Estoy hablando muy animadamente con Elizabeth mientras esperamos a los jefes cuando suena el timbre del ascensor anunciando su llegada. Las dos volteamos a ver esperando que sean ellos, pero sale de él la mujer que fue al despacho a preguntar por el señor Fernando.
Pasa a nuestro lado sin mirarnos caminando como si fuera la reina del mundo, bueno, realmente lo parece. No me considero fea, pero nunca tendré el estilo que tiene esa mujer.
-Ugh, no la soporto, se cree la última bebida en el desierto, y anda detrás de los jefes como un perro faldero, sin ofenderlos, son adorables, pero no se me ocurre otra comparación.-susurra Elizabeth a mi lado.
-Tuve la oportunidad de conocerla cuando venía para acá, no se ve mala persona.-le respondo, observo que se detiene a saludar a un señor mayor que viene entrando al edificio.
Ya el vestíbulo del edificio está casi vacío. Todos están en sus puestos correspondientes o almorzando, por eso cuando nuevamente llega el ascensor, el timbre se escucha por todo el piso. Los presentes volteamos a ver quién es la persona que sale de él, encontrándonos, por fin, con nuestros jefes, muero de hambre.
Al poner un pie fuera del ascensor se escucha un chirrido estridente.
- ¡MI FEEEEER!-volteo al lugar de donde proviene semejante grito y observo que la señorita que estaba hablando con el señor momentos atrás y la que estaba preguntando por el señor Fernando viene corriendo a una velocidad considerable y admirable si nos fijamos en sus tacones.
Observo al señor Fernando, y me preocupo al instante, se ha puesto pálido, se acerca rápidamente a nosotras que estamos a pocos pasos de distancia. Me toma en brazos y ocurre lo inimaginable.
-Sígueme la corriente.- y me besa. ¡Y que beso!. Al principio estoy sumamente sorprendida y con los ojos muy abiertos. Siento que me estrecha más en sus brazos y es ahí cuando le correspondo.
Paso mis brazos por su cuello, atrayéndolo a mí y le sigo el beso. El gran momento se acaba al escuchar un grito ahogado justo a nuestro lado.
Nos separamos y nos miramos fijamente algunos segundos, hasta que avergonzada bajo la mirada y doy un paso atrás.
¿QUE RAYOS PASO?
-Mi Fer, ¿Por qué besas a esta niña?-.okey, creo que ya me cae mal.
-Rebeca que sorpresa verte por acá. Llegue de viaje hace poco y estaba saludando a mi prometida, es que la extrañe mucho.
-¿Qué?-.decimos Elizabeth, el señor James y yo en coro.
Fernando me toma de la cintura acercándome a él y me da un pequeño pellizco que me hace querer golpearlo, ¿qué se cree? A penas nos conocimos hoy, es mi primer día de trabajo, por Dios. Paso mi brazo por su cintura y repito su acción solo que con más fuerza, le doy un gran pellizco que espero le deje una bonita marca.
-Claro, mi prometido.-declaro y planto una sonrisa falsa en mi rostro. Fernando a mi lado esta rígido, creo que le duele el pellizco, aun no lo he soltado.
Rebeca está estática y mirando a Fernando con cara de perrito abandonado. Me observa a mí y su expresión cambia de manera radical, creo que me quiere matar.
-No juegues conmigo Fer, sé que me amas a mí, solo estas confundido, tranquilo. Esperare que te canses de ella y vengas a mí, te estaré esperando con los brazos abiertos bebé, chao.- Se da la vuelta y sale del edificio.
Suelto al señor Fernando y lo encaro. Quiero saber que rayos pasó aquí.
-Con mucho respeto señor Fernando, pero, ¿su prometida? Me gustaría que me explicara, ¿Qué mierda paso aquí?

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Mi Locura, Tú.
RomanceAnabelle Rodríguez es una de recién graduada abogada, una dulce joven de 22 años con muchos sueños por delante y grandes ganas de triunfar. Fernando Escalante, exitoso abogado de 28 años, dueño de unos de los bufete más famosos de New York, sin escr...