Batallamos sin conocer el resultado, pero sabiendo la causa, derramando sangre enemiga fuimos construyendo esa utopía, con llantos y gritos de dolor se inundaban nuestros oídos; pero fuertemente tapados por los gemidos de la lucha y del proyector, el placer nos ahogaba íbamos sintiendo nuestro anhelo cada vez más nuestro y cada vez más palpable.
La lucha incansable dio frutos, pero no tardamos en maltratar a nuestra unigénita, modificarla y alejarla cada vez más de nuestro alcance humano.
Así, nuestra utopía, nació, la tuvimos; existe, pero más utopía que antes
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Mi pobre y bruta/mente
OverigAbsolutamente nada especial, en momentos dados, casi siempre de angustia o tristeza, escribo textos para una auto ayuda emocional y para saber que he estado peor. Deseo que esto no sea leído por alguien más que yo, por lo menos por algunos años, cu...