Capítulo 7

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Capítulo 7

Suspire y el aire empaño en cristal con una forma circular, mis ojos aunque fijos, no veían nada en especial, mi mente se encontraba vagando por otro lugar, concentrada en un hombre en particular.

Uno de mirada fría, que aparentaba ser tan arrogante y desconsiderado como ningún otro... pero besaba como los dioses, cuanto más recordaba y buscaba una respuesta a la actitud de mi nuevo jefe, más confundida me dejaba.

–"Fue un error. Fue culpa del alcohol. Deja de pensar en tonterías Aome, no des más vueltas en el asunto... pero... ¿Por qué no lo rechace?"

Incontrolablemente mis mejillas se tiñen de rosa.

–¿Te encuentras bien?–

La preocupación en la voz de Kōga me trajo a la realidad de golpe.

–¿Ah?–

Lo observe suspirar mientras, se movía inquieto sobre su asiento, sus ojos azules me observaron con precaución–¿Qué si estás bien?­– sonaba enfadado, pero su rostro me transmitía preocupación.

Sonrió y trato de calmarlo, sé que es muy astuto y se dará cuenta de inmediato si le estoy mintiendo–Sí, solo estoy exhausta– articulo con pereza, mientras que de mis labios se me escapa un bostezo.

Me ve suspicaz, está dudando de mis palabras y me hace sentir mal.

Es mi mejor amigo y le estoy mintiendo

Posa la vista al frente, el rugir del motor comienza a detenerse ante el semáforo, se lleva una mano a la barbilla, mientras que la otra chaquetea sus dedos con impaciencia sobre el cuero del volante–Hn. ¿Estas enferma? ¿Te duele algo?–me esperaba una pregunta así, Kōga siempre se ha interesado por mi salud.

Le sonrió–No Mamá–Canturreo el apodo divertida–Solo estoy agotada, para ser mi primer día, tengo muchas cosas que hacer– frunzo las cejas al final de mi oración, no quiero que sospeche y sé que si me enfado, creerá que todo está bien.

Realmente nada está bien.

–"Lo siento Kōga"–

–Oh, la próxima vez te ayudare–lo escuche decir, con la postura relajada esto logro consolarme. Suspire aliviada y asentí mostrando la mejor de mis sonrisas. Volví a fijar la mirada a la ventanilla, pero esta vez si preste atención al paisaje nocturno que me brindaba la ciudad.

Eran exactamente las nueve de la noche cuando Kōga y yo llegamos al apartamento, traía conmigo un paquete de comida rápida y helado de vainilla, sé que Kohaku se pondrá muy feliz al verlo. Le encanta el helado, al igual que a mi aunque en estos momentos no me apetece comer nada, mi estómago esta revuelto y mi mente es un completo caos, he perdido la cuenta de todos las veces que me he sonrojado, viajar con Kōga a mi lado fue muy incómodo.

Creo que sigue sospechando, intuye que algo me ha pasado y no es para menos, el me conoce demasiado bien. En estos momentos quisiera que no fuera así... su silencio fue como una pregunta jamás formulada, pidiendo de mí una explicación de mi actitud distante, que no soy capaz de dar.

¿Qué podría decirle? ¿Me he tirado a mi jefe en el pasillo? ¿Qué me ha besado y yo tontamente he correspondido?. No podría excusarlo, porque no he puesto resistencia alguna, ni si quiera podría calificarlo como acoso, porque mi interior aun arde con deseo al recordar sus manos sobre mi cuerpo.

­–"¡Maldición!"­­–

Estoy roja otra vez, mis entrañas se revuelven y mi mente lucha por componerse, en un constante viaje de ida y vuelta. Recordando

Antes de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora