CAPÍTULO V

354 22 4
                                    

EL LLAMADO DE LA LIBERTAD

—I...Iason.—Cuando el lo hace...
—Riki...

"Tu eres mi Pet y haré que lo sientas hasta en los huesos"

—Ah...Ahhh...—Me siento como un objeto.

No me había sentido así con Guy. Con el todo esto era diferente. Solo eso.

—Riki.—No es como si...
—Ahh...— Tuviera elección alguna...

Trascurriendo la tarde hacía la noche, culminando el alba y amaneciendo un frío Otoño, Iason hizo suyo a Riki una y otra vez. Los pasos que daban sus pies se detuvieron frente al otro y cada uno acepto lo que venía. Esa noche todo estaba obscuro y solo resonaban los gritos del amor a la devoción forzada, todo era un paisajismo del cual no querían salir. Pero Iason había cambiado, ahora las yemas de sus dedos se calentaban al tocar su cuerpo, era todo lo que necesitaba en ese momento y por lo que corría su impulso de no justificarse ante tal situación, pero, Riki era más que solo su Pet, aunque no sabía que pasaría si el se diera cuenta pero si no lo hacía, talves cabría la duda de que no es posible retenerlo por tanto tiempo y que como solo es su Pet, puede cambiarlo cuando guste, y que no es necesario que se quede ahí, enjaulado y orillado a quedarse, sintiéndose particularmente atrapado y sumergido en un ensueño. Pero Iason le hizo entender todo esto con el toque de sus dedos en su piel, suave, cariñosa y delicadamente al principio de sus caricias.

Riki no siempre entendió las intenciones de Iason desde un principio. Siempre creyó que lo usaría como un esclavo sexual simplemente, pero aunque lo hiciera, Riki sabía que debía haber un día en que no lo deseara, no lo tocara y no lo necesitara tan desesperadamente, sabía que con el tiempo, encontraría a alguien más, o por lo menos eso pensaba.

—¿Po...Porque yo?—Musitó en su actual posición boca abajo. No podía retener el aire ni un segundo y no podría durar mucho tampoco.—¿Por... Porque me retienes, porque no me dejas ir? Ahh! I...Iason Mink...
Las embestidas cargadas de fuerza inhumana causaban colapsos en la cintura del menor a mayor escala, Iason lo escucho pero no se detenía y parecía que nunca lo haría, parecía jamás saciarse así que tomó las muñecas de éste y las sujeto con fuerza a su espalda, profundizando aun más y más duro en tal posición. Riki gemía descontroladamente y se mordía constantemente los labios para no hacerlo, pero era inevitable, Iason estaba exageradamente dotado desde los cabellos de su cabeza hasta las puntas de sus pies, y un poco más. Se lo hacía con fuerza, sin piedad y muy salvajemente como un auténtico profesional. No se deterioraban sus músculos en tales esfuerzos y esto a Riki solo le producía excesiva excitación y lujuria. Se lo hacía hasta que no podía moverse, Iason superaba su capacidad sexual diaria cada día, y Riki cada vez parecía desvanecerse en estos actos. La fuerza del Blondie de Eos era excesiva cuando entraba en calor y nunca se enfriaba.
—...aaa...¿Como te atreves a preguntarme eso?— Y lo embestió con más potencia.
—Ahh, Iason, I...Iason, Ahh ¿Q...Que demonios haces? Tu... Ahh...—No podía más y esta era casi la novena vez.
—¿Cuando te cansaras de mi, cuando me dejarás libre?—No comprendía pero lo haría de una manera u otra.
—Hahaha! Riki...—Y esa simplona risa se apodero de él.—Tu no lo entiendes. No puedo cansarme de ti. Todos los días lo intento pero cada vez solo te deseo más, estoy perdido.
—No... No... Eso... Eso no es cierto.—No paraban ni un segundo. —Solo quieres hacerme daño.
—Ahhh... Riki...—Empujo muy profundamente.—El daño que te hago es todo lo que siento por ti. Estas fuerzas imparables de poseer tu cuerpo a toda hora es mi preciada maldición... Ahh...¿No lo entiendes? ahh... Tu... Me has hecho esclavo de tu cuerpo. Tu eres el culpable.
—mmm...ahhh...No... No es posible ¿Que he hecho yo?—Dijo en un todo elevado. Y Iason lo empujó de las caderas hacía la cama, aun boca abajo, y posó todo su cuerpo sobre el cerrando sus piernas con su miembro adentro, lo cual provocó una hiper descarga de climax dentro de Riki, y acercándose le susurro al oído viendo sus labios:
—Te metiste entre mis brazos. Y ahora yo, estaré detrás tuyo, entre tus piernas, lamiendo y acariciando cada parte de tu cuerpo. Haciendo que te desmayes a la mitad del sexo, y no deteniéndome solo por eso. Eres mio, y de nadie más. Haré que pages por cada segundo que pienso en poseerte de la manera más brutal que encuentre. Terminaré después de días enteros si esos son mis deseos y tu recibirás y beberás cada elixir que te dé no importa que parte de tu cuerpo este dispuesta a tenerla o no, solo tu puedes comer de ese fruto y solo a ti te lo daré. Disfrutaré todo lo que venga en el paquete y tu gemirás para mi, lloraras de excitación y éxtasis hasta que yo lo permita y quien se atreva a llevar siquiera una milésima el contrario a esto le esperará su anticipado destino.—Sonrió al final de sus palabras y acabo su novena vez con broche de oro.

—Ahhh, no... No, no yo...Iason...No puedo más. D...Dejarme... Ias...—Desmayándose así por el brusco maltrato.

Iason terminó duramente y le sujeto del cabello.

—Espero que lo hayas comprendido, Riki.—Soltó su cabello y se dirigió al balcón.

AI NO KUSABI   |   Llave Y CandadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora