Héroe

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Su amigo salió por esa puerta con la chica acurrucada en sus brazos

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Su amigo salió por esa puerta con la chica acurrucada en sus brazos. Esos dos tenían algo, Alexei estaba seguro, pero no era momento para chismes, debía apartar a los guardias que estuviesen del otro lado. Los dos pumas habían avanzado adelante de Hunter como barrera protectora.

Pero ni bien se asomó por la puerta vio que la sala estaba vacía, a excepción de los animales, de los que no tenía la más pálida idea si eran leopardos de las nieves salvajes o cambiantes, que estaban encerrados en aquellas jaulas de metal.

Ustedes cuatro el tal Michael, padre perdido de Hunter, lo señaló a él, a los dos pumas y a Liam- vayan directo hacia la salida, tú le apuntó a Alexei—. Ayúdame a liberarlos.

Alexei puso sus manos en sus caderas y lo miró con una expresión incrédula.

¿Desde cuando eres el líder en esto?

Michael cruzó sus brazos y lo miró como un padre mira a un cachorro para regañarlo. Le pareció cómico, él y Hunter debían ponerse al día.

Yo no soy el líder de nadie le dijo con voz serena. Pero ellos son cambiantes. Se giró para ver a los cinco leopardos de las nieves que en ningún momento dejaron de gruñir, rugir y amenazarEstá bien —agregó Hunter —. Ayúdalo a sacarlos de aquí.

Sus compañeros se fueron por el pasillo, dejándolo solo con el hombre de mayor edad, ahora que sabía lo que Michael era en realidad no tenía tanta desconfianza, sus intenciones habían sido buenas, exceptuando claro, los medios por las que esas intenciones lo guiaron.

Lo que veía en aquellas jaulas, esos pobres inocentes cautivos por caprichos de un par de humanos ignorantes, era difícil de digerir.

—Muy bien señor papá de Hunter ¿Tienes las llaves?

Alexei vio divertido como el enfado cambiaba el semblante tranquilo del hombre mayor, hasta que su pregunta detuvo el insulto que estaba preparando para él, poniéndole serio.

—Paul tiene las llaves —respondió Michael molesto.

—¿Quién?

—Un desquiciado investigador que inventó el Amonium —respondió, Michael suspiró cuando Alexei enarcó una ceja—. Es una droga que inhibe la consciencia en los cambiantes ¿Entiendes?

-Entiendo- Alexei se giró hasta una jaula, el felino en su interior dio un zarpazo que casi lo alcanza- entonces creo que haremos esto a mi modo.

—Alto —Michael se acercó—. Será mejor que yo lo haga, tú ve a la sexta jaula y libera a la chica.

—¿Chica?

Michael comenzó a perder la paciencia.

—Sí, una chica, ve.

Alexei no era bueno obedeciendo órdenes.

—¿Por qué no lo haces tú?

—Por el amor al cielo niño —se quejó—. Ella es la más débil de todos no creo que sobreviva si no la sacas ahora —Michael se aferró a uno de los barrotes, indiferente a las amenazas del animal furioso—. Ella es una cambiante puma, la iban a matar, porque su estado ya no servía para ellos, hoy era la fecha en que la ejecutarían mis hombres —su voz se tornó tan sombría, que Alexei no hizo más preguntas.

Caminó hasta la sexta jaula mientras oía a Michael abrir las demás, en ella estaba encerrada una pequeña mujer, si es que podía llamarla así, porque parecía un costal de huesos, estaba extremadamente delgada, vestía un camisón que le llegaba hasta las rodillas estaba tan sucio que no sabía si era gris o en algún momento fue blanco, tenía arañazos, cortes y heridas de algo que podía adivinar que eran piquetes de agujas, su piel estaba sucia y su pelo estaba enredado en un remolino que olía a sangre, alcohol y plástico.

Estaba en posición fetal en un lado de la jaula, le daba pena verla así, y se maldijo en su interior por lo que iba a hacer. Con fuerza arrancó la cerradura y la arrojo lejos, luego, jaló la puerta hasta hacerla crujir contra el extremo de la jaula. No era la mejor carta de presentación, pero si no tenía llave no había más remedio.

—Descuida, linda —suavizó su voz mientras se adentraba en la jaula—. No voy a hacerte daño.

La chica se alejó hasta un extremo, ocultando su rostro entre sus rodillas y rodeando sus piernas con sus brazos. Temblaba como una hoja y daba pequeños sollozos. A Alexei se le encogió el corazón.

—Ya eres libre, todo terminó, ven conmigo.

La chica sacó lentamente su cabeza de su escondite y lo miró, su rostro de cerca lucía igual de sucio y demacrado que el resto de su cuerpo, pero cuando pudo ver entre la maraña de pelos que caía por su frente un par de ojos verdes, Alexei vio un destello, un brillo que hacía resaltar el color como si fuesen esmeraldas y cuando ella se enderezó, él la cargó en sus brazos sintiendo el aleteo de su corazón, su leopardo en su mente rugió con determinación.

No sabía quién era la chica de ojos esmeralda, pero Alexei si estaba seguro de una cosa, ella era suya, y la protegería por el resto de su vida.

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🐆
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¡Bienvenido/a! Gracias por entrar a esta historia, tercera de su serie. Si te gusta, te invito a continuar, este es el orden de la serie Ice Daggers:

El deseo de Kaylee
El desafío de Hunter
La salvación de Alexei ▶️
Pasiones Ocultas
La redención de Liam
Alma Salvaje

Esta historia es autoconclusiva, pero tiene spoilers de las anteriores.

Pasará por constantes ediciones por lo que se añadirán cosas nuevas en el futuro.

Espero que disfrutes la lectura, y si quieres, vota o comenta :)

La salvación de Alexei [Serie Ice Daggers 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora