LIAM
— ¿Alguno se detuvo a pensar que deberíamos haber traído algo para comer, o al menos para beber? —Zayn miraba las manos de cada uno de nosotros dando por sentado que no, que ninguno había hecho lo que preguntaba.
Hacía ya una semana que estábamos en Ibiza. Louis nos había contado lo divertida que era la noche y hermosas que eran las playas, pero no habíamos tenido la oportunidad de experimentar ninguna de las anteriores. Nuestro managment nos había pedido expresamente que no atrajéramos mucho la atención, así que nos prohibió movernos de la cabaña, al menos hasta que estuvieran seguros de que nadie sabía que estábamos allí. El hecho de que intentaran darnos unos cuantos días de descanso después de haber tenido un año bastante movidito era muy amable de su parte, pero este punto era muy exagerado. Igualmente hicimos de niños buenos y no rompimos ninguna regla. Ayer había sido el primer día que pudimos bajar a conocer la playa. Sin palabras. El agua era perfecta. Lo único que no nos había gustado demasiado era la desolación. El terreno de nuestra cabaña contaba de una playa privada que se escondía detrás de algunos senderos escurridizos. Era imposible acceder a ella si no tenías las indicaciones, o si no eras un explorar bastante experimentado.
—Ya estamos a mitad de camino para volver a la casa, me hablaron de un puesto de alimentos al otro lado del sendero si quieres puedo ir…
—No te preocupes, yo iré—interrumpí a Louis ofreciéndome. Sin ninguna negativa pronunciada, cambié mi andar hacia el sendero.
Caminé algunos metros hasta divisar el lugar. Minutos después ya había comprado todo lo necesario, y estaba a punto de irme cuando, girando sobre mis talones sin mirar hacia atrás, me topé con una chica.
— ¡Lo siento tanto!—exclamé— ¿Te encuentras bien? —pregunté preocupado. La chica afirmó con ojos grandes, con una expresión que no podía descifrar si era de dolor o sorpresa— ¿Estás segura? Luces algo… pálida.
—Sí… no. Es decir, no, me estoy quemando los pies—su respuesta había sido completamente inesperada. Bastante confusa y graciosa.
La chica parecía no tener idea de quién era, y eso me gustaba mucho.
—Genial—exclamé con una sonrisa complacido. La expresión en su rostro me hizo caer en la cuenta de lo que acababa de hacer. Borrando esa sonrisa, volví en sí y me ofrecí a darle una mano—Me refiero… No, ven déjame ayudarte—la tomé del brazo ayudándola a subir a la plataforma del puesto.
—Gracias, a estas horas el sol nos sube la temperatura a todos y sólo a mí se me ocurre salir descalza—agradeció en un tono que, de nuevo, no supe descifrar. Su cara trabajaba duro yendo de una expresión a otra, al parecer no encontraba la indicada.
—No te preocupes, ¿estás segura que estás bien? —insistí.
—Sí, de verdad, mis pies están comenzando a recuperar su temperatura normal—algo que intentaba ser una sonrisa que quitaba importancia se dibujó en su rostro. —Lo siento, pero tengo que preguntar. De seguro lo oyes a menudo pero… ¿Eres…?
Y hasta allí había llegado mi momento de “persona normal”. La chica sí sabía quién era.
—No sé para qué voy a mentirte.
Mirando su expresión comenzaba a pensar que había sabido desde un principio quién era. Su rostro estaba continuamente cambiando de expresiones que se me habían hecho imposibles de leer. Esta chica me había resultado bastante agradable, y el hecho de no haber causado un escándalo hablaba muy bien de ella. Quizás había sido lo suficientemente afortunado para tener un encuentro normal y casual.
— Sí, y para serte honesto es algo extraño, y reconfortante, que no me hayas dicho nada antes o que estés tan tranquila.
—Pues, no es que no sea una fanática, pero soy del tipo más tranquilo. Me avergüenzo por nada, así que no me oirás gritando tu nombre o “¡Te amo!” cómo debes estar acostumbrado—su dramática imitación, de lo que yo llamaría una fanática a muerte, había sido graciosísima.
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Dare To Dream
FanfictionEsta es una historia que cuenta cómo el sueño de cinco chicas se hizo realidad en un sólo verano.