Perdió la noción del tiempo y el espacio cuando los días comenzaron a sucederse con el azul horizonte por frontera con su nueva vida. Su pasaporte había sido la musculatura que le aseguraba una plaza entre la tripulación no cualificada. Enlazaba el alba con el ocaso trabajando, temeroso de quedarse a solas con sus ideas de venganza, pero cuando al fin cayó de rodillas se dio cuenta de que no sería tan fácil huir de su propia memoria. No era tanto el cansancio como el peso de sus pensamientos lo que hizo que se arrojara de bruces contra la dura madera de cubierta. Reproches, amenazas, maldiciones, condenas, y todo para llegar a una conclusión final: era el fin. Nunca regresaría. Nunca la volvería a ver, no al menos más allá de sus sueños, porque su rostro lo tenía demasiado incrustado en las retinas como para confiar en que se desvaneciese antes de un largo tiempo. Ella nunca posaría sus ojos en los suyos, nunca más. Esa realidad envió sus huesos al suelo, como si sus piernas se quebrasen de golpe por la mitad. Comenzó a temblar violentamente, como si su recia piel pudiese sentir por primera vez el efecto del frío que no le caló desde que llegase a Cumbres Borrascosas hacía tantos años ya. De haber sabido cómo hacerlo, hubiese llorado. Si alguna vez hubiese experimentado el alivio humano de liberar lágrimas de sus ojos, lo habría intentado. Pero, siendo como era su alma, únicamente gemidos salvajes lograron escapar de su garganta, como los de un lobo herido.
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Retorno a Cumbres Borrascosas
RomanceUn amor que permanece más allá del tiempo y de la muerte. Todo lo que no se contó en la historia original de Emily Brönte más la continuación. La historia arranca la noche en la que Heathcliff huye de Cumbres borrascosas cuando se entera de que su a...