Capítulo X

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*Quinto Flashback*

Puedo sentir el pasto entre los dedos de mis manos, el aire puro de la naturaleza entrar a mis pulmones, mis ojos están cerrados lo que hace a esta experiencia sea mucho más que perfecta. Nuestras manos se entrelazan y me siento en la gloria, me siento feliz, pero más que nunca, como si esta fuese la primera vez que descubro lo que es la felicidad y como hace que te sientas cuando se entromete en tu cuerpo. Finalmente abro mis ojos y me encuentro con ese verde, ese verde tan hermoso que solo sus ojos pueden tener y que solo en sus ojos me enloquecen. Está sonriendo y no parece una sonrisa falsa, sino que parece una muy real. Con los últimos sucesos había olvidado lo lindo que es cuando está haciendo esas sonrisas con su más que perfecto rostro.

—Sos hermoso —se lo digo sin ningún miedo o vergüenza. A él se le podía decir hermoso en cualquier ocasión o momento, porque siempre lo está, pero esta vez estaba destacando más que cualquier otra y quizás era por la forma en que la luz del sol incidía justo en su cara.

—Tú eres más hermosa de lo que jamás seré —con esas palabras derrite mi corazón, mis sentimientos y todo aquello que me hace sentir amor en mi cuerpo.

Lo besó como un reflejo, como si fuese de suma importancia hacerlo, tan importante que si no llegara a hacerlo perdería mi vida. Se sentía mejor que nunca, mejor de lo que había sido en los últimos días, ¿Quién podría culparnos?, luego de aquella noche en la biblioteca los dos estábamos un poco extrañados, no obstante nos seguíamos amando como si fuese el primer segundo en el que descubrimos lo que el amor significaba para ambos. Esto era una prueba, una que teníamos que superar como pareja, porque las parejas tienen que estar en las buenas y sobre todo en las malas. A mí no me importaba si se encontraba en el peor momento o situación, permanecería a su lado, porque lo amo y amar significa no querer por conveniencia, sino de verdad.

"La vida te da los colores para que la pintes", y yo estaba teniendo los colores más fuertes y lindos, pero así como no todo es gris, no siempre mis colores eran los más fuertes, había momentos en los que el gris consumía mis obras. El equilibrio en esta vida es lo peor que puede existir, ¿por qué simplemente todo no se puede mantener de una buena forma?, ¿Qué necesidad de que todo se arruine?, y aunque nada estaba arruinado, las complicaciones iban haciendo que la balanza comenzara a dar sus pequeñas inclinaciones hacía lo malo. "Ten la fuerza de lidiar con lo malo para disfrutar de lo bueno", y estos momentos eran los buenos, los que me hacían tener la experiencia de estar en lo más alto del mundo y los que me hacían sentir como si estuviese flotando en una nube, mientras que era la persona más amada de todo el planeta, mas así eran el noventa y nueve por ciento de los momentos con Tom.

— ¿En qué piensas? —sus ojos se mostraban comprensivos e interesados en lo que sea que mi mente podría estar pensado. Una de las cosas que más me encantaba de él era su forma de interesarse por todo lo que yo pensaba o hacía.

Soy humana, por lo que como a todo el mundo, me gusta un poco de atención sobre las cosas que puedo llegar a pensar o hacer, es simplemente genial esa sensación de interés que puede llegar a tener una persona sobre uno y es mucho más buena cuando proviene de la persona que más amas sobre toda la faz de la tierra. "Cuando el amor golpea en tu puerta y lo dejas entrar, todo se ilumina con un color más vivo", y cuando él estaba presente nada parecía tener más vida que yo, porque la felicidad es vida, es lo que nos inspira a seguir cada día con nuestra rutina y permanecer feliz todo el tiempo, ese el sueño de todos y realidad de pocos.

—Cuanto te amo y lo que me encanta estar aquí contigo —si iba a demostrarle que lo amaba todo el tiempo sacaría todos mis pensamientos buenos de mi cabeza para comunicárselos, como él lo hacía conmigo cada vez que se le presentaba la ocasión perfecta.

¿Quién conoció a Tom?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora