Capítulo 23

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-¡Harriet!-Exclamó un tipo alto de cabello dorado y ojos cristalinos que me abrazó cuando dejé mi copa de vino.
-Hola... tú...
-Thomas.
-¡Oh! si Thomas.
-¿Cómo te ha ido con tu vida querida?
-Am... digamos que bien algo así.
-¿Algo así?
-Si nada interesante ¿y a ti? ¿como te ha ido?-Pregunté dándole un golpe en el estómago.
Me miró como si le hubiera dicho de lo que se iba a morir y se tocó el estómago sobándolo.
Oops.
-Uh, bien he trabajado en una compañía de mercados, mercados de legumbres.
¿Qué mierda?
-Mmm... interesante.-Me recargué en la barra del bar en el que nos encontrábamos, lo estaba insinuando y no tengo idea porqué si tenía la vida más patética que la de Lindsay Lohan después de salir de rehabilitación.
-Sí nos llegan cerca de 1,000 kilos de garbanzos a la semana ¿lo puedes creer?
-Wow.-Ni siquiera como garbanzos.

Después de cerca de treinta minutos sin parar de hablar sobre frijoles  y chícharos mencionó su vida amorosa.

-¿Y cómo te va en esto del amor eh? ¿Algún novio.. guapo?
-Am, no, no he tenido novio desde hace como 3 años.
-Vaya, pues yo tengo un novio se llama Erick.
Vales mierda.
-Oh.
-Si... el es tan perfecto tiene unos bíceps que oh por dios y su trasero.
Trasero.
Louise.
-¿Y por qué no te das una oportunidad en el amor Harriet? Mereces algo.
-No merezco nada.-Puso su cara de confusión que no veía desde hace unos 5 años.-Tenía una novia.
Sonrío demasiado que parecía que sus labios se iban a romper.
-Estábamos... estábamos en público y no quise tomar su mano y ella se resintió y se fue y algo paso y la encontré y me dejó. Soy una mierda.
-Oh...
Bajé la cabeza.
-Pues Harriet tienes que hacer algo si de verdad la amas de dejar de larmentarte y querer dar lástima a los demás, búscala, demuéstrale que tu amor es verdadero y sincero si de verdad lo es.
No lo era.
-Gracias Thomas.
-Y te tiene que dejar de importar lo que los demás opinen, nunca...-Se acercó extremamente hacia mi.-Nunca vas a dejar contento a nadie, siendo heterosexual o bisexual gay o travesti. Siempre te odiarán sin importar que hagas mal o bien. Que te quede claro eso.
Seguí callada.
-Y debes de dejar de huir de tu sexualidad, de quien realmente eres, y menos con alguien que claramente es gay.
-No se que decir. Gracias.-Le mostré una leve sonrisa.
-Aquí estoy para lo que sea Haz.
Lo abracé y salimos del lugar.
*
Estaba caminando hacia la salida de la prepa cuando en eso escucho unos sorbidos y llantos.
Me guíe por los sonidos que guiaban a los arbustos y me encontre a nada más y nada menos...

Que Zaynia.

-¿Qué ocurre Zay?
Sorbió.
-Pi.. Pi.. Pi.. Pierre...-Sorbió.
-Ajá.
-Pierre me dejó.-Soltó el llanto.
-Oh Zay...-Puse mi brazo en su espalda acercándola a mi.
-El me dijo que...-Sorbió-Estaba cansado de mi y que era demasiado anti femenina.-Sorbió de nuevo-Y Lou... te lo juro que traté de cambiar,-Una vez más- Por el, porque lo amo y no puedo vivir sin él.
Hizo una pausa breve.
-Pensé en dejar el equipo para volverme más femenina y comprar vestidos y zapatos rosas caros.-De nuevo, sorbió.-Pero antes de que lo hiciera, me dejó y trate de explicarle lo que iba a hacer por el y no, solo me gritó y me dijo que era una puta marimacha, ósea que asco.-Cambié mi cara de preocupación a una de confusión.-Tú eres lesbiana pero una marimacha... ¿tienes la clara idea de que es eso? es como lo degradante de las lesbianas así como los gays que usan tanga y alas de mariposa en los desfiles, no es agradable. Y yo no soy así Louise, ¡yo no soy así!-Volvió a soltar el llanto.-Pero el no lo entendió sólo me criticó y me hizo sentir una patética mierda. Lo amo Louise lo amo demasiado no podré superar esto lo amo lo amo lo amo.-Se paró y gritó.-¡Lo amo! ¡Pierre Edwards te amo con mi vida!-Para mirar al piso y sin apartar la vista dejarse caer en rodillas.
-Zay cálmate por favor.

Me rompía ver a una persona como Zaynia, tan segura de si misma, tan fuerte, de esta manera.
Siguió llorando y gritando por al menos veinticinco minutos.
-¡Ya Zaynia! Cálmate.
Se detuvo y me miró, con sus perfectos y marrones ojos hinchados y rojos de tanto llorar. Con la boca llena de baba escurrida y mocos líquidos.
-¿Cómo era tu relación con él?
-Era.-Apretó la cara para empezar a llorar de nuevo que sólo tomé su barbilla y la acerqué a mi.
Por unos cinco segundos observé sus labios, algo morados y mordidos pero gruesos, tan besables.
-¿Cómo.-Observé sus labios y regresé a sus ojos.-Jodidos era tu relación con ese hijo de perra?
Me miró con desprecio.
-Él, pues era.-Cambió su expresión a una sonrisa realmente falsa apretando los dientes.-Genial. Me llevaba a comer y me contaba historias de lo que haríamos en un futuro cuando tuviéramos ocho hijos.

Obviamente no era así.
-Dime la verdad.
Su expresión ahora era de nerviosismo, sudaba, creo o tal vez era un moco escurrido.
-Él me lastimaba.
Me enojé.
-Me pegaba y me decía que lavara su ropa y que le hiciera de comer. Y ósea Louise.-Giro sus ojos hacia mi.-No se cocinar.
-No necesitas explicarme más. Dame la dirección de su casa.
-¡No Louise no!
-Si Zay ese hijo de puta debe ir a la cárcel.
-No Louise, por favor. Por mi.-Me miró con sus ojos en lágrimas que increíblemente no salían de sus párpados.
Suspiré y me senté de nuevo.

-¿Y por qué le tienes amor a ese desgraciado?
-Porque salvó a mi madre Louise.
¿Su madre? había escuchado que tenía un padre pero...
-¿Tu madre? Zay pero si desde que te conozco vives sola.
-Si Lou pero cuando estaba con el me llamaron del hospital. Tenía un grave caso de Tuberculosis y necesitaba una cirugía urgente si no no se podría salvar y yo no tenía los recursos para pagar esa operación, era realmente cara, y el la pagó y mi madre está con mis hermanos por allá en Bradford.

Si el tipo trabajaba para su padre ¿por qué este no le pago la operación?
Hasta que recordé que estaban divorciados y se odiaban con la vida el uno al otro y que si el llegaba a saber que Pierre pagó una operación para su ex esposa terriblemente odiada de seguro lo correría.

-Mierda.
Esa no era razón aparente para amarlo tanto pero no seguiría juzgando.

Después de un rato me tenía que ir.

-Adiós Zay espero que te sientas mejor.
-Adiós Lou.
Caminé para salir de ese patio hasta que...
-Nadie me va a volver a amar como el lo hacía.
Estaba harta solté bravamente mi mochila corrí y besé a Zaynia, la besé en los labios.

-¿Segura que nadie te va a amar?

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After The Dawn Larriet Stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora