¿Por qué tú?

27

Una chica de cabellos rosas caminaba con tranquilidad junto a su equipo hacia Konoha, después de todo habían acabado una misión de manera exitosa y lo que más quería y necesitaba era un merecido descanso.

El fuerte graznar de un cuervo le hizo detenerse, el gran ave solo se coloco cercano a ella y comenzo a graznar sin control al igual que agitar de manera violenta y desesperada por dar por lo menos el mensaje de que era una emergencia.

-¿Pero que mierda?...- Susurro la beta, su rostro cambio a uno preocupado y horrorizado al saber dos cosas.

uno: Aquel cuervo le pertenecia a nadie mas ni a a nadie menos que el mayor de los Uchihas.
Dos: Su mejor amigo estaba en camino, pudieron haberlos atacado.

-¡Sai, Sasuke, vamos!

Los dos alfas se vieron entre si, y decidieron seguir a la chica, Sai por su lado dibujo de manera rápida una ave en uno sus pergaminos, formo aquel sello y esta figura obtuvo un cuerpo con volumen y fuerza.

La chica y el otro alfa no tardaron en subirse a esta, la cual comenzo a seguir al enorme cuervo, la chica rogaba a Kami-sama que protegiera al rubio, mientras los alfas no preguntaban nada, solo pensaban que no era el momento y prontamente sabrían la situación de igual manera. Los minutos pasaron de manera muy lenta, la chica se estaba desesperando y en ese momento solo comenzó a pensar en una cosa, Naruto. Toco el hombro del chico de tez pálida, pasándole chakra, este comprendio el silencioso mensaje y en poco tiempo toco su creación que comenzo a volar de manera mas rápida.

En la cueva antes mencionada un rubio omega se retorcía cada cierto tiempo, el alfa estaba más que preocupado. Aquella sangre y el dolor abdominal del chico no le daban buena espina, llevaban dos horas así, y esperaba que la chica llegara pronto, no sabia a quien mas acudir en el caso de que ella no llegara.

-¡Itachi!

El grito del Uzumaki lo regreso a la realidad, su mano dolía mucho puesto que era fuertemente apretada por el chico, ya hasta tenia un pequeño patrón. Apretaba entre cada cinco a quince minutos sin piedad, en ese tiempo el omega comenzaba a llorar y chillar de manera aguda sin mucho control. La angustia estaba matando a Itachi, nunca penso que una situación así fuera tan difícil, por primera vez no tenia ni una jodida idea de que hacer.

Pasando las tres horas las cosas no mejoraban ante su punto de vista, el rubio sudaba y lloraba mucho, jadeaba y tiraba de lo que pudiera sostenerse. De manera rápida salió corriendo por una de las bolsas que con anterioridad el cuervo cargaba, regreso y comenzo a poner cobijas alrededor del rubio, con delicadeza también le cargo lo suficiente como para que el pusiera una cobija por debajo del omega. Asi por lo menos evitando que su acanelada piel tocara el frío del rocoso y lizo suelo, comenzo a acunar el rostro del menor.

Las lagrimas de frustración comenzaron a bajar por su rostro, nunca, jamas se había sentido tan inservible e inútil. No sabia, no sabia que hacer, su mente solo podía procesar un doloroso no serás padre.

Por su lado la chica descendía sin mucho cuidado del ave, ahora el cuervo los guiaba por entre los arboles, la Haruno corrió como alma que lleva al diablo en cuanto escucho un llanto y un grito.

Sasuke por su lado se quedo tieso, su alfa, después de tanto tiempo comenzo a reaccionar. Aquel chillido lo tenia grabado en su memoria, por fin podría ser perdonado por su amor, se pondría de rodillas si era necesario.

-¿Que pedo?- Dijo extrañado Sai al ver al prepotente alfa al lado suyo, sonreir.

-¡Que mierda haces!- Grito furiosa Sakura al ver que Itachi en realidad no estaba haciendo algo muy de provecho. -¡Itachi reacciona!- Volvió a gritar al ver al azabache paralizado en una situación como aquella. -Coloca a Naruto un poco inclinado- Ordeno.