Capítulo 2.

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Capítulo 2.-Pequeño derrumbe-



Sin darme cuenta y sumergida en mi torbellino de pensamientos me di cuenta que había acabado en una de las calles más apartadas de la ciudad, los edificios abandonados a nuestro alrededor se caían a pedazos y temía que alguno se me cayera encima cuando me despistase.

El amigo rulitos de Pablo todo a una puerta de una de las casas abandonadas, que en el acto cayó al suelo levantando todo el polvo. Los tres tosimos y Pablo y el miraron hacia dentro del edificio, los muebles estaban tirados por el suelo y rotos, botellas y su contenido derramados por el suelo, que parecían recientes y nos grandes agujeros en las paredes.

-¿Pero qué mierda habrá pasado aquí?-Musito en voz alta el rulitos.

-No lo sé, pero seguramente estarán en la otra parte de la ciudad. Vayamos allá.-Dijo Pablo para voltearse y continuar caminando.

Después de unos minutos más caminando pasamos a otro callejón donde ahora sí los edificios aunque aún parecieran abandonados no me daban la sensación de que se me iban a caer encima. El rolitos tocó la puerta varias veces de una de estas casas del callejón sin salida y le abrieron, dentro se escucharon risas, gritos y cosas cayendo al suelo o mejor dicho, siendo lanzas. El rolitos entro primero y Pablo literalmente me iba empujando hacia dentro hasta que la puerta se cerró tras de nosotros. Jóvenes e incluso adultos de casi sesenta años gritaban y hablaban, el ambiente olía tremendamente a Marihuana y a otras substancias nocivas que ni siquiera conocía. Pablo me llevo a unos de los grupos sentados en el suelo y me presento.

-Mirar chicos, esta es una amiga mía, se llama Evie-Dijo sonriente, los demás me miraron, examinando me de arriba a abajo. El rulitos se sentó al lado de una chica pelirroja llena de moratones y la abrazo por la cintura susurrándole una cosa a su oído.

-¿Ya te la has follado? ¿Folla bien?-Pregunto uno de sus integrantes con gafas de sol y con el pelo rapado menos un trenza que le llegaba hasta el pecho, este espiro el cigarrillo y soltó el humo sonriendo.

-Vamos chicos, es una amiga.-Dijo el sentándose junto a ellos.

-Siempre nos presentas a chicas que ya te las has tirado o te las vas a tirar, así que no me vengas jodiendo tío-Musito otro de integrante riendo a carcajadas lleno de rastas mientras cogía unos polvos blancos que distribuía en el suelo. Mi vista se fue directamente a los bolsillos de su pantalón de chándal azul que estaba a revisar de billetes de más de cien.

-¡Cállate camello!-Grito y yo me senté, para cuando estaba sentado intento rodearme con su brazo por mis hombros pero yo sé lo quiere y me aparte un poco de él.

No me gustaba nada el ambiente. Sabía que Pablo tenía problemas pero desconocía que tuviese estos tipos de problemas.

La chica de rulitos le paso lo que parecía ser un cigarro pero con otras substancias a Pablo, este lo prendió con su mechero plateado y se lo fumo en unos instantes, consecutivamente pidió otro a la misma chica.

-¿Por qué el otro edificio estaba vacío?-Pregunto el rulitos.

-Espera, ¿cómo que vacío? ¿No había nadie?-Dijo el camello.

-No había nadie, pero parecía que habían estado hace nada, ¿dónde se fueron?

-Qué raro, normalmente me avisan cuando se van todos, aparte de que hay esta la otra parte de mi mercancía, no me jodas...como se hayan ido con mi producto-Escupió con rabia mientras terminaba de inhalar el polvo blanco y sacaba el móvil.

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⏰ Última actualización: Dec 10, 2017 ⏰

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