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Gio ignoraba esas cosas , los golpes , los gritos , apesar de querer ayudar a alguien en ese lugar , pero era inútil .

Quizás  papá podría ir a una rehabilitación y  mamá podría ocuparse de buscar algo que la haga feliz , feliz en verdad. Quizás el hermano de  Gio podría venir para pasar las fiestas con ellos , quizás así mamá recuperaría la alegría de antes y así ayudaría a papá .
Quizás así podrían hacer de su miserable casa un hogar cálido en donde pasar las noches de invierno .

La última vez que alguien trató de hacer algo fue muy mal , el hermano de Gio se había metido en  una pelea escolar y su padre le dió una golpiza al llegar a casa.  Mamá siempre había sido una mujer valiente y admirable , hacia cualquier cosa por sus hijos , se metió para que no golpeara al niño y esta recibió una bofetada en su lugar .
Nadie pudo parar a  papá,  sólo lo hizo hasta cansarse , hasta ver algo de sangre en el piso , hasta que los niños lloraron y los vecinos  llamaran a la policía por los gritos .

Después de eso  Gio aprendió a no meterse en esas cosas , no era el chico frío que se comportaba como rebelde e insensible frente a esos casos , en el fondo cada golpe dolía como si el lo hubiese recibido.
Y apesar de ser el menor , era el más maduro , quizás no debió ser así .
Su hermano trataba de defender a su madre inútilmente y terminaba golpeado y llorando .
Por otro lado Gio se iba a jugar a la pelota con sus amigos tratando de ignorar que algo pasaba en casa .
Porque apesar de haber sido un niño pequeño en ese entonces , el sabía que la ignorancia algunas veces suele ser la única escapatoria.

Una vida más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora