Carta 16.-

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"Debo admitir que son tantos recuerdos contigo, y  Kou y Yuma no dejaron de hacerme sonrojar con sólo decir o recordar cuando dijiste que me querías, incluso ya me decían cuñada, era algo incómodo que lo gritaran enfrenten de la clase pero, era algo lindo al saber que ellos ya pudieran considerarme en su familia, ellos dos se volvieron en mis mejores amigos, nos tratábamos como hermanos y pesar de que eran dos contra una, Kou siempre se iba de mi lado para derrotar a Godzilla, es decir, Yuma. Era tan gracioso jugar a que le disparamos y el hacía que le llegaban los disparos, desearía que está carta pudieran leerla ellos, el sobre 17 ya que es apropiadamente para ellos."

—Tengo.. que dársela.. a Kou y.. Yuma..—dije sin terminar de leer la carta y guardándola en el sobre.

Camine a la habitación de Kou y no abrió, tampoco Yuma, fui a la sala y tampoco estaban, busque en la cocina y los vi en el refrigerador peleando por un pudin.

—¡Kou! ¡Ya has comido uno!—grito Yuma levantando el pudin sin que Kou pudiera alcanzarlo.

—¿¡Que tiene de malo que quierea comer otro?!—dio saltitos tratando de alcanzar el pudin.

—¡Te has comido el de Ruki, el tuyo y el de Azusa y no dejare que te comas este!—se quejó.

—Yuma...

Ambos me observaron al mismo tiempo con su ceño fruncido.

—Azusa, ¿Quieres este pudin?—ladeó una sonrisa Yuma.

—Si tu quieres dármelo..

—No es si quiero dártelo, ¿Lo quieres si o no? —esquivó a Kou que intentaba quitárselo.

—Lo aceptaré.. —asentí y el se acercó entregandomela.

—¿Que es eso que tienes ahí, Azusa?—cuestionó Kou.

—Cierto.. —susurre. — París.. lo dejo para ustedes.. —observé el sobre unos segundos y se las extendí.

Los dos me vieron extrañados y tomaron la carta para abrirla, al ver que era su letras a Kou se le estaban cristalizando sus ojos.

" Bueno comenzaré con Kou. Recuerdo que fuiste el primero en hablarme, incluso me ayudabas mucho a darme consejos en como conquistar a un hombre, hasta puedo decir que estabas siendo tan cooperativo con la causa. El recuerdo que no olvidaré fue cuando Yuma me pregunto por ti, preocupada salí de el salón y como fuera entre a el baño de hombres, te llamé y saliste con tu ojos sangrando, me asusté al verte así: "Aléjate" dijiste débilmente pero, yo no quería irme me preocupabas, te pregunte: "Que pasó". Dijiste: "Perdí mi ojo izquierdo cuando era solo un niño, una persona, un tipo misterioso me ofreció ayuda, dándome este ojo que puede ver los sentimientos de alguien" yo me quede anonada cuando dijiste eso, tu ojo no dejaba de sangrar, arranque la manga de mi camisa y la moje, poniendo agua en ella, limpiando cuidadosamente tu ojo cuando se detuvo me sonreíste dándome un pequeño: "Gracias" y me diste un profundo abrazo, un abrazo de un hermano.

El muchacho de los ojos tristes ; Azusa MukamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora