La Reencarnación Del Eclipse

Monte Társis

― Espera un momento, no crees que quizá sea una confusión, es decir, dos chicos no es algo muy usual que veamos en esta tradición, por no decir que imposible.

Coralina me observaba con una mirada un tanto confundida, pero sin perder esa serenidad que le caracterizaba, y que en cierta manera me daba paz y escarmiento a este "reto" que se nos presenta.

― Es precisamente lo que me tiene en las nubes, ¿Acaso el destino se volvió homosexual por arte de magia y desea que le aceptemos su salida del closet?

― Pues no creo que esa fuese su intención. – Se notaba que estaba a punto de reír con este último comentario del cual yo mismo me sorprendí después de repasarlo. ¿Eso lo dije yo? – Mira Azim, tómalo con calma, sé que esto es algo nuevo, pero si enfocamos el punto de la situación, no creo que existan grandes inconvenientes.

En verdad lo que expresaba Coralina en ese momento era algo relativamente cierto, aunque aún me chocaba ese detalle tan minúsculo de su naturaleza, contrario a lo que ya estoy acostumbrado a escuchar de mis ancestros y de la historia que se ha repetido innumerables veces.

Desde que me instruyo en este lugar, mis estudios han sido basados en una línea que nunca ha sido rota, por lo que aunque parezca un hecho redundante ha tenido sus altas y bajas. La norma implica en este ritual (por así llamarlo) es de mostrar al mundo dos almas que son "opuestas" tanto en personalidad como en su manera de pensar, sus ideologías y en este caso sus géneros.

¿La variante? Como sabrán se dice que un hombre nunca podrá comprender totalmente a una mujer y viceversa, en mucho sentidos, como la sensibilidad, la fortaleza, las visiones de la vida personal, las luchas de la vida, la complejidad con la que visualizamos los pequeños detalles. Bien es cierto que no existen estereotipos o conductas que se apliquen fijo a un género en especial, porque somos producto de la naturaleza que nosotros mismos forjamos en conjunto con el destino mismo. Pero... esto que acabo de definir es la mayor intención de su destino final, fundir dos polos contrarios en un único pensar para dar una vida a cambio de la estabilidad al mundo hasta la siguiente sucesión.

Pero si lo que acabo de decir es la realidad ¿Por qué me estoy ahogando en un vaso de agua? Bueno, resulta que en ese delicado proceso de preparación, a lo largo de la línea de portadores anteriores existieron algunos que al tener tanta cercanía y al ser aprendices, llegaron a ser algo más que simples amigos que decidieron salvar el mundo, y crearon el suyo en el que solo existían ellos mismos.

Particularmente no me molesta en lo mas mínimo el hecho de enamorarse, porque el amor es un sentimiento sin límites que se adueña de tu vida y te hace querer ser esa pieza que complemente al rompecabezas del otro. Es hermoso, no lo puedo negar, y puedo expresarlo por experiencia propia. Sin embargo existe un ligero detalle que se les enseña en el último momento a ambos y si del cual existe un vínculo afectivo demasiado fuerte se puede estropear y romper la oportunidad de cumplir el ciclo. Pero no creo que esto suceda en esta ocasión, quizá, sería algo extraño.

― Ahora que lo pienso, sé que no es una gran problemática, todo puede salir bien si así la vida lo requiere, pero como sabrás esta vez tratamos mentalidades masculinas y es bueno destacar que en el ritual esa es la parte más complicada de instruir, el hombre es ligeramente terco y testarudo, y hablamos de dos. Por eso es que necesito tu ayuda.

― Sabes que la tienes, y daré lo mejor de mí para que todo salga perfecto, ya verás. –

Pasamos desde el jardín que es la devoción de Coralina hasta el pasillo central. El trayecto entre el ala sur del templo y el salón principal posee grandes columnas en ambos extremos de naturaleza semi-asiática con toques jónicos. Los detalles de éste representan a las dos principales civilizaciones devotas de ambos astros del firmamento, y que escogieron esta tierra como el lugar idóneo para servir de punto central y neurálgico a todas las reencarnaciones venideras del sello.