Capítulo extra D-25.2 - La fantasía de Valarian

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Hacía tiempo que deseaba enredar mis dedos en su melena y por fin podía hacerlo, más que eso de hecho, me había dado permiso para lavar su pelo con ese jabón que olía tan bien.
Pero no era sólo el jabón, era el olor de su pelo y su piel unido al de las frutas silvestres, era embriagador.

Desde esa posición podía ver sus turgentes pechos con los pezones fruncidos por el frío del agua o ¿quizás por mí...?

Comencé a sentir crecer mi erección sin poder evitarlo, la escena me estaba resultando demasiado erótica como para controlarme. Pero por desgracia ya había acabado de lavarle y ahora tocaba pasar a la acción.


- Listo - dije devolviéndole la pastilla de jabón.
- Gracias...


No me dio tiempo ni a parpadear cuando vi como se metía en el agua y comenzaba a bucear hacia la orilla. Esbocé una sonrisa satisfecho, había conseguido ponerla nerviosa y ahora huía para no enfrentarse a mí. Sin duda era el momento.

Fui acercándome poco a poco, no me resultaba demasiado difícil caminar dentro de el agua, sobre todo porque estaba motivado con lo que tenía delante de mí.

Mystika frotó su melena para eliminar los restos de jabón y miró en mi dirección. Su expresión era de nervios, pero no había ni pizca de miedo y al fin y al cabo le gustaba hacerse la dura. Mi vista estaba fija en mi presa, no se iba a escapar, no lo permitiría.

Me acerqué hasta quedar a un par de metros de ella en cuanto salió a la orilla, regalándome la mejor de las vistas. Su larga melena chorreaba el agua sobre su piel desnuda, sobre su bonito y respingón trasero, que invitaba a ser mordido. No había nada como una mujer con el cuerpo trabajado pero sin perder las curvas y femineidad.


- Un día me dijiste que no huías...- sentencié esbozando una sonrisa.
- Y no lo hago, sólo voy a secarme para poder volver a la casa.- <<No tan deprisa pequeña>>.


Se envolvió en la toalla mientras yo acortaba distancias hasta quedar pegado a ella, respirando su aroma dulce.


- Val...- Su piel se erizaba por segundos.
- ¿Uhm?
- ¿Qué haces?
- Olerte.
- Vale... eso es un poco raro.


<<Quiero tocarlo otra vez...>>
Sin contestarle agarré su cabello y lo retorcí para retirar el exceso de agua y al soltarlo aproveché para poner mis manos en sus hombros desnudos. En seguida noté su piel erizada por mi contacto, por el calor de mis manos, por mi respiración agitada en su oído. Pero ella no huía, ya no.

Bajé mis manos lentamente, sintiendo cada poro de su piel, encendiéndola a mi paso con el calor que desprendían.
A esas alturas mi erección era tan notable que hasta dolía a pesar de estar libre y sólo me había bastado lavarle el pelo y verla desnuda para ponerme así.

Mystika frenó una de mis manos y se giró hacia mí.


- Val, para...- dijo apenas en un murmullo.


No sonaba nada convincente, su voz temblaba un poco por los nervios y no dejaba de mirarme a los ojos, casi como si se obligara a no bajar la vista. La piel de su cara había tomado un color rojizo muy mono.

Apreté un poco sus brazos mientras daba un paso hacia ella e inclinaba mi cabeza hacia delante. Ella se mordía el labio inferior, algo que me ponía jodidamente cachondo. Mi pene rozaba su muslo por encima de la toalla, cosa que obviamente había notado.
Incliné aún más mi cabeza hasta quedar apenas a un centímetro sus labios de los míos. Seguía resistiéndose.

Di otro paso hasta quedar cuerpo con cuerpo, sin aire que los separara, sólo esa maldita tela que me impedía rozar su suave piel, así que con la mano que tenía libre, agarré la de Mystika y la aparté abriendo la toalla y retirándome un momento para que cayera al suelo. Ya no había resistencia.

Llevé mis manos a su espalda dibujando su columna, deslizando mis dedos lentamente hasta llegar a su trasero.
Había esperado demasiado tiempo este momento, no tenía prisa, iba a deleitarme tocando cada centímetro de su piel. Pero esperaría a que fuera ella quien me besara.

Por suerte tampoco tuve que esperar mucho. Bajé más mis manos y le agarré con ganas el culo, robándole un gemido por la sorpresa.

<<Música para mis oídos...>>

Gruñí en sus labios y ella los atrapó codiciosa, rodeándome con sus brazos y enredando sus manos en mi pelo. Sus pechos estaban pegados a mi torso y su vientre aprisionaba mi miembro ávido de sus caricias.

Con mis manos en su trasero, le sujeté fuerte y la subí, a lo que respondió rodeando mi cintura con sus piernas. Separamos nuestras bocas, respirando el aire que el otro exhalaba, mirándonos a los ojos y no pudimos esperar más para juntarlas de nuevo. Nuestras lenguas jugaban a encontrarse y huir y nuestros dientes a morder el labio del otro con ansias.

Mi miembro reclamaba su cuerpo, ya no podía esperar más aunque quisiera. Cuando lo posicioné en su entrada se le escapó un gemido que me estremeció. Ella volvió a morder mi labio con picardía y luego pasó su lengua a lo largo del mordisco.
Sin poder aguantar un segundo más y ayudándome con las manos, se la metí hasta el fondo de una sola estocada.


- ¡Ahm Val...!- Y otro gemido acompañado de un temblor en su cuerpo.


Empecé a penetrarla lentamente, subiendo y bajando sus caderas, disfrutando de las vibraciones de su intimidad envolviendo mi miembro. Ansiaba subir el ritmo, pero quería deleitarme lo máximo posible, quería que durara toda la mañana y ver en su cara el placer infinito y escuchar sus débiles gemidos en cada estocada. Apenas se escuchaba nada más que nuestros jadeos acompañados del rumor del agua y el canto lejano de algún familiar.

Pero por desgracia mi amigo no estaba dispuesto a aguantar toda la mañana. Detuve mis estocadas y me aferré a ella envolviéndola en mis brazos, besando sus clavículas, subiendo por su cuello, intentando relajarme un poco, pero ella quería más y comenzó a hacer movimientos circulares.


- Mmmm Mystika, para, por favor - supliqué en vano.


Si ella no paraba tenía que hacerlo yo. La elevé para poder sacarla mirándole a los ojos. Me besó atrapando mi labio inferior, jugando con su lengua sobre mi otro labio.


- Val, no te detengas - me suplicó - Ahora no...
- Maldita sea...


Ella sonrió maliciosa para luego lamer mis labios sin contemplaciones.


- ¿Es que ya no quieres follarme gatito?- preguntó con la misma malicia.
- Quisiera poder hacerlo por horas, pequeña.- dije casi con desesperación.
- Prefiero que me des duro, estoy segura de que eres muy capaz...


<<¿Qué si soy capaz?>>, pensé como si hubiera aceptado un gran reto, <<Verás de lo que soy capaz>>.

Me puse de rodillas en el suelo, dejé a Mystika sobre la hierba y la volteé poniéndola a cuatro patas. Entonces me incliné sobre ella para besar su cuello y bajar por su columna dejando pequeños mordiscos a mi paso. Ella se estremecía y elevaba su trasero al retorcerse.
Aproveché su movimiento para introducir un par de dedos en su vagina ante su sorpresa. Estaba muy húmeda y caliente y mi miembro reclamó su territorio palpitando.
No, desde luego no iba a durar toda la mañana, ¿pero qué importaba cuando esa mujer reclamaba ser penetrada a toda costa?

Dirigí mi miembro a su entrada y en cuanto lo sintió elevó el trasero dándome una vista esplendida, gimiendo con desesperación en cuanto paseé mi glande primero por sus labios y luego por el clítoris. Entonces volví a penetrarla con rudeza y ella gritó de placer.
De nuevo me incliné sobre ella para poder jugar con sus pechos y escuchar sus jadeos y gemidos en mi oído. Luego volví a morderle en el cuello mientras subía el ritmo de las estocadas, tal como ella reclamó y el eco de sus gritos se escuchaba hasta el bosque.

Tenía que callarla o la escucharían incluso en la aldea.
Agarré su melena y la retorcí para hacerle girar la cabeza y tapar sus gritos con mi lengua.


- Mmm Mystika, no voy a poder aguantar mucho más.
- No te contengas gatito... - dijo entre gemidos lamiendo mis labios -. Ahh ¡No pares!


Sin dudarlo solté su pelo y deslicé mis manos sobre su espalda e irguiéndome agarré con firmeza sus caderas y comencé a meterla más profundamente, empujando hasta llegar al fondo. Primero lentamente, sintiendo su vagina contraerse fuertemente alrededor de mi miembro, estaba a punto de correrse y saber todo el placer que le estaba provocando me volvía más loco aún.

Gritaba mi nombre con devoción mientras se movía al compás de mis embestidas, retorciéndose de placer hasta el punto de chocar su cara en la hierba, incapaz de aguantar la fuerza que ejercía sobre ella.
Entonces su vagina aprisionó mi pene en varios espasmos mientras gritaba y gemía y yo cerré los ojos en cuanto comencé a sentirlo palpitar, a punto de correrme dentro.


- Ahh Val... deberías vestirte.
- ¿Qué? - abrí los ojos confuso.


Estaba en frente de Mystika, de pie y ella con la toalla puesta. Me miraba algo preocupada y avergonzada. Entonces oí las risitas y los murmullos detrás de nosotros.

Me giré hacia el ruido descubriendo a un gran número de faeries observándonos. Por suerte yo estaba de espaldas a ellos y no pudieron ver mi erección. Sentía que estaba a punto de correrme con tan solo la fantasía que había tenido despierto y mirar a Mystika no ayudaba nada a controlarme.


- Eh... sí, mejor voy a vestirme- dije sin girarme hacia los invitados.


Fui a por mi ropa y me vestí pensando que esto no podía quedar así. Esta noche necesitaría aliviarme rememorando la fantasía. No era la primera vez ni sería la última, sobre todo cuando salía de la habitación a beber agua y la veía dormir en el sofá con ese pequeño y medio transparente camisón. Esas noches la imaginaba despertándose y viniendo a mi habitación mientras me masturbaba, entonces ella se mordía el labio y me suplicaba que me la follara, dejando caer el camisón al suelo.
<<Maldita sea, piensa en otra cosa, deja las fantasías para dentro de unas horas...>>.



FIN

LEMON - Diario de una Guardiana - ELDARYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora