『 ONE SHOTS >> Jaeden Martell 』

Imagina 6

Imagina que fueron de salida con su nivel de escuela a la nieve y te encuentras a un chico que fue tu compañero en primaria y que te gustaba.
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Hoy es la salida...iríamos a la nieve lo cual me emocionaba demasiado. La nieve. La amo es una de las cosas mas bonitas que he visto, me encanta ver cuando cae nieve del cielo, en simples palabras un espectáculo natural hermoso... Ya quedaba menos para ir en los buses hasta las montañas donde nos alojaríamos en unas cabañas que nuestros padres han reservado para nosotros y tener mayor comodidad.

Me encontraba recostada, aún, mirando a la nada mientras pensaba sobre el viaje y lo emocionante que será, de pronto el sonido del despertador retumbó en mis oídos lo cual provocó que me levantada de un salto, normalmente no hago eso pero la emoción me gano, tome mis cosas necesarias y las eche rápidamente a mi bolso que llevaría, me vestí y duche en fracciones de segundo y salí rápidamente hacia la planta baja.

—Hola, mamá y papá—dije dandole a cada uno un beso en la mejilla incluyendo a mi hermano.

—Okey...esto es raro—mi hermano desprecio el beso —se nota que estás emocionada eso no lo haces muy seguido.

—Veo que estas muy emocionada— mi papá solto con una risa y mamá asintió.

—Es que voy a ir a la nieve y ustedes saben que me ¡ENCANTA! la nieve— exclamé emocionada.

—Si, ______, lo sabemos—mamá se acercó a mí con el plato de desayuno el cual me lo devoré en unos instantes.

Fui al baño rápidamente para lavarme los dientes y peinarme, me termine de arreglar, tome mi bolso pero mamá insistió en darme la típica charla de padre e hijos, ya pasado un rato de la larga charla con mil situación de precaución salí de casa y llame a Mel para decirle que la esperaría donde siempre.
Al llegar ya casi habían llegado todos así que me senté a esperar a Mel mientras veía a los chicos hablar y reírse, de vez en cuando uno de ellos me miraba, tenía el pelo rizado y me miraba de vez en cuando.

—Hola,______—me sobresalte ya que está perdida en la mirada de el chico.

—Mel... me has asustado...— le di un beso en la mejilla para luego sentarse.

—Eso te pasa por mirar tanto hacia donde los chicos, se que mueres por uno de ellos — se burló y yo de vuelta la empuje.

Ambas comenzamos a comer algunas gomitas que compramos en la cafetería para no morir de hambre mientras seguía al chico con la mirada, todo iba bien hasta que nos hicieron subir a los autobuses lo cual nos tocó en diferentes asientos para mi mala suerte,me senté a la ventana mientras Mel se puso en el pasillo y rápidamente nos quedamos dormida porque el viaje era muy largo.