Capítulo 4

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MAR

El agua estaba perfecta. No era ese tipo de persona que iba a la playa expresamente a tomar un baño, pero mi atención había sido llamada. Corrí sin esperar que nadie fuera tras de mí, pero al cabo de unos minutos creí oír pasos hacía mi dirección. Giré mi cabeza para encontrarme con un rubio sin camiseta con una sonrisa aniquiladora en su rostro. Di un tropezón mientras le daba el frente y sentí arder mis mejillas.

— ¿Eres latina? —gritó todavía a unos metros de distancia. Asentí aún intentando recuperar el control de mi cuerpo. La vista de su anatomía en ese estado… bueno, no era necesario ser muy descriptiva, digamos que estaba en buen estado.

— ¡Eso es genial! ¿Es tu primera vez en Europa? —volví a asentir. Tenía que recuperar al habla rápidamente— ¿Estás bien? Si quieres puedo…—hizo señas hacia la orilla, y supuse que debía pensar que quería estar sola.

Y estaba muy equivocado.

— ¡No! —exclamé a su intención no hablada—es decir, sí, estoy bien—reí nerviosamente—Perdona, todavía estoy acostumbrándome a su presencia——Es mi primera vez aquí, sí. Y es todo tan bonito, ¿Irlanda es así de bonito, también? —me hice de mi cordura y entablé un conversación normal.

Niall reía a carcajadas. Seguramente toda mi confusión, y vergüenza, le había resultado para morirse. Se acercó a mi lado salpicando y se puso a jugar con sus manos en el agua.

— ¡Puedes apostarlo! Tienes que visitarlo, seguro no te arrepientes. —la sonrisa en su rostro aseguraba que estaba orgulloso de sus raíces. Y aseguraba, también, mi muerte.

—Lo haré, tu entusiasmo me ha contagiado—reí—Y tú deberías visitar Latinoamérica, es precioso, cuando hagas planes avísame que con gusto seré tu traductora—después de abrir la boca me puse a pensar cómo había sonado eso…

—Estaremos en contacto entonces. Seguramente estaremos por allí en algún futuro cercano—sonrío bajando su vista al agua. Aproveché esos segundos para suspirar y dar unos pequeños saltitos de emoción.

Los cuales fueron interrumpidos por un salpicón de agua directo en mi cara.

—Te veías algo acalorada—mi expresión cambió totalmente, ¿había sido eso algún tipo de insinuación? Seguramente no. Una sonrisa pícara cruzaba su rostro de lado a lado.

— ¿Sí? Pues—me incliné fingiendo que lo inspeccionaba—tus mejillas están rosas, déjame refrescarte.

Y una guerra de agua se montó. Nuestras risas resonaban en la orilla. Agradecía habernos encontrado con los chicos, y el hecho de que tuvieran algo así como una playa privada.

LOUIS

Habíamos tenido la suerte de encontrarnos con otros seres humanos que no nos aturdieran en un lugar tan tranquilo cómo este. Las chicas eran muy simpáticas, y el hecho de que fueran fanática… normales, hacía que la estadía en este lugar comenzara a ser más divertida. Ya comenzaba a imaginar lo que se nos venía en las próximas semanas.

— ¿Cuánto tiempo se quedarán? —pregunté a nadie en especial.

—En realidad, no lo hemos pensado. Unas semanas, o un mes, no lo hemos decidido aún. Mar estará aquí por todo el verano, quizás lo pasemos todo aquí—respondió la chica rubia, Mire.

—Interesante.

Las chicas parecían tener bromas personales para todo, lo cual me causaba mucha intriga pero sabía no quera de mi incumbencia… Quizás hasta podrían tener que ver con nosotros, y eso significaba que íbamos a incomodarlas, así que dejé que mis curiosidades se esfumaran.

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