Portadores

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Existe una teoría un poco ambigua que dice: las casualidades no existen, solo está el momento y lo demás viene por consecuencia de ello. ¿No es algo extraño que vives un momento por primera vez físicamente, pero en tu mente se desata una cadena de acontecimientos lejanos que de alguna manera predecían que ese instante llegaría? la cuestión recae en que no sabes el tiempo y las circunstancias ¿Misterio? ¿Destino?

Y es que una cosa lleva a la otra, la curiosidad es el sentimiento que se hace protagonista en ese preciso instante, tratando de buscar una explicación contundente del por qué acaeció, y acarreando un sinnúmero de posibles causas, algunas acertadas, otras erradas.

Lo que sí está claro es una cosa: esa serie de acontecimientos, sean buenos o malos se enlazan con nuestra historia.

― Papá, ¿qué tal va todo?

Había vuelto a descansar tanto como la noche anterior, después de elaborar un precioso dibujo, un retrato. Aproveché para llamar a papá, saludarle y notificarle que me iría en la tarde de vuelta a la capital.

― Todo en orden hijo, los trabajos han sido bien arduos desde mi llegada, las comunicaciones de las autopistas fueron interrumpidas por la crecida del Támesis.

― Una vez más has llegado a ser héroe para todos ellos.

― Solo vengo a desempeñar y brindar ayuda, es un grato placer servir, por cierto, casi lo olvidaba... Feliz cumpleaños Leonard, ya son 21. Pronto tendrás mi edad y espero que ya tengas una buena esposa e hijos.

― Gracias papá, pero no pienso tener algo por un largo tiempo.

― Si claro, eso mismo expresaste el dia que te encontré con la hija del Decano haciéndome accidentalmente un nieto. – Expresó a punto de reír. Fue una de las situaciones vergonzosas que pasé por estar de calenturiento, aunque eso no ha cambiado del todo.

― Estábamos hablando, de cómo subir las calificaciones, nada más.

― Y sí que te las subió, a un punto que no podías disimular, en todo el sentido de la palabra. ― Que vergüenza. ― Leo, debo dejarte, tengo que seguir haciendo conteo y verificaciones antes de avanzar estas obras, ten buen viaje, y sé un poco más discreto para la próxima en cuanto a “hablar” se refiere.

― Está bien, suerte en todo y te envío mensaje al llegar a casa, cuídate mucho papá.

Terminé de hablar con mi padre y opté por salir a caminar antes de desayunar, toamndo la misma ruta de ayer, y esta vez procuraré ver al frente en todo momento. Me puse una camisa de cuadros que amo ya que el dia de hoy no hacía tanto frío, al menos no tanto para mi cuerpo, había una neblina suave que se infiltraba a escasa altura entre algunos árboles de considerable altura, los arbustos y plantas bajas tenían recién el rocío matutino en forma de diminutas gotas que al reflejar los pocos rayos del sol hacían tener un efecto de centellear.

De nuevo sentí el impulso de escalar y recorrer el sendero de ayer, pero un poco más rápido. Troté hasta llegar a la especie de verja en cuyo costado yacía el letrero, que ignoré completamente para seguir mi camino.

No se por cuánto tiempo estuve caminando, contemplando y en cierta manera perdiendo la orientación de donde estaba, pero con la necesidad de continuar y llegar, pero ¿a dónde? Ni idea.

Crucé varios arroyos que en su trayecto supongo se convertirían en grandes ríos, escalé unas cuantas rocas de considerable tamaño y cada vez el impulso era mayor. Divagando incesantemente en un lugar que parecía confundirse en sí mismo llegué a divisar un templo, unos metros al frente.

― Es hermoso. ― La estructura que se levantaba delante de mí me dejó con la boca tan abierta que creo que se desencajó mi mandíbula y cayó al piso. Los detalles de su fachada hacian alusión a que tenia una gran historia, sin mencionar sus combinaciones un tanto exóticas de estilos extranjeros muy distantes a lo que acostumbro a ver en mi país.
Las columnas de dicha estructura rojo intenso se combinaban a la perfección con las que al parecer eran paredes… no.. espera, ¿son acaso madera? ¿Será ladrillo?
Desde este lugar no puedo divisar correctamente lo que a mis ojos es casi irreal para estar en pleno centro de la nada, en una montaña.   

― Bienvenido a casa, Leonard. ― Un señor con aspecto con una trapera encima salió de quien sabe dónde, dándome un sobresalto bastante incómodo. Inmediatamente me alejé para conservar distancia y enfrentarle. Seguro es un bandolero de por acá.

― ¿Quién eres y por qué sabes mi nombre? ¿Dónde estoy?

― Soy Azim, soy el protector de este templo. Y tú eres Leonard Crosst, portador del sello del Sol, y estás en el templo del Eclipse. ― Su expresión era muy suave, noble y confiada. Parecía ser alguien que conocía hace mucho. ― Esta es tu casa y de todos tus predecesores.

― ¿Mis predecesores? ¿Portador de qué? Escuche señor, no estoy seguro de qué me está hablando y creo que está confundiendo las cosas.

― ¿No te llamas Leonard?

― Pues sí.

― ¿No posees una marca en tu cuerpo de forma un poco extraña?

― Eso a usted no le importa, déjeme en paz. – No aguanto que alguien me pregunte cosas sin plena confianza, ¿y éste quién se cree?

― Créeme que eres una pieza importante para el bienestar de la humanidad, ustedes dos son fundamentales.

Estaba a punto de dejarle con las palabras en la boca y volver por donde mismo vine cuando el volteó y en el fondo, en la entrada del templo ví que alguien que se asomaba en la entrada... era él.

El chico de ojos grises me observaba con una expresion indescifrable, a su lado estaba una señora de aproximadamente su altura y con una vestimenta muy parecida a la del señor monje arrugado éste que me habló primero.

― Zack…

― Leo acompáñame, tenemos mucho que hablar.

Se muy bien que no puedes confiarte de desconocidos, literalmente, y menos en medio de un monte, pero tengo la necesidad de hablar con el enano blanco ese, quiero conocerle, quiero… ¿Qué rayos quiero? No lo sé, pero lo averiguaré.

***

― Chicos, tenemos algo muy importante que hablar y es bueno que escuchen todo hasta el final. ― Coralina tomó la palabra, mientras los jóvenes caminaban detrás para guiarlos al ala norte del templo. El menor tenia una expresion muy tranquila, serene, como si estuviese en casa, menos mal… En cambio el mayor, cuya arrogancia estaba comenzando a ser molesta cambio rotundamente de opinion al divisar cierta persona a lo lejos.
Ambos caminan en silencio, y puedo jurar que Leonard estaba por preguntar muchas cosas pero luego observaba a Zack de reojo. Al llegar les pedí que tomaran asiento en el salon principal para asi poder comenzar esto en buen pie.

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⏰ Última actualización: Dec 09, 2018 ⏰

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La Reencarnación Del EclipseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora