Capitulo 5

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La mañana era un infierno. Hacía demasiado calor. Era domingo y me había despertado a las 9 a.m.

No teníamos nada que enfriara, ni siquiera un ventilador.

Estaba con un libro hechandome aire.

El cartero paso y dejó una invitación color rosa fuerte que se veía bastante peculiar. Tenia manchas negras y muchos adornos, raro.

Salí por ella y la recogí. Tenía escrito con negro "FIESTA DE LILI"

Pero quién era Lili?

La leí completa, y la tiré.

No tenía nada que hacer así que me dormí otro rato.

Estaba desayunando viendo la tele. A noche fue magnífico y me dí cuenta, de algo... me gusta Louise.

Pero seguía con la duda de por qué, y luego recordaba su encantadora forma de ser, y su físico. Cualquiera se derretiría con solo verla, pero no toma en cuenta ello, a si que nadie lo hace.

Tenía ganas de verla otra ves pero sospecha ría y me moriría si supiera mi GRAN secreto.

Estaba dando vueltas a la cuchara en mi plato con cereal hasta que veo a el cartero tocando la puerta.

-Ya voy.-Grité

Salí hasta la última puerta.

-Buenos días señorita Styles.-Dijo el amable señor.

-Buenos días.

Sacó de su bolsa algunos recibos y una carta que atrajo mi atención.

-Qué es eso?-Señalé la carta.

-Oh n-no lo sé.-Dijo con extrañeza.-Nunca reviso lo que me dan.

-Ah esta bien.

-Bueno, que tenga buen día señorita Styles.

-Igual.-Dije sin verlo, leyendo lo que decía la maldita carta.

Era una invitación a la fiesta de Lili.

Lili Payne, 18 años,  cabello lacio y café,  ojos miel, era super amigable, no me caía del todo bien, pero iba a ir.

Suena mi celular y era quien menos quería que sonará.

-Qué quieres ahora?

-Holaaaaaaaaaaaa mi amor.

-Amor tu culo.

-Entonces eres mi culo, mi amor.

Amaba irritarme.

-Nicole, porqué chingas tanto?

-Porque eres muy chingable.

Colgué. Como odiaba a esa puta.

Sonó de nuevo mi celular.

-Putamadre deja de estarme marcando mierda puta arrastrada.

-Qué?

Mis ojos se abrieron como platos y me quería morir. Era Louise.

-P-p-perdón era... olvídalo. Hola.-Dije toda nerviosa.

-No importa.-Se río.-Qué haces?

-Nada mas que hablar contigo y tú?

-Tampoco nada...-Bostezó.-Dormía.

-Y para qué me hablaste.

-N-no más. Quería oír tu voz, es linda.

Mi voz no es para nada linda, es ronca pero...

-Mi voz no es linda Lou.

-Claro que lo es.-Dijo contra diciéndome.

-Aght bueno.

-Oye, qué tal si vamos a un picnic, en el parqué?

Sonaba como una cita, oh dios me muero.

-Claro, cuando?

-Hoy.

-Woah si que quieres ir... verdad?

-Oh no bueno sí bueno..-Se estaba poniendo nerviosa.

-No te nerveosees, esta bien. A qué horas?

-A-a las... c-c-cinco.

-Esta bien. Nos vemos a esa hora.

-Sí. Adiós a..

Colgué.

QUÉ IBA A DECIR DIJO A..

<<No malinterpretes>> pensé. Me calme.

Pero, en serio,  qué habrá querido decir con... "A".

5:15 p.m.

Había elegido comida que a Harriet le gusta.

-Queso cotagge.

-Sándwiches de chocolate con mantequilla de cacahuate.

-Jugo de manzana.

Etc...

Ya había llegado a el parque. Aquí no habían parques así que solo tenía que decirle 'parque' para que supiera cuál.

Me senté debajo de un árbol dónde habían flores de diversos colores, tipos y formas.

Pasé mi mano izquierda entre un puñado de estas.

Vi a Harriet caminando rápidamente con una sesta.

-Hola Lou.

-Hola.

-Que traes ahí.-Dije señalando le la sesta.

-Una cámara.

-En una sesta?

-Pues estamos en un picnic, si trajera una bolsa sería raro.

-Como digas.-Me burlé.

-Qué comida traes.

Abrí la sesta.

-Mira.

Miró, tanto que parecía que se metería en ella.

-Rico.-Se relamío los labios.

Al cabo de unos minutos estábamos comiendo y platicando tonterías.

Le iba a confesar mi más grande secreto. Era mi mejor amiga y no podía mantener ese secreto mas.

-Harriet.

-Si?

-Te tengo que confesar, algo.

-Dime.

-S-s-soy...

Me interrumpió.

-No tartamudees. Solo dime.

-S-soy.

-DILO.

-SOY LESBIANA.

El silencio se centró en la platica. Sólo se escuchaban los murmuros de la gente que ahí permanecía y los oxidados columpios en movimiento.

-Lo siento. No podía seguir ocultandolo.-Dije a punto de llorar.

-No llores...lo entiendo.

Una lágrima recorrió mi mejilla. Harriet paso su fina mano limpiando la y me abrazó.

-No me odies.

-Cómo te odiaria por eso, sería una perfecta estupidez.

-Gracias.

-De nada para eso estamos las amigas.

-Te quiero.

Seguimos comiendo y riendo.

Me dijo algo que... me cambió.

Nada podía ser mejor.

After The Dawn Larriet Stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora