Capítulo XII: Tentado

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La noche cayó sobre la cabaña, envolviendo todo en un manto negro, ni siquiera la nieve reflejaba ni una pizca de luz

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La noche cayó sobre la cabaña, envolviendo todo en un manto negro, ni siquiera la nieve reflejaba ni una pizca de luz.

Alexei se encargó de recoger toda la leña que pudo mientras estaba el sol apenas en el cielo, rogando porque fuese suficiente.

"Esto es un agradable verano en comparación con el invierno ruso" se dijo mientras acomodaba los troncos milagrosamente secos al lado de la chimenea.

Ashley se quedó cerca del fuego, en el único sillón de la sala, el resplandor tenue iluminaba su rostro, sus rizos brillaban con gran fuerza, era como oro y seda cayendo delicadamente sobre su pecho y espalda. El leopardo lo tentó a acercarse, a darle el calor que sabía que necesitaba.

Él podía soportar el frío muy bien ¿Pero ella? No lo sabía, no entendía mucho sobre las características de los pumas. Anotó en su mente la necesidad de hablar con Luke cuando volvieran.

Por ahora, Alexei se torturaría a si mismo, manteniéndose alejado de ella, un solo toque podría derrumbarlo a sus pies. Ella se había quedado a su lado, se había dejado ayudar, lo había utilizado a él como su soporte para caminar en la nieve. Su cercanía despertó un instinto poderoso, una bestia posesiva que no sabía que vivía en su interior, era el corazón del leopardo que había revivido, despertado, por ella.

Caminaba por la cuerda floja, se había vuelto un ser sensible, hambriento y desesperado. Esto no estaba en sus planes, era difícil mantener la necesidad de reclamarla, pero ahora que sus instintos estaban activos, el control de Alexei era un hilo delgado, directo a las manos de Ashley.

Preparó dos tazas de chocolate caliente y bajo el inocente pretexto del frío, se sentó a su lado y cubrió a ambos con una manta.

―Creí que tolerabas el frío —le dijo mientras tomaba la taza con ambas manos.

―Lo hago, esto para mí es una dulce primavera, el verdadero frío está en Rusia. Sólo trato de que no te congeles.

Ashley miró pensativa el vapor ascendente.

―Eres ruso —concluyó.

―Sólo de nacimiento.

―¿De dónde vienes?

Dejó sobre la pequeña mesa de madera su taza de chocolate y se volteó para quedarse frente a ella.

―Nací en Moscú, dentro de un clan estable, viví ahí mis primeros cinco años.

Su vida, sus recuerdos, sus experiencias vividas antes de llegar a su verdadero clan eran cosas muy preciosas para él, más allá de la turbulencia de su juventud, tenía valiosos recuerdos de su origen, de su familia, del clan que se desintegró de la noche a la mañana.

A diferencia de sus compañeros de clan, él era uno de los que tuvo a su familia en sus primeros años de vida, el resto no tenía nada, todos eran huérfanos de nacimiento sin familiares de sangre, a excepción de Aiden quien tenía a su hermana Emma.

La salvación de Alexei [Serie Ice Daggers 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora