CAPITULO IV

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Al despertar del sueño, froté mis ojos y vi que el bolso de mi hermano estaba en su sitio. Supuse que había llegado.

Revise mi reloj y vi que eran las 3:00 P.M., así que creo que si llego.

Me levante del sofá para ir a la cocina y efectivamente, ahí estaba mi hermano preparando el almuerzo.

-Vaya, con que ya despertaste. Creí que habías muerto.- Dijo Derek tomaba los platos que estaban en el mueble de arriba.

-Si hubiera muerto, estuvieras preocupado por mi y se que no eres tan malo como para dejarme muerta en el sofá.- Le respondo y me rió levemente mientras tomaba asiento.

-Estas en lo correcto.- Me dice él y me sirve el plato de comida. -Come que luego se enfría y no creo que te guste el pollo frío.-

-Ows, esta bien.- Tomé mi tenedor y empecé a comer.

-¿Como te fue hoy?- Me pregunta sentándose en la mesa con su plato ya servido.

-Pues bien, eso creo.- Le dije concentrada en mi plato.

-La señora Rosario me dijo que tenias un golpe o algo así en la rodilla. Me la topé en el ascensor.-

No pude evitar atragantarme al escucharlo y mientras bebía agua dije

-Ah... Bueno... No es nada, no es grave. Sabes como son los adultos que exageran mucho las cosas.- Respondí tratando de disimular pero sabia que de camino a casa mi rodilla tenia algo de sangre.

-Ni creas que te vas a salvar. No sabes mentir Juno.- Dice Derek mirándome seriamente. -Luego de ducharte me enseñas ese golpe a ver que tal.-

Esto de mentir nunca sale como yo espero.

En fin, terminé de comer dejando mi plato en la mesa ya que a Derek le toca lavar hoy y fui a darme una ducha. Pasé una media hora bajo el agua tibia relajándome un poco de el día de hoy y pensando acerca del sueño que tuve... ¿Por que mi hermano no podía ir conmigo? Supongo que son cosas de los sueños. Salí de la ducha y envolví mi cuerpo en una toalla para luego dirigirme a mi habitación.

Al llegar, me vestí poniéndome mi pijama ya que al final no iba a salir a ningún lado. Al terminar de colocar la camiseta, Derek tocó la puerta.

-Oye Juno, ¿Ya te vestiste?¿Puedo entrar?- Dice el al otro lado de la puerta.

-¡Si, pasa!- Le respondo y este entra.

-Vaya, si que te diste un buen golpe.- Dice el al ver el morado que tenia en mi rodilla.

En eso, se agacha y me echa un poco de crema para aliviar el dolor.

-Si sabes que dolerá caminar hasta el departamento simplemente llámame.- Dice el mientras untaba la crema.

-Lo se pero dijiste que estarías algo ocupado así que preferí no molestar.- Le digo mientras desenredaba mi cabello.

-Tu eres mas importante que el trabajo Juno. Solo tenias que marcar y yo iba por ti un momento.- Dice el mientras me ponía un parche en la rodilla.

-Vale... La próxima vez que ocurra algo así lo haré.- Le sonrío para que no se preocupe.

Al terminar de colocarme ese parche, Derek acaricia el cabello y se va. Me levanto para sentarme en la silla del escritorio y empiezo a hacer mi tarea. Tenia la ventaja de que no era mucho lo que debía hacer ya que trataba de investigar y eran conceptos cortos así que en una media hora terminé y decidí entrar a Facebook.

Sigue sin gustarme mucho pero hay cosas de las que uno puede enterarse por acá.

Al rato Derek me llamo para cenar. Luego de comer y hablar un rato, estuve lavando los platos y mientras mi hermano trabajaba en su laptop. Al terminar fui con él.

-Oye Derek.-

-Dime, Juno.- Me responde con un tono de seriedad sin separar la mirada de su laptop.

-Emm... Hoy en clases planeamos ir mañana al cine Josh, Leah y yo, ¿Vale? Iré en la tarde.- Le digo mientras rascaba mi cabello.

-¿Tienes dinero?- Dice el nuevamente sin separar la mirada de su laptop.

-Si.- Sonrío leve. Vaya que está concentrado.

-Esta bien. Ve.- Al responderme eso, mi sonrisa se vuelve mas grande y lo abrazo.

-¡Esta bien!- Le respondo. Al terminar el abrazo, regresé a mi habitación y me acosté en la cama a revisar mis mensajes de Whatsapp.

Solamente revise mis mensajes, no respondí como cosa rara ademas de que no tenia ganas de hablar con gente. Salí de Whatsapp y me puse a investigar las dudas existenciales que tenia. Mientras investigaba, llego un momento en el que las ganas de dormir me ganaron, puse mi teléfono a cargar, apague la luz y me acosté a dormir.

La verdad hoy no fue un día tan productivo como yo esperaba pero me gusta mucho estos días relajados.

Cuando estaba casi a punto de conciliar el sueño, escucho que la puerta de mi habitación se abre y con los ojos entrecerrados, vi que era mi hermano. Éste dejo algo en mi mesa de noche y se fue.

El sueño llevaba ventaja así que decidí mejor revisarlo mañana.

SHELTER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora