta.

- Erick, Erick corre.

- No tengo porque correr Carlos.

- Corre hacía los arbustos y no digas una sola palabra.

Corro como un loco detrás de sus anhelos incomprendidos.

Esperen, puedo explicar las cosas, sólo escuchen.

Que golpe tan duro me han puesto, sólo siento mi cuerpo flojo y una luz como una lampara brillando tan fuerte ante mis ojos, siento sangre caliente en mi labio, pero mis manos no tienen movilidad, esto es bien merecido.

- Carlos, te haz metido con las personas equivocadas y los problemas que tienes, no te los quitaras con agua y jabón, tienes 60 horas para pagar tus deudas con el Jefe.

Yo pagare todo, ahora lárguense, este no fue el trato que hablamos.

- Los tratos sobran cuando comienzas a fallar.

Escupo sangre, mientras siento me cubro el lado izquierdo de mi cachete, mientras las miradas entre asustadas y de ira se hacen presentes, mientras la agudeza de mis oídos reacciona a los múltiples murmullos que se hacen presente.

- Porque te han venido a buscar esos dos hombres en esa Lincoln Continental  tan brillantes y con espejos ahumados.

- Vamos Erick, no estorbes, ahora no es el momento de hablar, mira a tu alrededor.

Esa multitud es enorme, todos nos ven como a extraños y desconocidos, pensar que hace un momento todos querían una foto con nosotros.

- Vamos a mi casa, ahí te pondré hielo y hablaremos. 

- No sé, no creo que sea la mejor idea, es mejor que yo me retire y no me busques más.

- Vamos Carlos, nos vamos (exclamo, mientras tomo de su brazo con firmeza y jalo de su cuerpo).

No puedo más, tengo que caminar forzado, pues me duele todo y quiero descansar.



Sin pensarWhere stories live. Discover now