Aún no he visto a mi mamá, pero ella me dijo que pronto vendría a por mí. No sé cuantos días han pasado. Tal vez veinte, tal vez treinta, pero no me importa.
Me dijeron que yo tenía que cumplir una función importante aquí, y sobre todo que ellos, los hombres, no notasen nada.
Hay otros niños como yo, pero aún no sé si tienen a su mamá aquí o si son como yo, es decir, que su mamá está lejos. Me dijo que jamás lo preguntase, y que sólo escuchase lo que hablaban los hombres entre ellos. Al parecer ellos son muy malos ya que hicieron cosas malas a mi madre.
Eso no me lo dijo ella, si no otra señora que estaba en la misma habitación. También me dijo que todo esto era como una película en la que yo soy uno de los protagonistas. Tenía que hacerlo perfecto.
Un espía.
Un agente de la justicia.
Me infiltraría en el enemigo para ver si había posibles fugitivos. Aún no he comprendido qué tiene de malo que existan fugitivos. La señora me dijo que alrededor de la ciudad había mujeres armadas todo el día. Eso me sorprendió mucho, ya que debían tratarse de mujeres que jamás dormían.
Increíble.
Por las noches paso frío. Al principio no quería acercarme a ninguno de esos hombres tan malos, pero como soy un espía me inventé un personaje, no como los cuentos que mamá me leía cuando vivía fuera, más bien como las películas que ven las personas mayores. Me infiltraría en terreno enemigo y buscaría sus secretos.
El más hablador de los hombres que conozco es Levi, aunque lleva unos días callado. A veces por la noche le pregunto qué le pasa pero, o bien me contesta con un gruñido, o bien me dice que no me preocupe. A veces pienso que trama algo, pero él no sabe que le van a matar si lo intenta.
Luego hay otro que también echa de menos a su mamá. Se llama Gabriel, y es amigo de Levi. De él también pienso que trama algo, pero me da más pena, porque por las noches llora mucho. No sólo echa de menos a su mamá, si no también a un hombre que se llama Hugo. Seguramente sea su hermano, porque si fuera su padre diría ‘papá’. Mucha gente le llama ‘maricón’, no sólo las mujeres que nos vigilan, si no también otros hombres. Pero ellos jamás se lo dicen a la cara. Yo que sepa eso es un insulto muy feo. Mi madre no le gustaba que yo dijese palabrotas, por eso yo nunca le llamo ´’maricón’. Cuando he querido referirme a él, simplemente he usado su nombre: Gabriel.
Luego también me llama la atención Simón. El no es de aquí, es decir, de España. Según le he oído decir viene de Colombia. Allí vive toda su familia y les echa mucho de menos. Lo cierto es que no me parece mala persona, pero seguramente hizo algo malo, aunque fuese sin querer. Como cuando yo rompía algo en casa. Lo hacía sin querer pero mi madre siempre se enfadaba diciendo que todo era muy caro y que tenía que andar con cuidado. Traté durante un tiempo imitar a los gatos, pero lo único que conseguía era romper más cosas, porque ellos son gatos y yo no. Sólo soy un niño pequeño. Espero que cuando sea mayor no sea como los hombres malos con los que me encuentro.
Echo de menos a mi mamá, y seguro que ella a mi también. El día que me iban a traer aquí lloró mucho, pero yo no. Iba a participar en una gran película como había dicho la señora que se sentó al lado de mi mamá. Y además, ella volvería a por mi, entonces ninguno de los dos tenía que preocuparse por nada.
Aún así, y sabiendo que pronto volveré a estar con ella, la echo de menos.
Ojala pudiese verme aquí.
Estaría muy orgullosa de mi.
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Un fuerte saludo, Igor
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La Ciudad De Las Niñas Violadas
Misteri / ThrillerHistoria contada a traves de las vidas de sus protagonistas, que se encuentran encerrados en una gran cárcel de piedra, viviendo a merced de sus siniestras secuestradoras.