Hoy tuve que organizar el funeral, la verdad no es fácil elegir un ataud, y menos cuando hay que elegir la lápida y lo que pondrá, pero creo que todo acaba un día, y debemos aceptar las consecuencias.
¡Oh!, nunca te mencioné lo que pasó luego de que Valentia me contara todo lo sucedido, y como necesito un tiempo a solas y me gustaría reflexionar sobre todo esto;
Después de unos días de que Valentia me hubiera contado sobre sus complicaciones, me comprometí a ayudarla en todo, y eso hice, ayudé a cuidar de su padre, a que ella misma se cuidara, a que la casa estuviera más ordenada y limpia, ya que su hermano menor no sabía como ayudar además de no molestarla a ella y a su ahora su difunto padre, y si, con mucha tristeza te tengo que decir que el padre de Valentia no sobrevivió a esa gripe -y que ahora me entero de que se trataba de la gripe española-, pero creo que fue menos peso encima para Valentia, ya que a los meses se veía más alegre aunque aún con secuelas de verlo morir lentamente al pasar los meses, yo tampoco hubiese reaccionado bien, y creo que Valentia fue bastante fuerte por superar esto tan bien y rapido.
Y ahora te preguntarás por qué digo "fue", y la verdad prefiero escribirlo en ti, ya que no puedo hacerle frente a alguien para decir esto sin explotar en lagrimas. ¿Listo?
Valentia murió.
Yo tuve que organizar el funeral de la persona que mas amaba, ya que su padre murió antes, su madre huyó con otro para no hacerse cargo de Taddeo y tener una mejor vida, y ni le interesó el trauma que le pudo causar a su hijo más pequeño, Bartolomeo, ¿por qué yo tuve que ser el único que sufrió tanto y el único que organizó el funeral?, no lo sé, pero estoy comenzando a perder mi cordura, como si todas las personas que amara murieran, todo lo bueno se desvanece, pero no puedo perder la cordura cuando actualmente soy el único que la tiene, más ahora cuando estoy a cargo de un niño de once años que tiene que ver como toda su familia ha muerto y sólo le quedo yo. Es como si la vida me hiciera vivir la muerte de mi hermano una y otra vez sin dejarme descansar, sin dejarme pensar que aún hay un pequeño rayo de felicidad entre tanto desastre que me ha tocado vivir.
Ahora tengo que dejarte, Bartolomeo me está diciendo que es momento de que ayude a cargar el ataud para que la entierren. Quizá esta sea la última vez que escriba en ti, así que sólo te dejaré una última reflexión de todo lo que ha pasado en éstas páginas, en estos años, en esto que me arruinó la corta vida de diecinueve años que tengo, que me marcó como nada que me ha pasado, que me arrolló con su cruda realidad, que me mató por dentro.
Toda la guerra ha sido puro sufrimiento, no hay ningún bando ganador aunque alguno haya quedado mejor parado, no hay cosa material que arregle todo lo humano que se perdió, no hay nadie que me devuelva a mí Luka, a mí Valentia, a mí madre, a mí vida anterior, a mí felicidad que ya no vive más en este mundo porque ya no hay nada que me haga sonreír, no hay nada bueno a estas alturas para mí. Sólo sigo aquí para cuidar del hermano deValentia -y que ahora que lo veo bien, es casi como ella- para que no viva con las mismas marcas que viven en mí tras todo esto, tras esta horrible guerra que el estúpido mundo aceptó crédulamente sin saber todo lo que vendría; completos idiotas con banderines fueron todos, completo idiota fui yo al creerles, así que solo me queda vivir y esperar mi muerte para volver a encontrarme con valentia y todo lo que me lograba sacar una sonrisa, aún me queda esto y podré volver a ser feliz.
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Amadeo Salvatore D'mico
Historische Romaneel diario de un chico italiano que tuvo la mala suerte de vivir en la época de la primera guerra mundial, donde tiene que contar todas las desgracias que le van pasando a su familia.