Capítulo V: Pelea contra el miedo

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Ashley fue poco a poco convencida de la bondad de aquellas tres personas, no sabía qué tenían, pero en poco menos de dos horas, ya casi confiaba en ellas

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Ashley fue poco a poco convencida de la bondad de aquellas tres personas, no sabía qué tenían, pero en poco menos de dos horas, ya casi confiaba en ellas.

Aiden seleccionó una película animada sobre un pez que busca a su hijo por todo el océano, Finding Nemo, fue una experiencia divertida, porque al parecer Riley y Hailey se habían puesto de acuerdo para molestar a Aiden con preguntas y bromas sobre los personajes.

—¿Y esos tubos qué son?

—¿Cómo aprendió a leer el pez azul?

—¿Por qué Nemo tiene una aleta más grande que la otra?

—Debe ser por el calentamiento global, la radiación o superman...

—¿Se pueden callar las dos? —chilló Aiden molestó.

Riley y Hailey estallaron en risas. Ashley no pudo resistirse y se unió a ellas.

Dejaron al pobre Aiden mirar su película en paz cuando la llevaron afuera.

—Alex dijo que debíamos ayudarte —le dijo Hailey cuando comenzaron a caminar lejos de la cabaña.

—¿Ayudarme a qué?

—A que ya no tengas miedo —balbuceó Riley.

Ashley se detuvo en seco. Las dos mujeres avanzaron un par de pasos y al notar su ausencia se dieron vuelta.

—¿Cómo saben eso? —preguntó algo confundida.

—Somos sumisas —aclaró Hailey—. Y antes que sueltes toda la descripción que comúnmente nos achacan los medios populares, déjame decirte que no somos criaturas indefensas, pero podemos identificar el miedo y manejarlo.

—Sí, somos fuertes —añadió Riley con vehemencia.

—Y astutas.

—Ya, entiendo, pero no comprendo cómo pueden ayudarme con el miedo, es... Lo que me mantuvo viva.

Había sido su mayor aliado para mantener su corazón latiendo durante los cuatro años que duró su cautiverio, el miedo la mantuvo cuerda y ella se aferró a la emoción para sobrevivir a los experimentos, a las inyecciones, a perder su mente en una turbia neblina y regresar con su consciencia con lagunas mentales.

Ashley había sobrevivido.

—No cariño —Hailey endulzó su voz—. El miedo te ayudó a sobrevivir, pero ahora que eres libre es lo que te convierte en prisionera.

Ashley se cruzó de brazos y miró a la morena, definitivamente no era una prisionera. Le disgustaba la idea de verse débil, aunque su apariencia lo confirmaba, ella creía que le quedaba algo de fortaleza luego de su pesadilla.

—Yo no soy prisionera —habló fuerte y claro, clavando su mirada en sus ojos color café.

Hailey retrocedió un paso.

La salvación de Alexei [Serie Ice Daggers 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora