El muchacho de los ojos tristes ; Azusa Mukami

Carta 4.-

Estoy aquí, sentada escribiendo los bellos momentos que pase contigo,nada mejor que recordarlos y poder escribirlos con una sonrisa.

Había pasado un tiempo desde aquel día que llegaste y me son reíste, cada que te veía de lejos, trataba de huir de ti era la segunda vez que corría sin decirte nada. Realmente no quería que pensaras que estaba chiflada.

Estaba en la biblioteca leyendo un libro cuando llegaste enfrente de mi y te sentaste, mis ojos se iluminaron al verte.

Tus hermosos ojos resaltaban con tu cabello azabache y con tu pálida piel. Sin duda cada vez te veías más hermoso. Estuvimos en silencio viéndonos, sin ninguna palabra saliendo de nuestras bocas solo hablando entre miradas; rápidamente tomaste mi mano entre las tuyas y estaban bastante frías. Me altere ante tal contacto y tú seguías viéndome sin expresión, acercaste mi mano a tu boca y la besaste, yo no sabía que hacer estaba en shock, finalmente, oliste mi mano y me miraste con tu misma mirada triste: "Tu mano.. es muy cálida.. huele bien" esas fueron tus tranquilas palabras, yo con mi otra mano cubrí mi rostro avergonzada, no sabía que decir, quitaste mi mano de mi rostro y la besaste también, estaba muy roja de la cara: "Ayer tu.. te veías.. linda" cuando terminaste de decir eso, una sonrisa de oreja a oreja se dibujo en mi rostro, mis ojos brillaban como la luz de la luna, habías dicho que me veía linda, me habías visto y mi corazón se aceleró.

Tu me diste una pequeña sonrisa y apretaste mis manos, las volviste a oler y las besaste cuando finalmente tocó la campaña, te separaste y me diste una última mirada: "Te veo.. luego.." diciendo eso te levantaste y caminaste a fuera de la biblioteca.

Dejándome ahí con una sonrisa, con mi corazón feliz y contento de que besaras mis manos y la sensación de tus frías manos aún seguía:

"Dijo que me veía linda" susurré viendo a la nada.