Carta 7.-

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Al regresar de la escuela, silenciosamente me acerque a la habitación de mi Paris. Entré y observé la caja que seguía en la cama. Ruki y los demás habían levantado su ropa de la cama y guardado, sólo la caja había estado como yo la había dejado.

Me senté y tome el sobre número siete.

Después de que tu hermano me dijera eso, me aleje de mis sentimientos.

Yui me había contado que tú dijiste que soy muy linda, yo admito que me emocioné al saber eso, ella me estaba dando esperanzas.
Tus hermanos Kou y Yuma me hablaron en clase, diciendo cosas sobre: "Azusa es peligroso" "Debes tener cuidado" yo solo llegue a pensar que no me querian cercas de ti.

Saliendo caminaba con la mirada baja en un pasillo cuando sentí un jalón y fui adentrada a un salón pequeño sin luz, no podía ver quién era esa persona, una pequeña luz pasaba por ahí y daba a uno de sus ojos qué era gris, yo conocía ese color, tú me estabas viendo. Tomaste mi mano y me acercaste para abrazarme: "¿Te gusto?"  Me preguntaste tan tranquilo que yo no reaccionaba, estaba sorprendida. Poco después susurre: "Si, así es" pude ver una pequeña sonrisa en tu rostro y me apretaste mucho más a ti, tomandome de la cintura y quitando mi cabello de mi rostro donde finalmente juntaste tus fríos labios con los míos. Me besabas con tanta ternura que fue inevitable no seguir ese beso, pase mis brazos por tus hombros y tú tomaste mi cintura en un gran abrazo: "También.. me gustas" diciendo eso volviste a juntar tus labios con los míos, veía tus ojos cerrados,
y hice lo mismo, los dos estábamos tan sonrojados ante ese momento hasta que finalmente te separaste de mi: "De hoy... En adelante.. estarás siempre.. conmigo, Paris" susurraste esas palabras cercas de mis labios y me sentí feliz que mi nombre saliera de tus labios, seguramente Yui te lo ha dicho.

Me dedicaste una sonrisa mostrando un poco tus dientes pero, tu mirada seguía tan triste como siempre, al vernos por unos minutos más, empujaste mi cuerpo a la pared y me besaste.

El muchacho de los ojos tristes ; Azusa MukamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora