Los chicos subieron pesadamente las escaleras camino a las habitaciones que les había asignado y Leiftan se giró hacia mí sonriendo.
- Bien, ya eres sólo mía, sin nadie que nos moleste... - dijo bajando el tono y aproximándose a mí.
- Suena prometedor...
Se quitó la chaqueta lenta y estudiadamente, como si de un ritual se tratase, para dejarla luego sobre una silla que se encontraba tras de mí. Había pegado su cuerpo al mío, inclinándose hacia la silla, lo que me hizo subir la temperatura de inmediato.
Poco me había faltado para arrancarle la ropa entre bastidores, pero alguien tenía que pensar con la cabeza de arriba...Cuando soltó del todo la chaqueta posó su mano en mi cadera y acercó su cara a mi cuello.
- ¿Vas a volver a frenarme? - dijo él con la voz ronca y grave. - Porque no creo que esta vez lo consigas.
- ¿Y qué quieres hacer con esos tres ahí arriba?
- Mhhh - meditó mientras acariciaba mi cuello con sus labios hasta llegar a mi oreja.- Voy a follarte y me da igual si nos oyen, eres mía y quiero que lo sepan.
Tanto sus palabras como sus labios acariciando mi piel me hicieron soltar un gemido.
Colocó su otra mano también en mi cadera y me apretó contra su cuerpo aún más. En seguida pude notar el bulto de su erección contra mi abdomen haciendo que un cosquilleo recorriera mi entrepierna. Bajó sus manos a mi trasero, apretando con fuerza mientras volvía a morder mi oreja y gruñía.
- No sabes cuánto he soñado con este momento... - dijo entre jadeos en mi oído.- Y ahora voy a hacer que seas tú la que sueñe con ello mientras duermas o estando despierta, cada día, a cada hora.
Me elevó con facilidad haciendo que mi intimidad rozara la suya y rodeé su cadera con mis piernas y su espalda con mis brazos. El gesto hizo que ambos gimiéramos con suavidad, en el oído del otro.
- Dime, ¿qué Leiftan quieres?
- El auténtico.
Me sentó sobre la mesa del comedor y se separó un metro de mí y mirándome fijamente vi como sus orbes comenzaron a oscurecerse rápidamente y sus iris fueron tomando un brillo hipnótico. De su cabeza salieron 6 cuernos negros de diferentes tamaños y de repente, hizo salir sus cuatro oscuras alas emplumadas, provocando que silbaran en el aire.
Tenía tantas ganas de admirarle como de que acortara la distancia entre nosotros.
- Ahora te toca a ti...- ¿Seguro?- pregunté dudosa. Aún no estaba muy confiada de poder hacerlo bien o de si mi nuevo "yo" podía resultar atractivo en su totalidad.
Me miró con malicia sonriendo con seguridad, invitándome a transformarme.
Me mordí el labio un tanto nerviosa y luego cerré los ojos para concentrarme. Mis uñas y mis cuernos ya estaban fuera, así que me centré en el resto del cuerpo. En seguida sentí mis escamas y colmillos aparecer y mis ojos cambiar. Entonces pensé en las alas, que salieron con fuerza, como si desearan ser liberadas. Todo este proceso se sentía raro, la piel hormigueaba y notaba como si los huesos perdieran densidad y se recolocaran, aunque no era un proceso nada doloroso.
Cuando abrí de nuevo los ojos me encontré con la cara de Leiftan a escasos centímetros, que se acortaron en unas milésimas de segundo cuando me besó como si mi boca fuera oxígeno, enrollando su lengua en la mía de forma apremiante y sin miramientos.
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LEMON - Diario de una Guardiana - ELDARYA
FanfictiePues aquí irán los capítulos extra (LEMON) del Fic Diario de una Guardiana y La Elegida.