Voces

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“Ya no hay vuelta atrás para un destino
que ha comenzado a volverse loco
Si es por ti yo puedo hacer cualquier cosa
así estaremos juntos, ¿verdad?”

Una risa perturbadora hace eco en la solitaria casa, por momentos se intensifica mientras que por otro se vuelve más débil siendo casi por completo silenciada en ese lapso donde la tristeza y lágrimas le impiden tomar aire adecuadamente. Deambula como si fuera un muerto viviente, tiene la mirada perdida y en su estado de trance se pega contra objetos o su hombro rebota en la pared, la risa no se detiene en ningún momento y desconoce cuánto lleva así, luego de quedar varado en esa calle solitaria ya casi no recuerda nada pero no le importa.

Mío… él solo puede ser mío… piensa al detenerse frente a la puerta de su cuarto, algo en su interior está ardiendo en rabia, ya no puede pensar más allá de su retorcida lógica, esa donde algo le dice que están por arrebatarle a alguien que ya le pertenece desde ese pequeño encuentro.

Reacciona momentáneamente al ver que su mano derecha ha congelado la perilla de la puerta y una fugaz idea enfermiza golpea su mente.

Mantenerte como un trofeo de hielo… quizás así nunca te vayas…

Agita la cabeza algo asustado al darse cuenta de la imagen mental que ha creado, un pizca de sentido común lo hace volver a la realidad y aterrado hace fuerza para abrir la puerta para luego cerrarla de golpe apenas entra.

—No… y-yo nunca le haría nada a Izuku...— susurra como si se quisiera defender ante alguien.

Ese lapso de lucidez desaparece tan rápido como apareció y apenas termina de pronunciar esas palabras su mirada se torna sombría y se vuelve a perder en la nada, claro que no le haría nada al creador de sus ideas más bellas, simplemente quiere protegerlo y no hay nada de malo en ello.

Si no haces algo ella lo apartará de ti… vuelve a susurrarle la voz de sus pensamientos, es imposible hacerla callar y sabe que tiene razón.

—No la dejaré… no...— se desliza por la puerta hasta quedar sentado en el suelo, mueve su cabeza de un lado a otro desesperado.

Solo tú puedes entenderlo y quererlo como merece… hay que proteger lo que ya te pertenece.

Una sonrisa torcida acompaña dicho pensamiento, siente que su quirk está a nada de enloquecer y más lágrimas brotan de sus ojos, si Izuku no aleja por su cuenta a esos malditos intrusos no le queda más que hacerlo él.

Furioso y confundido ante esa ola de ideas y sentimientos desquiciados se pone de pie y lanza furioso lo que tiene a su alcance, grita y llora a todo lo que su cuerpo le permite, él solo quiere amar y ser amado ¿porque la vida trataba de negarselo? no, esta vez él sería vencedor costara lo que costara.

Durante ese violento arrebato lanzó un objeto en dirección a la pared llena de fotos y una de ellas se desprende cayendo al suelo.

—Oh no, perdóname Izuku— dice con voz temblorosa mientras se arrastra, al tomarla su falsa tranquilidad desaparece al ver quien aparece muy hasta el fondo de la imagen, nuevamente ella.

—Tú...— gruñe fastidiado —¿es que acaso no entiendes?—.

Esa mujer me desespera… sé muy bien que quiere alejarme de ti

Esa noche manteniendo una flama sobre la palma de su mano izquierda, no deja de reír con locura, ríe ante las ideas que le provoca ver esa ardiente flama ¿y quien lo diría? al final ese lado izquierdo por el que obtuvo el desprecio de su madre siendo apenas un niño desesperado y confundido ahora finalmente tendría utilidad.

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A

l entrar al salón nuevamente lo veo, un trozo de papel sobre mi lugar, eso se ha vuelto inusualmente común en estos días y el solo verlo revuelve mi estómago ¿es miedo? no, a decir verdad no lo es pero si me preocupa, desde el principio cada nota tiene escrito algo que logra dejarme incómodo por casi toda la jornada escolar.

¿Debería decirle a alguien? no, creo que eso sería exagerar y mantengo la esperanza de que solo se trate de una broma desagradable por alguno de los chicos, sin embargo, al tomar el papel entre mis manos siento como el cuerpo me tiembla y es que a decir verdad tengo temor de leerlo, tomó una bocanada de aire y lo hago… gran error.

»Midoriya es lindo ¿porque insiste en hacer eso? no quiero enojarme pero ella debería dejarte tranquilo. Anoche solo pude verte un momento y lograste romper mi corazón… detenla, de inmediato, no es una sugerencia…«

Nervioso estrujo el trozo de papel y lo escondo junto con los demás en un pequeño compartimiento de la mochila, volteo a todos lados solo viendo a unos cuantos chicos hablando entre sí, ninguno se ve capaz de escribir algo así.

Suspiro y trato de ya no pensar en eso, un héroe no debe sentir miedo y así sea algo raro no quiero volverlo más grande, una parte de mi insiste en que no debo ignorar esto pero al igual que la sensación de sentirme observado lo atribuyo a la presión de las clases y de querer controlar mejor mi poder.

Expulso el miedo dentro de mi y en su lugar sonrío, no debo preocuparme con pequeñeces, al final de cuentas todo esto es solo algo inofensivo ¿no? esa persona tarde o temprano se aburrirá, si, estoy seguro…

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H

azlo… hazlo… ¡hazlo!

Esa orden taladraba lo más profundo de su cerebro, solo ellos dos estaban en ese lugar así que podría actuar rápido y su deseo lleno de locura finalmente se silenciaría, ya era tarde y casi todos los estudiantes y maestros se habían retirado ¿quien podría ayudarla?.

Mientras sus pasos se volvían más cercanos a la castaña, que ajena al peligro buscaba algo en su bolso, más podía sentir esa sensación de placer y libertad que habría apenas borrara su maldita presencia de la vida de Izuku.

Si yo te rescatara de esa mujer tú podrías solo verme a mí…

S

u mirada sin brillo o expresión alguna solo se fijaba en ella, extendió su mano izquierda listo para paralizarla, lo haría, enserio cumpliría aquella idea mortal… esa idea tan opuesta a los ideales de héroe que pretendía buscar.

Bórrala, exterminala, ¡desaparecela!

El hielo comenzaba a brotar de sus dedos, sería algo rápido o eso pensó hasta que algo golpeó su hombro, parpadeó desorientado y giró a su izquierda para ver que había sucedido.

—Perdona, no te vi— quien le hablaba era Izuku y el golpe había sido propinado por su mochila al haber pasado corriendo.

Su mirada vacía recobró el brillo, nuevamente estaban igual de cerca que esa vez.

—Descuida…— le sonrió mientras le acomodaba uno de los tirantes.

Izuku no dijo mas, solo agradeció el pequeño acto creyéndolo algo de mera cordialidad y retomó su camino, hubiera deseado tomarle una foto a esa expresión tan dulce.

Tras su partida Todoroki se percató de que también la otra chica se había ido, su mente lentamente le hizo rebobinar lo que estaba haciendo y se quedó estático, en ese momento las voces se silenciaron y pensó con la escasa claridad que poseía, no, no lo estaba soñando ni era una de sus tantas alucinaciones nocturnas, era real, iba a exterminarla.

Ese día comenzó a entender algo importante: nadie se volvería a entrometer con él ni lo que era suyo y de ser necesario tomaría cualquier medida para evitarlo… cualquiera.

“Ahora, mis exhaustos sentimientos
emiten un leve sonido y van colapsando
Fui abandonado, pero yo siempre
seguiré sintiendo amor sólo por ti”

Specimen BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora