Capítulo 2

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Luego del pequeño encuentro que John tuvo con Dios y Lucifer, el exorcista iba por su siguiente cliente, hace algunas semanas John había descubierto un bar combinado con Karaoke, todo normal hasta cierto punto, pero cuando el propietario del bar es un demonio las cosas se ponen divertida, según las diversas informaciones que había obtenido de una fuente muy confiable, las personas que entran a dicho lugar, salen con un extraño comportamiento, algunos hablan en idiomas que nunca hablaron, entre otras cosas extrañas. Incluso el vaticano tuvo que comerse su orgullo y llamar a Constantine comunicándole que habían tenido más de 50 casos de posesión, en lugares cercanos a dicho bar, y por mera obligación John aceptó dicho trabajo y más aún cuando tenía la oportunidad de tocarle los huevos al vaticano, pero entre todo esto había algo que le llamaba la atención, y estaba a punto de descubrirlo. 

Bar Infernal...no tienen problema en ocultar su lugar de origen- Comentó Constantine para sí mismo, mientras observaba el letrero del bar, que consistía en una figura del demonio, que agarraba una botella de cerveza y un micrófono, el demonio como era de esperar estaba envuelto de luces rojas ya que era una costumbre para la humanidad hacer eso- es hora de trabajar- Constantine abrió la puerta del bar, sin llamar la atención de nadie ya que todo el mundo estaba cantando la música que aparecía en la pantalla led, y algunas que otras parejas bailando, John miró de derecha a izquierda, para luego quitar su arma y disparar contra el techo y cortando toda la diversión – Hola...a todos...no hace falta que me presente...

John Constantine- Murmuró uno de los tantos demonios que se encontraban en el lugar, que conocían perfectamente al exorcista, el pelinegro solo sonrió y apuntó su arma, hacia el demonio que lo miraba con mucho terror- JAJAJA ERES UN IDIOTA...TODOS AQUÍ...SOMOS DEMONIOS Y VAMOS A MATARME...- John miró como los demonios, se levantaban de sus asientos y lo miraban atentamente – y nuestro señor nos recompensará...  

John no dijo nada y apretó el gatillo de su arma, para darle una respuesta obvia al demonio que solo cayó al suelo, con un agujero en la cabeza, los demás demonios al ver lo que hizo el exorcista, corrieron hacia Constantine, que quito una granada, al instante los demonios se detuvieron con solo ver el artefacto que tenía el exorcista en sus manos, John le quitó el seguro a la granada y lo lanzó, para luego disparar contra la misma, y que esta estalle para que una nube de humo adornara el lugar. Provocando que los demonios griten de dolor, ya que la granada de humo, estaba hecha de agua bendita, una arma que el vaticano le había regalado a John para el trabajo, al igual que muchas armas más, para trabajos futuros, algunos demonios que podían pararse aun con el efecto del humo, fueron asesinados con un simple disparo. 

Me preguntaba cuando ibas a salir de tu escondite – Mencionó John que estaba preparado para fumar nuevamente, pero un rubio lo detuvo y le quitó el cigarrillo al igual que el encendedor que estaba buscando en su chaqueta, John solo suspiro ante tal acto, pero aun así no podía hacer nada- primero Dios y Lucifer, y ahora me visita el Arcángel Miguel...el jefe del ejército celestial, que puedo hacer por usted su eminencia 

Ten más respeto hacia mi persona, señor Constantine – Respondió Miguel, que estaba vestido de un traje amarillo, una corbata negra, y una sombrilla que para Constantine era cualquier cosa menos una sombrilla, Miguel se quedó mirando al exorcista, sin duda alguna había esperado mucho más de dicho exorcista, incluso los altos miembros del vaticano tenían un poco de respeto, con la oveja descarriada como era Constantine según lo que había escuchado- Has terminado el trabajo que el vaticano te encomendó muy rápido...- John alzó sus hombros, dándole a atender al Arcángel que el pelinegro le importa tres cuartos de lo que dijera, para sonar más respetuoso- vengo a ofrecerte una entrada al vaticano...para la misión que te dio mi padre y... 

Espera un momento ricitos de oro – Interrumpió Constantine al Arcángel que miro atentamente a el exorcista, sin duda el pelinegro aun no entendía a quien se dirigía y el arcángel se dio cuenta, como su hermano caído Gabriel, siempre se quejaba de el en las reuniones- tu hermanita o hermanito...se portó mal...no voy a ir como un niñero a corregirlo

Miguel observó atentamente a Constantine, en el cielo había escuchado que pocas criaturas demoníacas se atrevían a atacar a Constantine luego de derrotar a Mammón y a Gabriel, también ha estado entrenando para enfrentamientos más difícil, que en esa pelea tuvo que sacrificarse para derrotar a su hermano y al hijo de Lucifer, algo que le dio entrada al cielo sin importar sus pecados pasados y tampoco sus futuros pecados, algo que él no aceptaba en ninguna circunstancia. John y Miguel se miraban atentamente, Constantine tenía los huevos bien puestos para desafiar a un Arcángel, tampoco era como si se preocupara mucho, después de todo si moría, iba a ir al cielo y descansar en paz, por lo que el tener miedo a morir, ya no era una opción para John. 

MARAVILLOSO- Dijo Lucifer que apareció en el vestido de cantinero, que servía varias copas, con una sonrisa que John quería borrarla con un solo disparo, luego apareció Dios y con un solo chasquido, los cuerpos desaparecieron y el bar tuvo algunos cambios- Vamos, no seas aguafiestas, el decorado era espectacular o no lo crees John- El pelinegro estaba preparado para irse del lugar, pero Miguel iba impedírselo- vamos John ven y diviértete con nosotros

Mi respuesta es no...porque mejor no van al vaticano y se los piden a sus perritos- Dijo John sabiendo perfectamente lo que querían de él, Miguel le regaló una mirada de enojo a Constantine, Dios solo negó y se sentó en la cantina, antes que Lucifer le pase un vaso de vino – porque buscarme a mí, cuando tienen a mil personas...detrás de ustedes

No John...tú eres el único que lo puedes hacer- Comentó Lucifer, aunque no lo quiera admitir, John se estaba ganando cada vez más su entrada en el cielo y aunque él no iba a permitir que su alma fuera de su reino, esta vez no podía hacer nada – tu habilidad, de ver lo que muchos no ven nos ayudan mucho...por eso tienes que aceptar  

Fin Del Capitulo

Espero Que Le Guste

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Gracias 


CONSTANTINE:  The ExorcistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora