Capítulo 27

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Después de pasar otro rato más con los chicos, me quité el traje y lo metí en mi maletín, lo mantendría conmigo en todo momento. Luego de una caminata bastante rápida, llegué a mi casa. Me encontraba afuera contemplando la puerta, preocupado, preguntándome qué pasará cuando atravesara esa puerta. Mamá cuando se molesta podría asustar hasta al criminal más peligroso y eso para mí era sentencia.
Tomé aire y me dispuse a entrar, con solo abrir la puerta, entrar y cerrarla detrás de mí ya tenía a mamá enfrente con los brazos cruzados.

Mamá yo...-me interrumpió casi al instante.

¡¿QUÉ ESTABA PASANDO POR TU MENTE!?! -se acercó y me abofeteó.

Aunque no lo crean me dolió, no el hecho de que fuera un golpe sino el hecho de que fuera mi madre quién me lo dió.

—Mamá, entiende, por favor, si no lo hago ¿Quién evitará los crimenes como el ocurrido el día de hoy?, ¿Quién mamá?

—Louis es muy noble lo que quieres hacer ¿Pero es que acaso no tomas en cuenta lo mucho que arriesgas? -me tomó por los brazos. —¿¡Lo peligroso que puede ser!?

Mamá, estoy bien, mírame, apenas aparecí hoy frente a algunas personas ¿Cómo puede ser peligroso? Soy prácticamente indestructible -me señalé de pies a cabeza.

¡LOUIS, LEX LUTHOR ESTÁ PREPARÁNDOSE Y SI SE DA CUENTA QUE ANDAS POR AHÍ VOLANDO VA A ATENTAR CONTRA TU VIDA..! -se quedó callada de súbito al notar que gritaba mucho.

—¿Mamá?

Se cubrió la boca y me dió la espalda, sus hombros temblaban y eso quiere decir que está llorando, cosa que no me agrada, me acerqué para abrazarla pero volteó y me frenó colocando una de sus manos en mi pecho.

—Estaré bien, lo entiendes ¿Verdad? -la tomé de las manos. —¿Mamá?

Recuerdo cuando eras apenas un niño, eras frágil, te costaba respirar, cuando te caías te raspabas las rodillas muy feo y tardaban días  en sanarte -levantó el rostro y me miro fijamente. —Ahora mírate, todo un hombre y para mi sorpresa con los dones de su padre -me abrazó.

Le correspondí el abrazo, entiendo el miedo que siente, es mi madre, a ninguna madre le gustaría perder a un hijo. Mientras la tenía entre mis brazos una duda apareció en mi mente.

Mamá ¿Por qué te pusiste así al verme en la azotea? -me separé para verla.

—Por un momento  te confundí con él, nunca creí que nunca lo volvería a ver así...

—¿Así cómo? -pregunté confundido.

—Tan cerca -contestó evasiva y se separó  de mi para dirigirme a la cocina, eso solo logró que otra duda llegara a mí.

Yo la seguí —Mamá el otro día me di cuenta de algo extraño, ¿Cómo es que me parezco a Clark si mi padre es Superman?

—¿De verdad? No me había fijado en eso.-me tomó por las mejillas. —Ya es algo tarde cariño, voy a descansar, feliz noche -se puso de puntitas y me beso la frente. —Mi superhéroe.

Yo sonreí. —Descansa -dije mientras la veía desaparecer escaleras arriba.

Cada día pasan más cosas y aparecen más dudas.

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Ésto es perfecto, al fin apareció, ahora solo debo planear la estrategia perfecta para atraerlo hasta mí y poder obtener venganza.

El Hijo De SupermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora