Capítulo 8

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Capítulo 8

De pronto vi que la pantalla de mi iphone se iluminó y quedé atónita al ver quien me estaba llamando. Me levanté y aunque tuve muchas dudas lo cogí.

- ¿Hola? - mi corazón se aceleró.

- Hola ¿Mario? - era Mario quien me llamaba pero esa voz no era la suya.

- No, Gemma, soy Laura - eso me relajó aunque me extraño que me llamara desde el móvil de su hermano.

- Aaaaah vale. 

- Escucha mira, e pillado el phone de mi hermano sin que lo sepa. ¿Sabes que le ocurre? Perdí tu teléfono al cambiarme el móvil y por eso te llamo desde acá.

- No ¿Qué le pasa? - me preocupó que incluso su hermana notase lo mal que debía estar.

- No lo sé, hoy ha venido a casa y se ha encerrado en su habitación a oscuras, hasta ahora no ha salido. Cuando lo ha hecho ha venido a cenar, a mordido un trozo de pollo, se ha levantado y ha arrebatado su móvil en el sofá. Después se ha ido a su habitación y estoy preocupada.

Me sentía mal por como debía estar, no sabía que hacer. Algo en mí lo quería más de lo normal, aunque, no era suficiente y no sabía que tipo de sentimientos tenía.

- Lo siento... no tengo idea de que le puede ocurrir, mañana te llamo e intento investigar un poco - no sabía que decirle así que me lavé las manos como pude para tener más tiempo.

- Bueno gracias de verdad, hasta mañana.

- De nada. Adiós.

Colgué el teléfono y me quedé tumbada en la cama mirando el techo hasta que me dormí.

El molesto ruido del despertador me levantó y tuve que hacerlo todo muy rápido ya que me había dormido. Me puse una minifalda azul marino,  un básico de tirantes blanco y rápidamente me bebí un zumo y agarré una magdalena para comérmela por el camino.

Llegué a clase justo cuando el timbre sonó, me tocaba filosofía y pude comprobar que Mario tampoco había venido. 

La siguientes clases fueron largas, además tuvimos examen sorpresa de Matemáticas. A la una me fui hacia casa a comer y hice unas cuantas tareas aunque no pude concentrarme mucho. A las 4 me puse una camiseta, unos leggins cortos ajustados para ir al gym con Diana, aunque solo tenía ganas de mandarlo todo a la mierda. 

Llegué delante del local y vi que Diana estaba sentada en uno de los bancos.

- ¡Gemma!

Las dos entramos y dejamos las mochilas en el vestuario. Rápidamente nos pusimos a hacer bicicleta y después abdominales. 

- ¡Gemm disimula y gírate! Mira esos dos de ahí... - le hice caso y me giré y por un momento mi corazón se salió, era Nicolás. La respiración se me agitó y me volví repentinamente para encontrarme cara a cara con Diana. - ¿Qué te ocurre? Estas pálida...

- Diana es él...

- ¿Qué? ¡No pude ser!

Diana gritó tanto que todos nos miraron y coincidí cara a cara con él.

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Nota de la autora: 

Hola! Muchisimas gracias a todos por votad comentar etc. El capítulo es cortó pero debí dejar la escena ahí. Pronto intentaré subir el próximo, si?

Omg! Gracias a todos por colaborar en mi sueño.

221Besos

Nunca me olvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora