XVII-Anhelos y destrucciones

3 0 0
                                    


Batallamos sin conocer el resultado, pero sabiendo la causa, derramando sangre enemiga fuimos construyendo esa utopía, con llantos y gritos de dolor se inundaban nuestros oídos; pero fuertemente tapados por los gemidos de la lucha y del proyector, el placer nos ahogaba íbamos sintiendo nuestro anhelo cada vez más nuestro y cada vez más palpable.
La lucha incansable dio frutos, pero no tardamos en maltratar a nuestra unigénita, modificarla y alejarla cada vez más de nuestro alcance humano.
Así, nuestra utopía, nació, la tuvimos; existe, pero más utopía que antes

Mi pobre y bruta/menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora