5.

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- Vas a obedecerme en todo, quiero terminar pronto con esto, no tengo paciencia con niños.

Por un misero momento Ècarlate creyo estar frente a su padre, se le parecía tanto, solamente cuando comenzo a hablarle y le miro bien el color de los ojos se convenció que no era Dégel. Hasta ahora se preguntaba el porque dejo a su mamá por su profesor.

- Si no me obedeces, quien la pasara mal no seras tú.

Eso lo saco de sus pensamientos, apreto los puños, siempre ponían en riesgo a Mystoria solo para convencerlo de hacer algo. Se maldecía por eso, el peliazul había hecho una muy mala elección en ser su amigo.

- ¿Entendido?- el joven pelirrojo frente a él se cruzo de brazos, dandole un aspecto aun más intimidante.

- Si.

-Si, ¿Que?

- Si señor Ganimedes.

- Bien.

Desde ese día comenzó su tortura. Todos los días lo entrenaba en defensa personal, utilización de armas blancas y de fuego, como evadir a las autoridades, mantener la calma ante cualquier situacion, etc. En fin en todo lo que le sirviera para que en un futuro acabara con la vida de Milo. Cada una de las cosas que aprendía se las enseñaba de inmediato a Mystoria, ni loco dejaba que su unico amigo quedara sin ningún método de defensa mientras estuviera solo. Con esa nueva rutina comenzaron a pasar lentamente los años.

~•~

De nuevo estaba ahí, en esa cafetería en la que había descubierto trabajaba cuando no tenia algún evento. Milo ya no recordaba el tiempo exacto que llevaba observándolo a la distancia, ¿dos años y medio, tres? No estaba seguro. Lo único que sabia era que se conformaba con tenerlo aunque sea un momento cerca.

Había llegado hace unos cuantos minutos, y como si fuera una vendición por parte de los Dioses el único garzón que había en el local, era el pelirrojo que lo volvía loco.

- Buenos días, ¿que se va a servir?

"A ti, si es posible"

Su voz lo dejo hipnotizado unos segundos, por lo que Camus se estaba comenzando a inpacientar.

- ¿Señor?

- Ah, lo siento. Quiero un café cargado.

- ¿Solo eso?

"No, también te quiero a ti"

-Si.

- En unos minutos se lo traigo.

Suspiro, tenia suerte que su boca no lo traicionara y soltara todo lo que pensaba sino ya tendria una denuncia encima. Al local comenzó a llegar más gente, lo que le dificultaba el observarlo como quería. A los minutos Camus volvió con su café.

- Aquí tiene.

- Gracias.

Sus manos habian tenido un pequeño roce, algo que para el francés fue insignificante para Milo fue lo mejor que le pudiera pasar. Cuando lo dejo solo, lo siguió con la mirada, viendo sus largos cabellos moverse al compás de sus caderas, como atendía a las demás personas, pero pareciera que al único que le había tenido paciencia fue a él.

De repente algo llamo más su atención que el francés, fuera de la cafetería apareció un adolecente de tal vez 15 años y a los segundos otro de según Milo la misma edad. Quedo mirando fijo al primero que vio; pelirrojo de la piel algo morena, como Kardia, alto y con algo de musculatura. Pudo notar que este le hacia señas a alguien, que resulto ser su adorado pelirrojo, Camus le hizo una seña para que se fuera, cuando se giro en su dirección pudo ver el color de sus ojos, celestes, de un celeste muy claro... alto, ese color de ojos solo los había visto en una persona.

"Imposible"

- Mystoria, hay que correr.

- ¿Que, porque?

- Mi tío esta hay adentro y creo nos vio.- comenzaba a  desesperarse por él iría de inmediato a donde Milo, como sabia que los vigilaban mejor no.

- Pero, eso es bueno.

- ¡Lo sé!, pero el loco de Ganimedes también esta hay, vamonos.

Sin darle tiempo a responder tomo su mano y salio corriendo lo más pronto.

- ¡Ècarlate!

¡Ese era su sobrino!, ¿Porque demonios había salido corriendo?, ¿ Quien era el peliazul que iba con él? Más importante, ¿como conoció a Camus?

- Dioses por favor no. No puede ser mi enemigo.

~•~

Desde eso pasaron unos días, Milo había sido enviado a la isla Mikoros para realizar un nuevo trabajo, Kardia a esa hora de la tarde todavía trabajaba, por lo que la  casa estaba sola, detrás de casa un auto negro estaba estacionado, y en su interior dos pelirrojos.

- Sabes que hacer, no tardes sino...

- Ya sé, Mystoria pagara las consecuencia ¡ Porque no solamente me atormentan a mi, él no tiene nada que ver!

- Mira mocoso, no me importa lo que pienses, si las cosas se hacen así es solo por las ordenes de Athena. Ve hacer lo que te dije.

Muy de mala gana le hizo caso. Por un balcón entro a una de las habitaciones. No quería hacer esto, se imaguinaba el esfuerzo de la familia a la que le iba a robar para conseguir las cosas. La habitación en la que se encontraba era al parecer la de un niño, por la cantidad de juguetes que se veía. Lo mejor seria salir a la sala para ver que podía llevarse de ese lugar. Cuando abrió la puerta un gato negro apareció, el animalito lo quedo mirando y para su sorpresa este comenzó a ronronear y pasarse por sus piernas.

- Sale pequeño, no quiero hacerte daño.

Pero para su mala suerte justo en ese momento alguien llego a la casa.

-¡ Hades, ya llegue, ¿donde estas montón de pelos! - la voz de la mujer se le hacia familiar.

- ¿Hades?- tarde se dio cuenta de en que casa se encontraba, ¡Era la suya! Estuvo a un paso de robar en su propia casa, ese gato era su mini pantera, el ultimo regalo que Milo le había hecho, entonces la mujer que había llegado, no era otra más que su madre.

- Hades, ¿donde te metiste?

Cerro la puerta de inmediato al sentir la vos de Kardia tan cerca, pensando en que ella tal vez no se habia dado cuenta de nada. Que equivocado estaba, de la nada la puerta se abrió de golpe y su madre entro con una pistola en mano, lo más seguro era que la había sacado del arsenal de Milo.

- ¡ Quien quiera que seas, más te vale salir de inmediato de aquí!, ¡ no me va a temblar la mano para disparar!

Kardia prendió la luz y por un segundo creyó estar viendo una ilusión.

- ¿D-Dégel?

- No soy mi padre.- sin querer, o tal vez si, se termino delatando.

- Ècar...

- No puedo quedarme, te juro que es lo que más quiero es volver contigo y mi tío, pero no puedo, torturaran a otra persona por mi culpa... estas igual de hermosa mamá, espero volver con ustedes pronto.

Tal y como llego se fue, dejando a Kardia con la rabia y la tristeza hasta el tope, quien podía tener tan poco corazón para mantener a un niño cautivo tantos años, y luego ordenarle robar en la casa de su propia familia.

- Si al culpable de todo esto no lo mata Milo, lo haré yo misma.

🔹🔹🔹

Hola!

Segun yo esto lo iba a subir mañana o el Domingo, pero inspiración-San se digno a aparecer en un ultimo momento y salio todo esto.

" Mi Hermoso Enemigo" esta próxima a terminar. 😢

Chaito.

ScorpioNoMilo ✌ 

Mi Hermoso Enemigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora