Capítulo 7

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- Fue adoptada.- Aclaró el pelinegro.

- Fue... ¿Qué?- pregunté levantándome de golpe.

- Eso es lo que me dijeron.- Dijo Jimin encogiéndose de hombros.- Que suerte tiene, a nuestra edad es complicado ser adoptado, espero que le haya tocado una buena familia.

Tras escuchar las repentinas palabras de Jimin corrí lo más rápido que pude hasta llegar a la habitación de Seohyuk. Ella compartía habitación con dos chicas más: Aera y Soobin, por lo que toqué la puerta esperando a que una de ellas saliera, pero ninguna abrió. Incluso después de tocar más de tres veces, no obtenía una respuesta.

Corrí nuevamente hacia la entrada, donde detrás de un escritorio largo se encontraban distintas empleadas y empleados del lugar. Me acerqué a la señora Lee, y casi desesperado le pregunté:

- Señorita Lee, ¿Sabe usted dónde podría encontrar a Aera y a Soobin?

- Las dos chicas han sido adoptadas.- Respondió ella con tranquilidad.

- ¿Las dos?- Pregunté abriendo los ojos en señal de estar sorprendido.

- Así es, Seohyuk también se fue con ellas. Han sido adoptadas por la misma familia.- Confirmó.

Solté un soplido para luego agradecerle e irme lentamente de allí.

Se había ido. De un día para el otro, la Seohyuk que me daba consejos, que permaneció a mi lado a pesar de notar que no sentía el mismo tipo de amor que ella, que me apoyó en todo, que me sacó millones de sonrisas, esa chica, esa peliverde totalmente loca se había ido de mi vida para probablemente jamás volver. Igual que nuestro viejo amigo Namjoon.

Luego de eso, el día pasó lento. No volví con los chicos ya que no tenía ganas de hacerlo, tampoco fui a almorzar o a cenar, simplemente me quedé en mi habitación. Pensé en muchas cosas y por más que lo hacía no dejaba de sentir como si hubiera algo que estaba mal. Había algo que no cerraba. Seohyuk se habría despedido de mí, eso es lo que habíamos planeado por si algo de esto pasaba, pero no lo hizo. También me parecía raro que hayan adoptado a las tres, ya que querer adoptar a alguien de 16 años ya de por si era extraño y poco normal, así que, ¿Por qué adoptar tres? Era un tanto ilógico considerando el hecho de que nunca hay una pizca de movimiento en este lugar. Nunca nadie las observó para decidir adoptarlas. Aún así, llegué a la conclusión de que mi cerebro no podía saber qué pasó exactamente cuando ni siquiera entendía el sistema de adopción en el lugar, por lo que me di por vencido y simplemente tomé su ida como algo bueno para ella.

Aún así, la partida de Seohyuk no era la única cosa que me mantenía fuera de mis pensamientos. Yoongi era el tema principal de la discusión en mi cerebro. La dolorosa imagen del chico de cabello gris llorando no se había ido de mi mente y planeaba quedarse por un tiempo más, haciéndome sufrir por el hecho de no conocer exactamente la razón que hiciera que esas lágrimas brotarán de sus ojos. Pero había algo que si sabía: debía irme a dormir cuando él lo decía.

No recuerdo cuando fue que cerré completamente mis ojos para luego quedarme dormido, y estaba durmiendo tan bien que sino fuera por el susto que me dio oír golpes del otro lado de la puerta, no me hubiera levantado. Aún así, me levanté con miedo luego de escuchar como el constante golpe no se detenía, y tras abrir la puerta noté que se trataba de Jungkook. Su cara expresaba miedo en todo sentido, y el verlo llorar no ayudaba mucho a calmar mi miedo.

- Hobi, por favor, vamos a la azotea. Rápido.- pidió el menor con los ojos llorosos.

Sin preguntar el porqué, lo seguí rápidamente ya que lo que sea que mantenía a Jungkook así no era bueno, él casi nunca lloraba. Le pedí disculpas mentalmente a Yoongi, ya que a pesar de sus repetidas advertencias para que vaya a dormir, ahora era el momento de ayudar a Jungkook, y no importaba si eran las 3AM.

Los pasillos eran oscuros al igual que el resto del lugar, tal como habían estado cuando fui a buscar a Yoongi, solo que esta vez no llevaba una linterna conmigo y solo era guiado por la mano de Jungkook que me llevaba a la azotea como si se supiese el camino de memoria. Cuando llegamos, miré a mi alrededor para buscar la razón que hacia que el castaño llorara de ese modo, pero no la encontré. En este momento, solo estábamos él y yo en el lugar, y lo sabia gracias a la tenue luz que generaba la luna. 

- ¿Jungkook?- Pregunté algo asustando cuando lo oí sollozar.

- Que ingenuo eres, Hoseok.- Respondió una voz totalmente desconocida. Era grave, muy grave y amenazante. 

Juraría como mi corazón dejo de latir al darse cuenta que los sollozos que había oído eran carcajadas, y que el Jungkook que había tomado mi mano y lloraba pidiendo ir a la azotea había desaparecido. No pude reconocer si realmente se trataba de alguien, pues solo veía una silueta negra frente a mi, aunque sinceramente estaba tan asustado que no podía ver claramente las cosas. 

- ¿Estás asustado?- Preguntó él para luego soltar unas cuantas carcajadas.- Me encanta que lo estés.

Comencé a retroceder sin dejar de mirar la silueta negra que avanzaba hacía mí lentamente, noté que tenia algo en la mano pero no pude reconocer de que se trataba. Tenia miedo, pero no uno normal, sino uno que me consumía y se expandía por todo mi cuerpo. Sentía las piernas débiles, mi corazón que hace unos segundos se había detenido, ahora está bombardeando al punto de generare una punzada dolorosa en el pecho, sentía las gotas de sudor caer de mi sien, pero más que nada, sentía que era un idiota. Deseaba que alguien llegara y me despertara, porque eso es lo que esto era, un sueño, una maldita pesadilla. Pensé en Yoongi, y solo eso bastó para hacer que un par de lagrimas se deslizaran lentamente por mis mejillas, después de todo iba a morir sin siquiera poder decirle adiós, lo iba a abandonar y eso me destrozaba.

Cuando choqué con la pared a mi espalda entendí que era el fin. Que esta mierda no era ninguna pesadilla.

No podía dejar de pensar en Yoongi y fue por eso que una sonrisa apareció en mi rostro, después de todo me había enamorado de ese chico con cabello gris y aunque me arrepiento de no haber podido confesar mis sentimientos, estaba orgulloso de estar loco por él.

Cerré los ojos cuando la silueta estuvo lo suficientemente cerca de mí., y a pesar de que seguía escuchando sus carcajadas, ya no me importaba. No cuando tenía la hermosa sonrisa de Yoongi grabada en las retinas.

Adiós Yoon. Lo lamento.

Early Morning. « YoonSeok »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora