Oí un quejido seguido del ruido de alguien que cayó al piso, y solo eso bastó para hacerme abrir los ojos.
- Hoseok.- Murmuró Yoongi mirándome con tristeza.- ¿Por qué estás aquí?
- Yo... Yo eh... Jungkook... - Intenté explicarme aunque no pude hacerlo debido a que mi voz temblaba y mi corazón estaba a punto de explotar.
- Yo lo traje.- Interrumpió aquel que aún no lograba reconocer, levantándose del suelo.
- No te metas con él.- Soltó Yoongi poniéndose delante de mi.
- ¿ Hablas enserio?- Preguntó la silueta para luego reírse exageradamente fuerte.
- Sí.- Respondió Yoongi, con brusquedad.
- Pues es una lastima. Tengo hambre Yoongi. Ya deberías saber lo que ocurre cuando esto sucede.- Dijo acercándose lentamente a nosotros.
- Basta, con él no por favor.- Pidió el chico con cabello gris, apretando sus puños.
- ¿Por qué no?- Preguntó él, lo suficientemente cerca de Yoongi.- Su miedo huele bien.- Se justificó para luego largar unas cuanta carcajadas.
Yoongi dejó de apretar sus puños y deslizó una de sus manos hacia atrás para sujetar la mía. Lo hizo con fuerza pero aun así no me dolió.
- Un juego.- Propuso de repente el chico que sujetaba mi mano.- Te gustan los juegos, ¿No?
La idea de Yoongi me pareció totalmente fuera de contexto, pero mi parecer se vio débil cuando escuché la respuesta de la silueta negra que estaba frente a nosotros.
- Esto se volvió interesante.- Carcajeo.- ¿Qué tipo de juego?
- Las escondidas. Si nos encuentras puedes comerte a Hoseok.- Respondió Yoongi.- Pero tenemos quince minutos para escondernos.
- Esta bien, adoro los juegos pero sabes que odio esperar, Yoongi. Dos minutos.
- Siete.- Insistió Yoongi.- Y está prohibido hacer trampa.
- Está bien.- Soltó la silueta negra, sentándose en el lugar donde estaba, para luego comenzar a contar instantáneamente.- Uno...
Yoongi tiró de mí y corrió escaleras abajo. Mi corazón latía muy fuerte, y el solo hecho de pensar que mi vida dependía del escondite que eligiéramos dolía. Pero al menos podía estar con él por al menos una ultima vez.
- Vete de aquí.- Dijo Yoongi mientras corríamos por un pasillo. No sabia que pasillo era exactamente ya que de igual modo que antes, estábamos a oscuras.
- ¿De qué hablas?- Pregunté.- ¿Dónde nos esconderemos?
- No nos esconderemos, Hoseok.- Dijo Yoongi luego de suspirar. Entramos a una habitación que reconocí como la mía luego de que él prendiera la luz. La respiración de Yoongi era agitada, pero aún así, él no se detenía para descansar. Cerró la puerta con traba y me miró fijamente con lagrimas cayendo sobre su mejilla.
- Es el final Hoseok, te deseo mucha suerte.- Sonrió.- La verdad es que tu segunda vida estaba aquí desde hace mucho tiempo, pero no quería dejar de verte por lo que nunca te dejé ir. Soy un idiota.- Continuó. Lo miré sin entender de lo que hablaba, pero no me atreví a preguntarle nada. Él caminó rápidamente hacia el baño y luego de unos segundos se escuchó un golpe seguido del ruido de unos vidrios rotos.
- ¿Yoongi?- Pregunté extrañado.
- Tranquilo Hobi, estoy bien.- Respondió acercándose a mi con un pedazo del espejo que rompió en la mano.- Deseo con toda mi alma que tengas una segunda vida llena de felicidad.
- ¿Segunda vida? ¿De qué mierda estas hablando?- Pregunté sin poder evitar soltar unas cuantas lagrimas.- No quiero ir a ningún lado, quiero quedarme contigo. Te amo, Yoongi.- Confesé acercándome a él.
Yoongi sonrió. Me mostró sus hermosas y rosadas encías que hacían que mi corazón se estremeciera con tan solo mirarlas.
- Yo también te amo Hobi.- Respondió.- Te amo demasiado.
- Entonces, ¿Por qué mierda me tengo que ir?- Pregunté sin poder dejar de llorar. Me sentía feliz y estaba por explotar gracias a que los sentimientos más puros que tenia en mi corazón habían sido correspondidos, pero ¿Por qué no podía parar de llorar?
- No te puedes quedar aquí Hobi... ya no.- Murmuró Yoongi abrazándome.- ¿No haz visto al idiota que planeaba asesinarte? No quiero que te haga daño.
- Entonces vamos juntos.- Pedí apretando más el abrazo mientras ocultaba mi cara en su pecho.
- No puedo hacerlo.- Respondió él.
- ¿Por qué no? Vamos juntos Yoongi, si nos vamos te prometo que me dormiré a la hora que me digas, seré un novio obediente, lo juro.- Insistí, ganando que Yoongi soltara unas pequeñas carcajadas.
- No podemos Hobi, no puedo irme. Si pudiera te juro que lo haría, y ni siquiera lo pensaría.- Contestó él, separándose de mi lo suficiente como para que podamos sentir respiración del otro sin soltarnos del abrazo.- Prometo explicarte todo más tarde, pero ahora no nos queda tiempo. Debes irte.
Mis lagrimas no paraban de brotar y mi vista se había vuelto nublosa gracias a eso. Aún así, negué con la cabeza rechazando las palabras de Yoongi. No quería dejarlo, no ahora que sabia que ambos nos amábamos.
- Hobi... Hobi, por favor.- Pidió Yoongi, para que luego de unos segundos sin obtener una respuesta de mi parte se acercara a mis labios para depositar un suave y dulce beso en ellos.- Por favor, ve.
Mis labios y mi corazón se paralizaron.
Oh... Que cruel y astuto chico de cabello gris.
¿Por qué me gustas tanto?
- Ay, mi pequeño Hobi.- Murmuró, acariciando suavemente mi cabello.- Te voy a extrañar.
Lo abracé nuevamente apoyando mi frente en su hombro y él acarició mi espalda suavemente correspondiendo mi abrazo. Estuvimos así unos segundos más, hasta que Yoongi se alejó, sin soltarse del abrazo, para darme un triste y largo beso de despedida. Sentí que me derrumbaba, pero amaba la sensación de sus labios tocándose con los míos; Después de todo, incluso si debía irme y jamás poder volver a ver a mi Yoongi estaba feliz de conocer sus sentimientos. Me derrumbaba, sí, pero estaba feliz.
Yoongi se separó unos segundos después, y fue ahí cuando entendí que los minutos pasan rápido y que el ruido de unos pasos en el piso de arriba lo confirmaban. Por eso, con los ojos llorosos nos miramos los unos a los otros y entendimos que nuestros ojos hablaban solos.
- Acuéstate rápido.- Pidió él, y fue lo que hice.
Vi como tomó el pedazo de espejo que él había dejado caer cuando me abrazó y como lo usó para hacerse un gran corte en la mano, lo cual hizo queal verlo levantara el torso involuntariamente para mirarlo con desesperación, pero cuando nuestros ojos se cruzaron nuevamente entendí que debía mantenerme acostado. Yoongi se acercó rápidamente a mi, sus ojos lagrimeaban al igual que los míos, pero aun así se inclino para besar mi frente y dejar que unas gotas de sangre cayeran en el lugar donde fue depositado el beso. Me sentí con mucho sueño unos segundos después de escucharlo susurrar algo que no pude entender.
- Te amo Yoongi.- Susurré con mis ultimas energías.
- Yo también te amo, Hoseok.- Respondió él.
Mis ojos se cerraron completamente y justo antes de quedar profundamente dormido pude escuchar el sonido de la puerta abriéndose completamente. Pero ya no importaba.
Lo logramos, Yoongi, ganamos.
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Early Morning. « YoonSeok »
FanfictionHoseok es un huérfano de 17 años que siempre se duerme luego de oír la tercer campanada, tal y como debe ser. Yoongi es un chico que lo visita todas la noches para comprobar si él está durmiendo. ¿Qué podría pasar si un día Hoseok se queda despierto...