Y me dejé llevar. Y comencé a disfrutar.
En mis 23 años, era un total inútil drogadicto que veía cómo un hombre golpeaba a su madre día tras día.
Luego de 4 horas, el fecto pasó.
Salí por una cerveza, vi a mi madre en el suelo, con sangre en la cabeza. Y atrás, parado con un jarrón en la mano, Ethan.
-- Sigues tú. -- dijo, en una risa sin sentido.
Lo ignoré y fui hasta el refrigerador. Abrí la puerta, me agaché y el jarrón se había estrellado contra la pared.
-- Por fin, luego de años, por fin te puedo matar a ti también. -- empezó a sermonear, luego pateó la puerta, haciendo que mi cabeza quede en medio -- Tu madre nunca dejó de joder, sabías? "Hazme lo que quieras pero a mi hijo no lo toques"
Este tipo estaba realmente mal.
Pero yo estaba peor.
Tomé la pistola que tenía en la cintura, y le apunté. Disparé.
La presión de la puerta contra mi cabeza disminuyó, ya me estaba asfixiando.
-- Y tú nunca dejaste de joder a mi madre. -- volví a disparar. -- y es hora que dejes de hacerlo.
En total le di 4 disparos. Uno en la cabeza, en la garganta, el corazón y el último en los testículos.
Fui hasta el cuerpo de mi madre, definitivamente estaba muerta.
Me senté en el sofá, cogi una de mis gringas y cuando estaba por inyectarme, sentí un golpe en mi cabeza.
-- Eres tan o peor de inútil que yo. Perfecto.
Cuando terminó de decirlo, una luz me cegó.
La heroína estaba fuerte, porque estaba parado arriba de nubes, con un montón de gente mirándome.
-- Wow! Esto es increíble! -- dije.
-- Si si, bueno, tu deber es solo dar odio para preservar el equilibrio del universo.
-- ¿Qué? Tú eres producto de mi droga, no te voy a hacer caso. -- me burlé.
Sentí algo entrando en mi recto, esto no es agradable.
-- ¿Crees que es un efecto de tu droga, niño? -- escuché una voz femenina --. No creo que esto sea un efecto, porque es bastante real. --me empujó con su pie y caí de frente.
El tracero me ardía.
-- ¡Estúpida! -- grité.
-- Acostúmbrate. -- dijo el viejo que me trajo hasta aquí. Luego se hizo polvo.
-- ¿Cocaina? -- supuse.
La chica giró los ojos y se fue.
(...)
-- ¡Derek! -- escuché la voz de Amor, maldita fastidiosa.
-- ¿Qué quieres?
-- ¡Deja de crear guerras!
-- ¿Por qué? Es divertido ver cómo se matan entre sí por una estupidez.
-- Eres un maldito bastardo.
Y no se equivocaba. Yo era un bastardo que creció en calles peligrosas, no sintió remordimiento al matar a su padrastro ni al ver muerta a su madre, se drogaba todos los días.
Ahora soy el encargado de "preservar" el equilibrio del universo. Cosa que me importaba una mierda mientras pueda seguir haciendo vidas miserables.
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Maestros.
FantasyEn el mundo, además de mortales, ángeles, demonios, poderes, Dios, nefilims, existen maestros. ¿Qué son? Bien, ese es el tema. Mucho tiempo atrás, antes de la tecnología y luego de Adán y Eva, Dios decidió que mortales lo ayudarían con su trabajo...