I. Casualidades del destino

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¿Puede ser aterrador el mundo para unos niños de diez años? El mundo apenas significa algo para los infantes de esa edad; no obstante el destino no elige a quién maldecir, mucho menos en que momento.

Christa, una bella niña con una cabellera rubia, ojos azules, piel de tez blanca y pequeña comparada a otros niños de su edad; era la hija ilegítima de un poderoso noble de las murallas, fue destinada a vivir apartada de todos para cuidar el renombre de su padre.
Christa estaba muy pequeña para saber todas estas cosas, por lo que decidieron que ella viviría en una granja con su familia en las lejanías de una de las murallas. Ella quién a pesar de su corta edad, es una niña muy laboriosa y atenta con las personas que le rodean.

Aunque ella tuviera una familia que cuidaba de ella y velaba por su vida, no necesariamente se tomaba parte de ella; con el tiempo pudo notar que su existencia desagradaba a las personas de su alrededor, especialmente a su madre que siempre la llenaba de miradas de desprecio y desdén; tan evidente era su rechazo que en las escasas ocasiones que hablaba o trataba con ella le hacía saber lo que sentía hacia ella—Ojalá hubiera tenido el valor de asesinarte—decía siempre a la niña. Por supuesto estas palabras y las actitudes de su madre dañaban a la pequeña, aunque poco entendía el porqué de aquellos tratos, no guardaba rencor a su madre y la amaba con su vida, siendo ella lo más importante que tenía.

Un día entre las labores de la granja, le dijeron que iría a recoger la leña a una distancia bastante larga desde su hogar; por lo que debía partir temprano en la mañana si no quería encontrarse con la noche de regreso a casa.

Marchó temprano al día siguiente sin más compañía que la de su sombra que se reflejaba por la luz del amanecer, anunciando la llegada de un largo día. Caminó varias horas, después de un rato tomó unas cuantas piedritas tirándolas lejos para medir su fuerza, cosa que lograba muy bien pues siempre cargaba cosas pesadas en las labores que sus abuelos le encomendaban. Esto ayudó a que no se aburriera tanto en el camino.

La pequeña iba tan sumergida en su labor que no notó cuando aparecieron en su camino unos niños que la molestaban siempre en la granja. Corrieron tras ella sólo para fatigarla, mientras le gritaban cosas que asustaban a la pequeña; la hicieron correr tan rápido que tropezó en una zanja lastimándose el tobillo no de gravedad pensó; la zanja no era muy grande pero debido a su estatura sabía que se le dificultaría salir. Intentó salir por varios minutos, hasta que después de unos forsozos y costosos 45 minutos salió de la zanja; si embargo eso ayudó a que esos niños perdieran su rastro y dejaran de seguirla.

Siguió caminando más tiempo cuando por fin a lo lejos divisó el campo en el que recogería la leña, notó que habían varias personas haciendo la misma labor, por lo que debía apurarse si quería conseguir algo de leña; decidió correr para apresurarse, cuando, un dolor se aproximó en su tobillo y recordó al haber caído en la zanja su tobillo sintió una molestia. Ésta era más grave de lo que pensó, probablemente sería una torcedura, por lo que tuvo que caminar a paso más lento hacía el campo.

Después de un rato Christa, adolorida, logró llegar hasta el campo de leña donde al llegar, inmediatamente descansó su inflamado tobillo, este imprevisto le había hecho perder gran parte del día.
Al sentir mucho dolor en su tobillo prosiguió a sentarse y hacer pequeñas muecas de dolor mientras revisaba el estado de su inflamación; se encontraba más preocupada por ello que se olvidó de su entorno cuando una pequeña voz le dijo:

—¿Te has lastimado con alguna raja de leña?

Alzó la cabeza cuando vió a un niño castaño con unos preciosos ojos verdes y a una niña pelinegra muy seria, ambos más o menos de su edad.

—¿Necesitas ayuda? Veo que no has cargado nada a tu canasta.—dijo el niño muy amablemente a la pequeña rubia.

El niño esperó una respuesta de la niña pero su asombró no la dejo responder, pues nunca había visto unos ojos tan verdes como los de aquél niño.

MI VIDA JUNTO A TI.Where stories live. Discover now