Mis random One-shots

Alguna Vez.

Zero, alguna vez has deseado vivir por siempre con alguien a tu lado.

Siempre he visto a Zero entrenar a los nuevos reclutas desde lejos, le he visto dando su mejor esfuerzo en mantener la paciencia.

Alguna vez has amado tanto a alguien que prefieres su felicidad antes que la tuya.

Este día no era uno de los unicos días que lo visitaba para mirarlo entrenar. Creo que hasta a él se le había hecho una costumbre verme sentado en el cuarto de control, analizando sus movimientos con el sable.

¿Debería de decirle o callar lo que siento?

Esta vez noté que él había cambiado de navegadora, me parecía extraño que haya confiando en alguien así de rápido. Si, para aceptar a Alia tuve que intervenir y solo así cambió de opinión sobre ella.

No, no debo ser egoista. Con verte de lejos me es suficiente.

Él me presentó a alguien muy especial para su persona, su primera novia. Obviamente me sentí mal por verle ser feliz con otra persona pero si ella lo amaba tanto como yo, podía cederselo.

Siendo tu mejor amigo ¿no te das cuenta que algo a cambiado?

En cuanto tuve tiempo a solas, me dedique a sacar todos esos sentimientos embotellados. Ese amor no correspondido que guardaba desde hace años. Esas ganas de tenerle abrazado y no soltarle, de decirle cuando le apreciaba. Esas palabras que nunca podía decirle, esos besos que nunca pude darle.

Me rendí completamente. Sabía que no iba a poder tenerlo, ser su amado solo era una fantasía.

Me gustaría que supieras que... Te amo.

Al pasar los meses me dí cuenta que Zero actuaba diferente, su atención se había desviado de su novia. Ahora lo sorprendía mirandome a los ojos, sonriendole a la nada y distrayendose demasiado cuando lo iba a ver entrenar.

¿Será que?... ¿Tendré una oportunidad?

Un día fui a verlo entrenar pero no lo estaba haciendo. Lo primero que se vino a mi mente fue que se había retrasado un poco seguramente en una misión.

Es tu decisión que yo desaparezca.

Sin querer me quedé pensando en la nada, bajando demasiado mi guardia. En este momento alguién aprovechó para abrazarme por la espalda y suavemente colocar su cabeza en mi hombro.

X, eres la razón porque vivo. Si no estuvieras, no se que sería de mi.
Tus calidas miradas han derretido mi frias acciones.
Me has dado mil y una razónes para regresar de la muerte.
Por favor permiteme apreciarte como lo mereces, permiteme devolverte todos esos gestos amorosos que hasta este momento no entendía. Pero principalmente, permiteme amarte tan fervientemente como tu me has amado en secreto.

E... ¿Eres tú?

Tal vez no era la mejor poesía que había escuchado o los versos mejor estructurados. Sin embargo, de igual manera sentí mis ojos llenarse de lágrimas que, sin pedir permiso, comenzarón a fluir por mis mejillas.

Si eres tú...

-No... No llores, mi intención no era que te rompieras en llanto quería hacerte mostrar esa sonrisa que tanto me gusta.-

-Mis lágrimas tienen una razón... Y es que no sabes cuantos años he esperado que esas palabras salgan de tu boca.-

X, alguna vez has deseado-

Vivir por siempre conmigo a tu lado.