Nunca me olvides

Capítulo 5

Capítulo 5

- Yo nunca he subido a una... - me daban miedo.

- ¡No seas cría! ¿Confías en mí? Te he salvado, no querrás quedarte por aquí con aquellos imbéciles... ¿No?

Me quede pensativa unos instantes. Él le dio más al gas...

- ¿Te decides o qué? - en ese instante vi que estaba  irritado y no me gustó nada verlo así.

Me puse detrás suyo y él se levantó la chupa negra.

- Agárrate - se le notaba un chico muy maduro, seco y seductor a la vez.

Me agarré a su cintura y puede notar como tenía unos abdominales muy marcados. Arrancó el motor, me apoyé a su espalda y me sonrojé al sentir su calor y olor...

- ¿Estás bien?- no podía  hablar por los nervios y se produjo un minuto de silencio ya que su presencia y el hecho de estar en una moto me apoderaban.

- Sí... - aceleró y el corazón me empezó a batir rápidamente mientras las piernas me temblaban.

Cruzó dos calles y paró delante de un bar.

- ¿Como ha sido tu primera vez? - me cogió un risa idiota ya que la pregunta sonaba un poco mal.

- Ufff impresionante... - bajó y me dio su mano para que bajara con mas comodidad.

- Por cierto me llamo Nicolás, pero llámame Nico.

- ¿Nico...? - me quedé embobada mirando sus ojos azules

 - Yo Gemma pero llamame.... ¿Gemma?

- Bueno, este es el bar de un amigo...

Entramos y vi como todos me observaban ya que era la única chica.

Un chico moreno que llevaba un cigarro se nos acercó.

- ¡Nicooo! Jo- der... Te la has buscado bien eehh...

El local estaba lleno de hombres. Todos saludaban a Nico y me miraban. Nico me acercó una silla y nos sentamos los dos en una mesa.

Estuvimos en silencio hasta que nos llevaron las dos hamburguesas con patatas que habíamos pedido.

- Sé que este lugar es un poco incòmodo pero debo de estar aquí hoy, tengo reunión.

- ¿Una reunión?

- ¿ Viste mi moto? - asentí - Pues yo corro en carreras callejeras. Esta es mi gente

- ¿Enserio?¿ Solo corres tu?

- ¡No! Todos lo hacen pero yo soy el corredor principal por mis logros.

Estuvimos hablando toda la noche, era un chico prepotente pero seductor a la vez...

Pago él todo, aunque yo intenté evitarlo. Salimos del local y me agarró la mano.

- Te llevo a casa ¿vale?

- No, no te preocupes, voy andando.

- ¿Andando? Tu te vienes conmigo. - me estiró y se puso a correr y a hacer pallasadas mientras yo me reía.

- ¡Ven! - se subió a su moto y no tuve mas remedio que hacerle caso.

- ¿Dónde vives? - me miró y sentí de nuevo algo extraño en mi interior.

- Residencia Clinton

Me llevó y al llegar los dos nos bajamos de la moto.

- Bueno, encantado de conocerte. Espero volver a verte...

- ¡Claro!

Entonces me agarró la mano y simplemente me besó.

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Nota de la autora:

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221Besos