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Un chico de piel nívea y cabello azabache caminaba tranquilamente por las calles de Konoha, o eso quería aparentar pues estaba muriéndose de los nervios por dentro. Se recriminaba una y otra vez el haber caído ante los instintos, no solo habia engañado al rubio que anteriormente estaba marcado por el, si no que también estaria muy mal herido por el, por su culpa.

Iba caminanado hacia el hogar de su sensei y pareja, Naruto amaba a aquel omega y no era una sorpresa que se encontrara con el. Una vez en frente de aquella puerta de madera toco esta, haciendo un sonido que fue captado por el peliplateado que dejo al moreno en el sofá y fue a paso apresurado a la puerta, creyendo que se trataban de noticias por parte del sabio de los sapos o por la beta de cabellos rosados.

-¿¡Lo encontraron?!- Preguntó exaltado al tan solo abrir la puerta, encontrandose con la sorprsa de que era el moreno de su equipo, del cual estaba totalmente decepcionado. -Sasuke, ¿Qué haces aquí?- pregunto con el ceño fruncido.

-Kakashi, vengo a hablar con Naruto. Le debo explicaciones y quiero saber si esta con Iruka.- Dijo mirando directamente a los ojos a su sensei.

-No esta, y creo que ya es tarde para darle una explicacion- Contestó enojado cerrando la puerta en el rostro del orgulloso Uchiha.

El de cabellos azabaches se quedo en el mismo lugar durante un minuto, pensando en lo que había dicho el jounin. Al final decidio no tomarselo muy a pecho y seguir con el recorrido, ahora iría a con Sakura que al ser en estos ultimos años tan unida al rubio de seguro sabría su ubicación.

Al llegar a cierta casa toco el timbre, no paso mucho tiempo para que la madre de su compañera abriera la puerta.

-Oh, Sasuke que sorpresa verte por aqui, tenias demasiado tiempo sin hecharte la vuelta ¿Eh?- Dijo ella a modo de saludo.

-Si, ¿Está sakura? Necesito hablar con ella.- Contestó y comentó directamente al grano.

-Lo siento- Contestó ella negando. -Esta en la oficina de la hokage, ¿Vas a ir con ella?- Preguntó, recibiendo una afirmativa por parte del moreno. - Bueno, ¿Podrías llevárselo? se le olvido- Dijo la beta con una sonrisa de oreja a oreja al momento en que le entregaba el chaleco chunin de Sakura, el cual fue recibido por Sasuke que inicio de nueva cuenta otra caminata con diferente destino.

Se habia despertado como en la ultima semana en la habitacion de aquella rubia, con la diferencia de que ya no se sentía atraído por ella a causa de que el celo ya se había pasado, miro a esta por unos momentos, para luego darse cuenta de que una marca de nadie mas ni nadie menos que de el se situaba en su nuca.

Con rapidez se vistió dándose cuenta de que eran las diez de la mañana, por lo cual mejor aprovecho para desvestirse de nueva cuenta y bañarse, quitándose aquellos fluidos corporales tanto suyos como ajenos, tallando su blanca piel con brusquedad en busca de quitarse aquel olor a canela que tanto caracterizaba a la omega con la que había pasado un celo. Sin embargo al final esto se le vio negado por la vida, y una vez bañado pero aun con ese olor, se encamino de manera rápida a cierto lugar.

En el lugar donde vivía Jiraiya con Naruto no había nadie, pues se había pasado mínimo unos veinte minutos tocando la puerta, una y otra vez. Después de ese lugar le siguió el hogar de Sakura y el resto ya lo saben.

Estaba desesperado, si no encontraba a Naruto rápido enloquecería, a la única persona a la cual había amado estaba por perderla y no podía permitírselo. Nunca se lo perdonaría, mucho menos que él hubiese enfermado por el proceso que llevaba romper un lazo en los omegas.

No se lo perdonaría, le pediría perdón cada noche antes de dormir a su lado, le pediría su consentimiento por cada beso que le diera y lo seguirá haciendo hasta el final de sus días. Por qué para el orgulloso Uchiha, el uzumaki lo era todo.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora