Narrada por Sr. Cheeto (Abraham)
Mangel se había quedado hasta tarde editando las fotos de nuestro fin de semana, le gusta darle efecto a las fotos, hacer que resalten los colores, las figuras, los juegos de sombras, me había enviado por correo las fotos editadas a la una de la mañana así que cuando a las 7 escuché la música de su celular sonando en la sala no lo desperté, estaba feliz de que al fin hubiera quitado el tema “cinema” era algo que Rubén le había dedicado y que lo quitara significaría un avance si no hubiera puesto “primadonna girl” en su lugar.
Contesté sin mirar quien era, si era Rubius le gritaría hasta quedarme mudo, sí era alguien más le diría que Mahe dormía.
- ¿Samuel? - pregunté extrañado, la última vez que miré Vegetta y Mangel no eran amigos, si bien no se llevaban mal tampoco
- ¿quien es? ¿Mangel? - preguntaba él extrañado
- Soy Cheeto, el primo de Mangel, estamos de fin de semana pero el pobre se ha dormido tarde y está molido, si quieres hablarle tendrás que llamarle mas tarde - dije tranquilamente
- ¡Cheeto! ¡pero claro que sé quién eres, macho! Madre mía...que me olvide de nuevo del cambio de horario, lo siento, Mangel siempre me contesta sin importar la hora… Le llamaré más tarde, saludos de Willy para todos, hasta luego - dijo y colgóEstaba molesto, mascando vidrio, Vegetta777 era un fresco de lo mas odioso, ya lo había visto rondando a Rubén un par de veces cuando aún estaba con Mangel y tan tranquilo como eso seguirse con Mangel para luego acabar en brazos de su novio Guillermo que a ciencia cierta es el único que lo tolera y aun no me explico como lo hace, me enfadó que llamara a Mangel con tal soltura pero luego me fije en la pantalla del celular de Mangel donde se veía una foto mía a su lado, era del sábado, sonreí sin poderlo evitar y el enojo se fue perdiendo, deje su celular y me senté en el sofá para proponerme a buscar entre las que me había enviado una buena foto de los dos.
Sin querer me pasé casi una hora viendo foto tras foto, Mangel siempre se guardaba las mejores fotos para su colección personal pero no recuerdo que tomara tantas fotos mías, algunas de esas incluso no las había notado, finalmente coloqué una que había tomado el domingo de ambos en lo alto de un cañón, con vista al vacío y nuestras caras de subnormales.
Me quedé perdido en la expresión de Mangel, Miguel y yo no crecimos juntos, no nos conocimos hasta que ya éramos bastante mayores, lo suficiente como para dejarme notar lo guapo que él era, sonaba como algo casi narcisista sabiendo que teníamos algunas similitudes pero eran mayores las diferencias y él tenía cosas de las que yo no sabía nada hasta que nuestras madres nos presentaron, Miguel desde entonces es mi adoración, trato de cuidarlo siempre y a cada paso, aún así se que he fallado, así como ese día en que se deshizo en lágrimas entre mis brazos diciendo el nombre de otro chico mientras se aferraba de mi ropa, no he sabido si debía dejarle llorar o hacer que se detuviera pero finalmente me ha roto el corazón todo el proceso, alguien como Mangel no merece que le hagan daño de esa descarada forma en que Rubén lo hirió. A pesar de ello sé que Mahe es muy fuerte, uno podría decir que no le importó si no lo hubiera escuchado llorar cada noche durante dos semanas después de ese evento desafortunado, a mi me han quedado ganas de ir a romperle sus bonitos dientes al idiota de Rubén, y gritarle lo imbécil que creía que era por teléfono casi media hora no contuvo para nada mi furia.
Pero a Mangel no le gusta que me meta con Rubén, torció la mueca cuando se dio cuenta de que tenía intenciones de ir a decirle sus cosas a Rubén en la cara, me sonrió, me pidió que no lo hiciera y que me quedara con él, me derretí sin poder evitarlo y me quedé abrazándolo en el sillón. Mangel es dulce y su capacidad de hacer que la gente lo quiera es bastante impresionante.
Caminé hasta su cuarto y crucé la puerta, él dormía despreocupado, me metí a su cama y lo abracé, él despertó casi al instante pegando un salto.
- ¡shhh! Soy yo… - le susurré y él se volvió a acomodar
- ¿que hora es? - preguntó
- No importa, duerme, llamó Samuel por cierto - comente antes de olvidarlo
- Ah, sí… Le llamo más tarde - susurró y lo abracé más fuerte contra mi
- ¿que quiere? - pregunte
- Abraham…¿todo bien? - preguntó - estás raro… - susurró
- No me gusta ese tipo - confesé
- Que no te importe, es un idiota...quiere hablar y un consejo, ha estado muy celoso de Willy y Frank, ellos han estado muy juntos trabajando en su nuevo libro de “minúsculos” - me dijo y se giró para acurrucarse junto a mi - ¿te han dicho que eres muy cómodo? - preguntó y soltó una suave risita - gracias por todo, por estar para mi, por el viaje, por esto… - susurró y lentamente comenzó a quedarse dormido
- Te quiero, Miguel...mucho - confesé creyéndolo dormido
- Y yo a ti… - murmuróSonreí, sus palabras adormiladas removían emociones en mi interior, era Miguel, tan adorable como siempre había sido, con su sonrisa en la cara y menos subnormal que antes pero igual era él, un día quizás le diría lo que sentía por él, quizás no, quizás siempre sería solo un pensamiento incorrecto que ahogaría en figuras diferentes pero así, teniéndolo entre mis brazos y sabiendo que me quería… El mundo era perfecto.
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Detestable || Cheetangel
FanfictionAl final de la historia ¿con quién más puedes contar si no con la familia?