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-1 mes despues-

Ojala lo hubieran preparado para tal noticia, hubiese preferido quedarse en su fantasía de estar recientemente comprometido con el amor de su vida, ojala no estuviera temblando, pero la realidad era esa y le abofeteo de una.

Sakura miraba con preocupación al rubio que solo temblaba y miraba la nada, Sai de igual manera miro preocupado al omega que estos tres meses le había dado la sensación de ser bienvenido en donde un principio no encajaba a su parecer. Sasuke no era la excepción al mirarle preocupado, mas el primero en dar paso fue Itachi que sintió la inmensa tristeza del rubio.

-Vieja... ¿Tu lo mandaste a esa misión?- La voz del rubio se escucho tan grave que llego a asustar a los presentes.

-Si, fui yo- Contesto la alfa, mirando la reacción del rubio que de inmediato frunció aun mas su ceño al escuchar la respuesta. De pronto el ambiente se torno pesado, demasiado, fue entonces cuando las ligeras marcas del rubio comenzaron a verse mas gruesas y sus ojos rasgados.

-¡¿Por qué le permitiste hacer algo tan temerario?!¡Tu lo conocías mejor que nadie!¡¿Como carajos se te ocurrió mandarlo a un lugar tan peligroso?!- En el momento en que chakra rojo comenzo a esparcirse por el lugar, fue cuando Itachi le dio un pequeño golpe en la nuca, dejándolo inconsciente.

-Creo que lo mejor es que descanse, nos retiramos- Dijo, y usando de nueva cuenta su transformación de apariencia y tapando el rostro del rubio en su cuello salió del lugar.

Por su lado los días pasaron, las visitas llegaban hacia el rubio, sobretodo los de su generacion que comprendieron y guardaron el secreto. Mas este se mantenía encerrado sin comer de manera saludable y sin tener un sueño correcto. Por otro lado Itachi estaba profundamente preocupado, había intentado animar al rubio, pero este le rechazaba cosa que le lastimaba profundamente, sin embargo de cierta manera comprendía un poco a su querido Uzumaki, había perdido al que consideraba su padre.

Sus cachorros se comportaban mejor de lo acostumbrado, como si fueran conscientes de la situación y evitaran llorar por cualquier pequeñez y a esas alturas hasta el alfa se veía afectado por la tristeza que el rubio le transmitía mediante el lazo, aun si no era su intención.

Al quinto día, como fue costumbre Itachi alimentaba a los tres pequeños con algo de manzana molida, al tener cuatro meses de nacidos comenzaban a comer como pequeños mounstruitos que no eran fans de la fórmula.

-Aquí viene el avioncito- Aviso el alfa, haciendo que sus tres pequeños miraran el alimento, el cual esta vez fue otorgado a Shisui.

Fue entonces que miro a su pequeña Rin, la cual miraba con un dulce puchero la cocina, en busca de algo. Los gimoteos se hicieron audibles al momento de al parecer no ver lo que quería.

-Ma

Fue lo que salio de sus rosaditos labios, impresionando en demasía al alfa, el cual estaba informado de que comenzarían a decir cosas entre los principios de sexto mes y el septimo. Eran muy listos.

-Ma

Volvió a decir esta vez mas alto, como si esperase que el rubio apareciera para besarle en cualquier momento. Fue entonces que Shisui miro a su compañera de vida y juego, para luego decir el mismo llamado, el último en hacerlo fue Hikaru.

El ceño fruncido del alfa no se hizo esperar, estaba bien que el rubio se sintiera así, era comprensible pero le molestaba el hecho de que las primeras palabras de sus pequeños fuesen a raiz del sentir su ausencia y abandono.

No pudo hacer nada para cuando el timbre fue tocado, a lo que el sin remedio y con su transformación fue a abrir rápido.

-Pasa, cierra la puerta y baja lo que mas puedas tus feromonas- Dijo para volver rápido a la cocina. El invitado hizo lo pedido y siguio al nuevamente azabache.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora