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«APARECE DE LA NADA, ME MUEVE EL MUNDO Y SE VA, LO HACE COMO SÓLO ÉL SABE HACERLO»

Tuve la sensación de que mi corazón se apretaba y dolía, me pereció muy extraño eso, hasta que lo vi y supe el porqué de mi reacción, era mi cuerpo entrando en alerta máxima.

Lo encontré en el centro comercial, había olvidado que vivía cerca y no pensé que las probabilidades que tenía de verlo eran altas. Él llevaba esa camisa rosa con la que tanto me gustaba verlo. No me había arreglado en lo absoluto ese día, estaba despeniada, regresaba de la playa, era todo un desastre, no tenía maquillaje, y me vestí con lo primero que encontré. Él lucía serio, concentrado, en busca de alguien o algo; amaba como se veían su ceño fruncido y sus labios ligeramente apretados, me parecía sexy, él era sexy.

Caminaba con seguridad, como siempre lo había hecho.

Intenté que no me viera observándolo y cuando noté que se acercaba hacia mí, bajé la mirada; cuando me vio, sus rasgos pasaron de serios a sonrientes, juro que vi sus ojos brillar; se acercó a mí mostrándome su hermosa, enorme y contagiosa sonrisa.

¡Ese chico brillaba!

Me dijo, Hola, yo le devolví el saludo; le pregunté cómo estaba, estoy bien, -me dijo- estoy buscando a mi mamá y a mi hermano, me dijeron que viniera a traerles algo que olvidaron en casa, pero no logro encontrarlos.

Parecía algo exasperado, quise solucionar su problema de inmediato, eso me hizo sentir como una tonta.

¿Con quién estás? -me preguntó, le dije que estaba con un tío, comprando unos juguetes para sus hijos.

¿Por qué tengo que verte justo el día en el que menos arreglada estoy? Le pregunté con gracia, y él sonrió, victoria para mí.

Como de costumbre se fue rápido, creo que vio a alguno de sus familiares; cuando nuestra pequeña charla terminó, me sentí como una niña ridícula por emocionarme tanto con el simple hecho de que él me sonriera, burlándome internamente de mí, me dirigí al lugar donde se encontraba mi tío. Mientras hacíamos la fila para pagar los juguetes que él había comprado, tuve una rara sensación, a la cual le resté importancia.

Me antojé de unos dulces, así que me di vuelta para ir a buscar un paquete de éstos y allí estaba... él estaba muy cerca, pero no estaba solo y no me miraba, por lo que decidí seguir con mi idea de buscar mis dulces.

Al regresar me esforcé por mirar derecho, así mi vista no se encontraría con la suya.

Nuevamente apareció la sensación rara, me puse inquieta y giré de inmediato, mirando a mis espaldas, la sensación era por él, me estaba viendo pero cuando se dio cuenta de que yo había girado, apartó la mirada intentando no ser captado, fracasó; no sabía cómo sentirme al respecto, bueno, estaba sintiendo una mezcla de sensaciones en ese instante; el resto de tiempo que estuve en el centro comercial hice mi mayor esfuerzo por actuar normal y por no voltear a verlo; cuando ya me iba no me pude resistir buscarlo con la mirada una última vez, pero no lo encontré, decidí dejarlo así, ya lo veré en otra ocasión.
Cuando nuestros caminos vuelvan a cruzarse y el destino conspire para que pueda apreciar cuán magnifica puede ser la creación.

ÉL, SIEMPRE ÉL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora