『 ONE SHOTS >> Jaeden Martell 』

17. (2/2)

Título: "Yo te cuidare" parte 2.

Pareja: Jaeden x Lectora.

Como el público pidió hare la segunda parte de este OS

Este OS técnicamente no sería incesto ya que la rayita sigue teniendo su apellido de su familia original y Angela, la mamá de Jaeden, solo la adopto para cuidarla hasta que cumpla la mayoría de edad. Es algo así como su tutora legal.

Después de comer el delicioso helado y que literalmente nos lo comimos todo. Espero que Angela no nos rete.

—Estaba demasiado rico—dijo Jaeden apoyándose en el respaldo del sillón.

—Si—le di la razón.

Nos quedamos mirando la televisión un buen rato.
—¿Deberíamos salir a caminar?—me miro. Mire el techo y luego a él.

—Creo que si—me levante. El hizo lo mismo. Nos colocamos los zapatos y salimos a caminar.

Pero nos detuvimos.
—Eh. ¿A donde vamos?—Jaeden me miro.

—Yo te seguía a ti—reímos.

—¡Vamos al parque!—su tono de voz era como la de un niño pequeño. Volví a reír.

—Okay. Vamos—inesperadamente me tomo de la mano y salió corriendo arrastrándome consigo.

—¡Jaeden!—estaba levemente sonrojada por su repentina acción.

Llegamos al parque jadeando, apoye mis manos en mis rodillas.

—Había que bajar lo que comimos—.

—Si. Pero me hubieses avisado—le reproche.

—Ya lo siento, te avisare para la próxima—se río.

—Claro, ríete de mi desgracia—recupere la compostura.
Empezamos a caminar tranquilamente por el parque disfrutando de la brisa de la tarde.

En eso divisamos los juegos. Y habían unos columpios. Mis ojos brillaron.
Salí corriendo hacia el juego y me senté. Jaeden llego minutos después.

—Me hubieses avisado—reprocho lo mismo que yo anteriormente.

—Molesta,¿verdad?—le sonreí burlonamente y me empecé a columpiar. El negó sonriendo y se sentó en el otro columpio haciendo lo mismo que yo.

—Desde hace tiempo que no me subía a uno de estos—dije sonriendo disfrutando la brisa que me brindaba el vaivén del columpio.

Me detuve. Jaeden también lo hizo.

Volví a recordar a mi familia. Una solitaria lágrima cayó por mi mejilla. Jaeden vino repentinamente y se agacho para verme a los ojos.

—Los recordaste—asentí. Él me abrazó. Yo lo abrace de vuelta.