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-Kurama... ¿Que has hecho?- Pregunto asustado el blondo al ver el panorama.

La mayoría de lo que era bosque se encontraba quemado, pisado o destruido. Su piel se mantenía de un color rojo, como si algo le hubiese quemado. Pero no dolía.

-Mierda... ¡¿Kurama que hiciste?!- Grito muy asustado y comenzando respirar de manera alterada.

El zorro en su interior no daba respuesta alguna. Al lado del omega estaba aquel alfa de rojos cabellos, acostado y con heridas similares a las de el.

-¿Que coño paso?- Pregunto des ubicado el que estaba a su lado.

-No, no lo se estábamos tu yo y luego... no recuerdo - Decia desesperado.

Naruto con las fuerzas que saco de donde en realidad no habían se puso de pie y tambaleante comenzó su caminata a la aldea.
La entrada estaba tan cerca cuando cientos de anbus le rodeaban amenazándolo con sus armas.

Naruto se quedó inmóvil ante tal vista, hasta que uno se acercó y le miró el rostro.

-¡Es el Uzumaki!- Grito a sus compañeros.

Los demás bajaron sus armas y se dispusieron a montar guardia, sin embargo uno de los anbus le hablo.

-Uzumaki, el señor Jiraiya ha estado preocupado estos dos días aso que reportes en la torre hokage.- ordeno para luego irse con el resto.

El joven omega asintió y se encaminó adentro de la aldea, todo estaba bien, no como el bosque que parecía un campo de batalla. De poco en poco se fue acercando a la torre, aunque el camino se le hacía difícil.

-¡¿Que haces aquí?!- Le pregunto enojado un aldeano que le obstruia el camino.

-Voy con el Hokage- Respondió el blondo.

-¿Ósea que ayer casi lo matas y vienes de regreso?- Volvió a decir irónico.

-Disculpe pero yo no he hecho nada- Continuo contestando Naruto.

-Los demonios solo mienten- Dijo con asco para luego escupir en la ya de por si sucia ropa del niño.

Después de tirarle al piso aquel beta decidió irse, Naruto miro su chaqueta y rápidamente una mueca de asco se hizo presente en su fino rostro al ver en esta una flema.

-Que asco- Susurro para el mismo. Con mucho cuidado se quito la la chamarra y quedo en su camisa negra y sus pantalones anaranjados, lo que resto del camino parecía ser lo mismo, susurros se escuchaban y uno que otro grito que daban a conocer su inconformidad con su presencia.

-Voy a pasar- Aviso con voz ronca, pues retener las ganas de llorar le hacían ese efecto.

-¡Naruto!- Gritaron dos alfas al mismo tiempo.

El primero en tirarse encima del blondo fue un azabache, claro este fue agarrado de su camisa y tirado al otro lado del salón para darle paso al alfa peli blanco.

-¡Naruto!¿Sabes lo preocupado que estaba?- Decía este muy alterado mientras zarandeaba al chico, para después suspirar y abrazarlo con fuerza.-No te encontraban- Continuo en un casi inaudible susurro.

-¿Que pasó? - Pregunto Naruto despegándose del abrazo.

-Te saliste de control- Contesto el tercero que también se encontraba en  la sala. -Comenzaste con siete colas, hasta llegar a nueve. Por suerte no hubo bajas y el único realmente afectado fue una parte del bosque, se le dará mantenimiento a este. De hecho, has protegido a la aldea de los de la arena e indirectamente salvaste mi vida.- Continuo diciendo.

-¿Como? ¿Y si salve la aldea como es que la gente me mira peor que antes?- Volvió a preguntar el blondo.

-Digamos que Orochimaru se retiró antes de acabar con migo, por que no estaba dispuesto a luchar con el Kyubi- Naruto frunció el ceño al escuchar la manera en que llamaban a su amigo, pero lo dejo pasar - Shukaku atacaría la aldea, pero eso fue evitado por ti- Termino de decir.

-Aun no contestas la otra pregunta, viejo- Dijo el blondo.

-La gente ve lo que quiere ver, Naruto- Respondió Jiraiya cortando con el tenso ambiente.

-Serás chunin, ve con Sasuke a que te acompañe por un chaleco de tu medida- Pidio Hiruzen.

Naruto asintió con una sonrisa y rápidamente se encaminó a darle la mano al azabache que le sonreía.

-¿Quieres ir al hospital?, tu piel se ve un poco mal- Pregunto Sasuke apretando un poco la mano ajena en señal de apoyo.

-Si, se ve mal pero por una razón no duele, tal vez Kurama me ayudo- Menciono con una sonrisa.

-Dime Naru, ¿Quien es ese bastardo?- Pregunto muy irritado y con un ligero tic en una de sus cejas.

-Amm, es mi mejor amigo- Respondió nervioso.

Algo que no paso por alto sasuke, sin embargo lo dejo pasar por esta vez.

-Chico, aléjate de ese mounstruo- Aviso una mujer de no más de treinta años mientras lo alejaba de Naruto.

-Disculpe señora, pero el es mi pareja- Susurro con notable enojó en la voz.

-¡Oh dios! Cielo debes estar desesperado para tener a este demonio como opción, ni siquiera para suicidarse sirve- Dijo con su aparente natural voz chillona.

Sasuke abrió los ojos a no más poder, y miro a Naruto en busca de una respuesta. Sin embargo el blondo se paralizó al escuchar tal cosa de... lo que creía haber dejado atrás.

-¿De que habla esta mujer?- Pregunto inquieto el azabache.

-De nada, esta delirando- Exclamó angustiado.

Sasuke se enojó ante la tan obvia mentira de Naruto. Y aunque no lo admitiera le molestaba el hecho de estar con el y ser juzgado.
Se soltó con rudeza del brazo de la mujer que no dijo nada y se dirigió al rubio.

-Que alguien más te acompañe- Le dijo con furia mal contenida para después alejarse del lugar.

El pequeño omega estaba paralizado, no sabia que hacer.

-¡Espera Sasuke no me dejes..! solo... - Murmuro al final al darse cuenta que el chico que buscaba ya no estaba. -No quiero estar solo...- Susurro de nueva cuenta para volver a caminar, ignorando la sonrisa de satisfacción que tenia aquella omega al ver su desgracia.

-¡Naruto, que sorpresa! - Le saludo la chica de cabellos rosados. -Oye ¿Pasa algo? - Pregunto muy preocupada al ver al rubio tan callado.

-No, solo es que voy por un chaleco chunin.- Informo forzando una sonrisa.

-No finjas con migo Naruto Uzumaki- Regaño - Bueno, ¡Ven yo te acompaño! y de pasada vamos al hospital ¿Si?- Siguió hablando mientras le tomaba la mano al rubio y lo jalaba.

Sabia que Sasuke había hecho algo, por que solo una persona podía hacer al rubio tan feliz con una sonrisa y al mismo tiempo hacerle llorar con una mirada de desprecio.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora