XI

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Adam

Dios porqué se demorará tanto en abrir. Espero que no sea igual de lenta en el trabajo. Mierda no quería entrar sin permiso, aunque técnicamente no lo estaría haciendo ya que hasta la hermana me dio las llaves.

Flashback

—Hola Liz, espero no incomodarte —digo entrando a la sala donde esta el equipo de diseñadores.

—Oh claro que no Adam —dice ella y me alegro de que ya no me llame señor, a mi me gusta que mis empleados me tengan confianza.—Vienes por los nuevos modelos, están en impresión pero...—comienza a decir ella pero yo la detengo.

—No, tranquila vengo por otro asunto —comento y ella solo me mira confundida. —Lo que pasa es que quisiera que me pasaras el número de la señorita que te acompaño la otra vez  a mi boda.—comento algo tímido.

—¿El número de mi hermana?... ¿¡Acaso Alice se quedo con el trabajo!?  —dice ella, dejándome sorprendido.

—Alice... tu hermana —digo vacilando, hasta donde yo sabía ella si tenía una hermana, pero Alice jamás me la presentó.

—Si, ella es mi media hermana —dice Liz mirándome contenta —nuestros papas se casaron  cuando las dos eramos unas pequeñas, por eso nosotras nos consideramos hermanas de sangre. Pero bueno pasando a otra tema me podría decir si Alice si se quedo con el puesto de asistente —comenta Liz con incertidumbre.

—Si Liz ella se quedo con el trabajo, pero no de asistente sino de traductora —sonrió al ver que Alice tiene un gran apoyo en su vida.

—¡Si! —comenta Liz dando saltitos de alegría, pero rápidamente paro al percatarse de que yo aún estaba ahí. —Lo siento, es que es inevitable alegrarse, usted me pidió el número de mi hermana cierto, bueno aquí lo tiene —dijo Liz sin siquiera preguntarme el para que lo necesitaba.

—Gracias —dije y decidí marcas ahí mismo, pero se fue a buzón de mensajes. —Mierda — susurre por lo bajo.

—No contesta ¿cierto? —inquirió Liz

—No —respondí con un suspiro.

—Es típico de Alice, si necesita decirle algo le puede dejar el mensaje conmigo. —dijo Liz mientras se sentaba en su escritorio.

—Lo que pasa es que es algo urgente y me gustaría decírselo personalmente —¿Qué Mierda estas haciendo Adam Charme? Tú muy bien sabes que le puedes dejar el recado con la hermana, y ni siquiera es urgente.

—Bueno, dado ese caso supongo que si quiere puede ir hasta la casa que lo más seguro es que ahí esté, mire tenga esta es la dirección, y si no abre que es lo más probable ya que va a estar durmiendo, tenga las llaves. Chao suerte. —y entregándome las llaves y la dirección en un papelito Liz desapareció por la puerta sin dejarme responder.

Bueno supongo que ya no queda de otra.

Fin flashback

Y bueno aquí me encuentro, entrando sin permiso a la casa de Alice, ya que como Liz supuso no me abrió.

Al entrar decido subir ya que escucho música proveniente de allí, mientras subo veo unas fotos de Alice cuando chiquita que están colgadas en la pared, me pregunto si mis hijos con ella hubieran sido igual que ella cuando pequeña, esa idea la desecho rápidamente, ya que eso jamás pasará por culpa de Souriant.

Al llegar al segundo piso, golpeó en el cuarto donde proviene la música al ver que nadie abre decido entrar ya que la puerta se encuentra medio abierta.

—Hola Liz ¿Por qué llegaste tan temprano? —dice Alice con tan solo una toalla envuelta alrededor de su cuerpo, y como esta de espaldas a mi piensa que soy su hermana.

—Lo siento, pero no soy tu hermana —comentó y de inmediato Alice voltea a verme. —Hola —digo sin saber que hacer, o mejor dicho si se que debo salir del cuarto, más no quiero hacerlo.
—¡¿Qué haces aquí?! ¿Cómo entraste? —dice Alice reajustado su toalla. —Sabes que espera afuera, ya te alcanzo.
—No quieres que primero te responda y luego si salga —¿Qué? No me culpen, ella es muy linda, y en verdad ha pasado mucho tiempo desde que la vi así...
—¡Vete! —grita Alice lanzándome una almohada, la cual yo esquivo.

—Vale, vale —digo abriendo la puerta del cuarto y saliendo. Dios Adam ¿Qué diablos estas haciendo? Recuerda que estas casado.

Más me vale irme rápido de aquí, ojalá Alice no se demore.

Después de unos minutos Alice sale ya vestida con un saco holgado y un jean ajustado, se ve muy tierna.

—¿Qué haces aquí? —inquiere ella con mal humor, no entiendo porqué  al fin de cuentas he visto hasta lo que ocultaba la toalla.

—Lo que pasa es que no contestabas el celular, así que tuve que venir a decirte personalmente que ya no iras con nosotros a Italia, te quedaras aquí y trabajarás en unos documentos que te deje, después te informaran mejor lo que debes hacer. —digo mirándola fijamente, y vi una expresión de alivio en su rostro. —Tanto te desagrado, que ni siquiera podías soportar un viaje de negocios a mi lado, por lo menos deberías disimular, ya que al fin de cuentas soy tu jefe. —digo con un tono de desprecio.

—No es eso Adam, tú jamás me desagradarias —responde ella mirándome con nostalgia.

—Si no es así ¿Entonces por qué me dejaste? —pregunté sin medir lo que decía, mierda cuánto mas te vas a humillar Adam.

—Adam no fue... —intentó decir Alice pero yo la interrumpí

—Sabes que no digas nada, después de todo eso ya no importa, yo ya estoy casado y tú ya deberías tener una persona a tu lado. —comente y ella puso una expresión de melancolía, debió ser confusión mía, ya que porqué ella pondría esa clase de expresión cuando fue ella la que me dejó. —Te espero mañana en el trabajo, ya te deje toda la información con una persona, adiós. —y dicho esto salí de la casa, y me monte en el auto.

Mientras conducía pasaban por mi mente recuerdos de momentos que viví con Alice... De repente involuntariamente golpeé el manubrio de la cólera que me producía el seguir guardando esos recuerdos, aún después de lo que me hizo, me estacione un momento para tranquilizarme y volví a retomar el camino. No me volverás afectar Alice Souriant, tú eres mi pasado y ahí te debes quedar, eso fue lo último que me permití pensar sobre ella.

Si te hubieras quedado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora